Por Irene Bianchi
"Pericón.com.ar", de Enrique Pinti con la colaboración de Elio Marchi. Intérpretes: Enrique Pinti, Laura Fidalgo, Sandy Brandauer, Eugenia Barbé, Mariano Botindari, Gastón Fernández, Sol Joskowicz, Sebastián Mazza, Matías Palau, Flavia Pereda y Gabriel Sordi. Diseño de vestuario: Renata Schussheim. Diseño de iluminación: Roberto Traferri. Música original y dirección musical: Alberto Favero. Coreografía y dirección general: Ricky Pashkus. Teatro Municipal Coliseo Podestá.
Si en algo es y siempre ha sido generosa nuestra benemérita clase política, es en darle copiosa letra a los humoristas. Nunca se quedan sin material. Al contrario, parecería que los funcionarios de turno se esmeraran en inspirar la pluma, la palabra y el ingenio de los cultores del género. De hecho, en los últimos tiempos, el humor político se ha convertido virtualmente en un "asunto de estado", y vaya si levantó polvareda, como si no hubiera en el país temas realmente graves que merecen la absoluta atención y diligencia de la clase gobernante.
"Pericón.com.ar" resulta un espectáculo catártico porque nos permite reír para no llorar. Además de arremeter sin piedad contra la "Fiesta Menemista" y sus secuelas, la fallida y fugaz Alianza y la enervante inoperancia e improvisación de la actual gestión, Pinti encabeza una Strav@ganza histórico-musical que pasa revista a los hechos más salientes del siglo XX: la "Belle époque", las dos Guerras Mundiales, Estados Unidos como la tierra prometida y el sueño americano; Viet Nam; Hollywood y la industria del cine; el "flower power" de los hippies del '60; el capitalismo salvaje que fue matando los ideales y las utopías para proclamar el triunfo de los pragmáticos; la revolución cubana; la llegada del hombre a la Luna, deteniéndose en figuras emblemáticas como Chaplin, Fidel Castro, Marylin Monroe.
La tecnología de punta no se salva de los punzantes dardos del verborrágico monologuista: computadoras, internet, teléfonos celulares, contestadores, y toda la parafernalia electrónica de la que somos tan afectos los argentinos, aunque no sepamos bien cómo usarla. En ese sentido, Pinti se auto-define como un Dinosaurio por opción, que se resiste a tanto consumo compulsivo e insensato. Capítulo aparte merece otra obsesión "made in Argentina": la cirugía estética.
Afortunadamente, en "Pericón.com.ar" Pinti sermonea y pontifica mucho menos que en espectáculos anteriores. Los variados números musicales a cargo del afiattado cuerpo de baile, y el colorido vestuario, otorgan ritmo y dinamismo a la puesta, alternando los monólogos con cuadros de conjunto.
Es una suerte que ni a "Pericón.com.ar" ni a Pinti ni a nuestro legítimo derecho a reírnos de nuestras calamidades, les haya llegado el tan temido ajuste.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20010717/espectaculos5.asp
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