miércoles, 20 de junio de 2001

EDUARDO DI MAURO



"El artista es un servidor público" 

El titiritero argentino radicado en Venezuela estuvo en la ciudad para adelantar la dirección y los ensayos de la puesta de "El avaro", de Moliére, un trabajo del actor y los titiriteros platenses José Minuchín y Damasita González Riesco.

Durante 25 años recorrió el país de Ushuaia a la Quiaca. En 1976 se radicó en Venezuela, país en el que desarrolló su carrera y es el director del teatro "Tempo" de la región venezolana de Portugués desde donde proyecta su trabajo hacia el resto del país y el exterior.

El titiritero Eduardo Di Mauro estuvo recientemente en La Plata para iniciar los ensayos de El avaro, obra que dirigirá y que realizarán los platenses José Minuchín y Damasita González Riesco.

Di Mauro se instaló un mes en El Rectángulo, la sala de 1 y 34 y desde allí impartió ideas y conceptos para que el proyecto del que también participan Claudia López Osornio (escenógrafa), Soledad Chilli (vestuario de títeres), Esteban Devito (cabezas de títeres) y Martín Maluéndez (producción ejecutiva), llegue a buen término a la hora de su estreno -programado para noviembre- en Venezuela.

Muchos kilómetros recorridos, miles de funciones y giras por América y Europa y una concepción de la cultura casi impensable o imposible por estas latitudes, hicieron de Eduardo Di Mauro un verdadero trabajador del títere.

Desde su teatro "Tempo", un teatro de servicio público, cuya existencia el estado asegura con el pago de sueldos a los artistas e infraestructura acorde al servicio sistematizado que ofrece, el titiritero argentino-venezolano atiende junto a cuatro elencos -un total de 20 personas- un plan rural que abarca 130 actuaciones al año, un plan vacacional, una gira nacional anual, una gira internacional anual, un plan bienal y un plan de funciones en la sala estable todo el año.

Convencido de que es fácil hacer un titiritero pero no formar a una persona íntegra, Di Mauro también formó y está al frente del Instituto Latinoamericano del Títere, con el objetivo de crear salas estables y diseñar un sistema nacional que atienda las necesidades de millones de niños. Desde allí también se hace la tarea de recopilación de material y básicamente la de la traslación del titiritero familiar al institucional.

"El artista es un servidor público y el estado tiene la obligación de subvencionarlo porque el público tiene derecho a acceder", considera Di Mauro.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20010620/espectaculos0.asp

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