Iñaki Urlezaga, en "Giselle"

Teatro Argentino de La Plata

Se presentará con Gabriela Alberti y el Ballet Estable

Viernes 16 de junio de 2006 | Publicado en edición impresa

Hoy continuará la temporada artística del Teatro Argentino de La Plata, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, con la presentación en la Sala Alberto Ginastera del célebre ballet "Giselle", con música de Adolphe Adam y coreografía de la cubana Berthica Prieto.

En las funciones de hoy y del domingo intervendrán Gabriela Alberti e Iñaki Urlezaga como primeros bailarines invitados.

Participarán el Ballet Estable, que dirige Cristina Delmagro, y la Orquesta Estable, conducida en esta oportunidad por Roberto Regio. La escenografía le corresponde a Juan Carlos Greco y el vestuario a Eduardo Caldirola.

Una historia de amor

Giselle, joven e inocente campesina, está enamorada y es correspondida por Albrecht, un noble que se ha disfrazado de aldeano para obtener su amor. El guardabosque Hilarión también ama a Giselle, pero ésta lo rechaza confesándole su amor por otro. El desdeñado pretendiente, celoso, jura vengarse.

Giselle baila en una fiesta, a pesar de las recomendaciones de su madre que teme por su delicada salud. Llega el séquito del duque de Courland con su hija Bathilde, prometida oficial de Albrecht. Hillarión, al descubrir la espada de Albrecht, la que delata su condición de noble, aprovecha la presencia del duque y de su hija, y lo desenmascara ante todos. Giselle, desesperada, pierde la razón, y su débil corazón no resiste tanto dolor.

En el bosque, al borde de la laguna, se encuentra la tumba de Giselle. A medianoche las Wilis, espíritus de las novias abandonadas por sus prometidos, empiezan a bailar, y su reina Myrtha recibe a Giselle en este mundo fantasmal. Llega Hilarión, abrumado por el remordimiento de considerarse el responsable de la muerte de la joven, se arrodilla ante su tumba. Pero las Wilis lo obligan a arrojarse al lago.

También Albrecht visita el sepulcro de Giselle e implora perdón por el engaño. La doncella se conmueve ante el dolor, pero la inflexible reina de las Wilis ordena a Giselle atraerlo a una danza que acabará con su vida. La joven, tratando de salvar a Albrecht, le indica que se refugie en su tumba para así destruir el sortilegio. Amanece, las Wilis desaparecen y Giselle vuelve a la sepultura. Albrecht trata de detenerla, pero la imagen de la amada se desvanece con la luz del naciente día.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=814971