domingo, 1 de julio de 2001

VILLA VERDI: El último sueño del gran maestro de la ópera


Villa Verdi.- Viernes y sábado a las 20.30 y el domingo a las 17.30 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino, 51 entre 9 y 10. Escrita y dirigida por Beni Montresor.

Por Maia Matricardi

"Verdi ha muerto y se ha llevado consigo una enorme cantidad de luz". Es esa luz la que el autor y director italiano Beni Montresor llevará al escenario del Teatro Argentino en el inminente estreno mundial de "Villa Verdi", la obra de teatro que se ofrecerá como parte de los homenajes en el centenario del fallecimiento del gran compositor italiano Giuseppe Verdi.

Montresor, con un tono suave y pausado -el mismo que utiliza para hacer las marcaciones a los actores- explicó que concibió esta obra inmediatamente después de haber dirigido "Falstaff" en 1989 en Roma, la última ópera de Verdi, a partir de una investigación que realizó sobre las numerosas cartas en las que se revelan el sentir del compositor, su esposa y Arrigo Boito, el poeta y letrista con quien Verdi mantuvo una amistad profunda gracias a la cual son posibles sus dos últimas obras maestras: "Otelo" y "Falstaff".

Cautivado y conmovido por el hombre que Montresor descubrió detrás de la música, escribió esta obra que si bien es una dramatización, reproduce citas textuales, extraídas de las cartas, de cada personaje. Así, Giuseppina Strepponi, confesó que por amor a Verdi y por seguirlo destruyó su voz ya que en su juventud había sido una gran cantante lírica. "Ella es un gran mujer, muy inteligente y que entendió el genio que él tenía y por eso dio todo de sí. Ella dice que, a pesar de todo lo que él le ha hecho, le agradece a Dios por ser una privilegiada al poder estar a su lado", indicó Montresor.

En la obra está protagonizada por Duilio Marzio en el papel de Verdi, Susana Freyre, la mujer del compositor, y Daniel Miglioranza como el poeta Arrigo Boito, quien componen estos personajes desde un profundo sentimiento, evidenciando el dolor y la pasión que los unieron en la región del Valle Padano, sumergidos en una blanca y deslumbrante luz de agosto.

Por eso la puesta de Montresor resalta la luminosidad en el escenario, signo de esa luz de verano que enceguece a los personajes, que también se mueven detrás de un tul transparente y opaco transitando entre la sombra como encandilados. "La idea era transmitir en la obra la sensación que experimenté en ese paisaje, y que fue la misma que sintió Verdi en esa casa, tal como lo describe en sus cartas", contó el director y aseguró que su propuesta es una puesta simple y despojada para que resalten los personajes que son "grandes y nobles, de esos que ya no quedan".

Montresor confesó que cuando llegó a nuestro país para realizar la puesta y dirección de su obra tenía mucho temor porque nunca había trabajado con actores argentinos. "Pero la verdad es que son muy buenos, están haciendo un gran trabajo y si algo no está bien es sólo culpa mía, no de ellos. Acostumbrado a los actores italianos o americanos que son muy histéricos, aquí me encontré con tres ángeles. Están trabajando con mucho amor y afecto". Y justamente ese clima de armonía y de respeto es el que se percibe en los ensayos.

"Villa Verdi" obra en dos actos, comienza con un Verdi encerrado en su casa, convertida en una tumba. El gran compositor hacía años que había dejado de escribir óperas, porque estaba enojado con el teatro, ya que consideraba que se había transformado en algo comercial, con intrigas políticas donde lo único que interesaba era hacer dinero y no la creación artística. Alejado de todo eso, Verdi se recluye en su casa y se considera un campesino. Pero su mujer entiende que Verdi todavía tiene mucho más para dar, y gracias a ella el poeta logra ingresar en la casa, cambiando la vida del matrimonio.

Al principio Verdi rechaza a Boito porque éste cuando era joven lo había ofendido diciendo que sus composiciones ya eran viejas y que Wagner era la música del futuro. Pero, superado ésto, la casa se abre para Boito, se genera una gran amistad entre los dos hombres que inmediatamente comienzan a trabajar juntos. Esa unión deja afuera a Giuseppina, que está enferma, y que lógicamente comienza a estar celosa.

Para Montresor "'Falstaff' es la última imagen de la civilización agraria. Pero también es el último sueño pudoroso e incomodante de un hombre viejo que quiere todavía vivir a pesar de todo. Fue la llegada de Boito a la Villa de Sant'Agata lo que volvió a 'Falstaff' posible. Ejemplar de intelectual neurótico, en perpetuo movimiento pero sin una meta, joven pero cansado, se aferra al octogenario Verdi como a una última ancla de salvación. El Gran Viejo por su parte pedirá ayuda y fuerza al joven desesperado. 'Otello' y "Falstaff' son los dos milagros nacidos de su recíproca colaboración".

"Todo lo que se cuenta en la obra es verdad, ya que fue extraído de la correspondencia de estos tres seres. Para mi descubrir todo esto también fue una sorpresa, porque cuando se habla de 'Falstfat' siempre se toma el aspecto de la creación pero no el lado humano que hay detrás de ese proceso de creación. También es auténtico el conflicto de la pareja que, tras perder los hijos que cada uno tenía de matrimonios anteriores, no pudieron tener hijos juntos y por eso en el fondo ponen su esperanza paternal de tener un hijo en el poeta que llega a la casa".

En el año del centenario de la muerte de Verdi, Montresor estrenará mundialmente esta obra que luego también se realizará en Italia y Broadway.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20010701/espectaculos3.asp

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