jueves, 3 de junio de 2010

La platense habla de su trabajo como conductora infantil y en el teatro

Victoria Almeida

“Los chicos me conectan con lo mejor de mí”

La actriz platense Victoria Almeida conduce Inventia, ciclo de Pakapaka –la franja infantil del Canal Encuentro– en dos segmentos para chicos, uno de ciencia y otro de cine. Además, en teatro está haciendo el unipersonal La última vez (que me tiré a un precipicio) todos los viernes a las 23.30 en el porteño teatro El Piccolino (Fitz Roy 2056).


"En Canal Encuentro el trabajo de por sí es atractivo y enriquecedor", dice Victoria Almeida. "En Pakapaka se trabaja con mucho compromiso y hay un gran equipo que maneja con sumo cuidado los contenidos que se tocan en los programas, escritores muy creativos, y artistas maravillosos que aportan a la calidad de Pakapaka. Se pone mucho amor en el producto y mucha responsabilidad", cuenta la respecto.

–¿Cómo es su trabajo allí?

–Ahora, en la nueva temporada de Pakapaka, estoy jugando distintos personajes, pero en Inventia mi rol fue más de conducción, sin máscara, y hablaba a cámara pensando que les hablaba a chicos.

–¿Qué le resulta atractivo de trabajar para los más chicos?

–Pienso que trabajar para chicos me conecta con lo mejor de mí. El hecho de saber que ellos están totalmente receptivos a todo lo que ven, escuchan y viven, y que todavía están formando sus valores, me conecta con ser ejemplar, con trabajar desde mi mayor humanidad, calidez, y vibrar en un plano tan lúdico como el que ellos habitan, tratando de que se reconozcan en nosotros. En Pakapaka se tocan temas educativos, divertidos e interesantes, pero a los personajes les pasan las cosas que también atraviesan a los chicos, los personajes entre ellos muchas veces sienten admiración, celos, amor, ganas de agradar, competencia, amistad. Y los mensajes son optimistas y nobles.

–¿Qué lugar considera que puede ocupar la televisión en la educación de los chicos y qué importancia le da al aprendizaje a través del entretenimiento?

–Un lugar muy importante, la tele tomó un lugar casi protagónico en muchas casas. Y, lamentablemente, en general los productos que consumen los chicos no tienen mucho de educativo, los mensajes son banales y es difícil que puedan percibir algo de los verdaderos valores humanos prendiendo la televisión que se está consumiendo. Por eso estoy tan contenta de trabajar en un canal que hace foco en la cultura y la educación, cuyos programas son interesantes, están hechos con seriedad y trabajan excelentes artistas.

El teatro. Victoria Almeida es la protagonista de La última vez (que me tiré a un precipicio), una pieza que creó junto al estadounidense Georges Lewis y que dirige Mario Marino. En esta obra unipersonal, un clown se pregunta el sentido de su existencia parado en una cornisa frente al abismo. En busca de esa respuesta, atraviesa una serie de posibles soluciones al vacío de su vida que lo conducen a descubrir quién quiere ser.

–¿Cómo fue la preparación de esta obra junto a George Lewis?

–Nos divertimos muchísimo trabajando juntos, creando, buscando, encontrando y equivocándonos también. Disfrutamos incluso habitar con incertidumbre el rumbo que tomará el resultado final, que en general es muy estresante. Convoqué a George como guía en la búsqueda de este espectáculo, sabiendo que se quedaría dos meses en Argentina. Él hablaba entonces un español algo limitado, y mi inglés era muy creativo. Usábamos diccionario de idiomas en los ensayos diarios; debíamos comprendernos con precisión. Crear la pieza junto a Lewis me dio mucha serenidad. Él me condujo siempre a ser sincera con mi trabajo, a encontrar que era lo que mi clown tenía para decir, a no peguntarme si la obra seria interesante o no para los demás. Terminada esta etapa, convoqué a Mario Marino, quien aportó una mirada interesantísima a la puesta en escena y a la dramaturgia del espectáculo.

–¿Por qué eligió el clown para desarrollar la historia?

–La propuesta surge de las ganas desbordantes que mi clown tenía de hacer su espectáculo. Era infrenable! No tuve más opción que escucharla y consentirla. Los clowns son muy dominantes.

–¿Por qué ésta es una puesta multidisciplinaria?

–No se me ocurre otra manera de contar este espectáculo. Los elementos que utilizamos, la música, las animaciones, el video son parte del mundo de este personaje y son el personaje. El hacerlo de esta forma surgió a medida que quisimos ampliar nuestras posibilidades expresivas, no dije "quiero hacerme la moderna y crear un espectáculo que fusione música, clown, video y animación digital". Fue surgiendo hacerlo así porque fueron apareciendo las personas adecuadas. Elegí trabajar con artistas que, además de admirarlos en lo que hacen, todos tienen formación en clown, entonces no fue difícil que entiendan lo que George, Mario y yo queríamos de ellos para esta pieza. Ellos pudieron captar profundamente al personaje para traducir su poesía en canciones, en dibujos animados, en video y en luces como lo hicieron.

–Escribió el libro, actúa y hasta se ocupa del vestuario. ¿Eso tiene más que ver con la autogestión o con ser una artista multifacética?

–Más que ser multifacética, yo diría que tengo muchas inquietudes, curiosidades. Y vivo en constante formación para llenar la panza de esas curiosidades. También porque tengo muchas ganas de decir cosas, y necesito armarme de herramientas para que las pavadas que puedo tener para decir, tengan una llegada más directa a la sensibilidad. Puntualmente, refiriéndome a este espectáculo, el haberme hecho cargo de varios roles, tiene que ver con autogestión, necesidad y capacidad de hacerlo. No es cosa rara en Buenos Aires, donde es sorprendente la buena calidad y la cantidad de propuestas teatrales independientes que se encuentran y la convicción con la que las realizamos. No hay tantos productores de teatro, ni tanto apoyo a la cultura, y es llamativo como con pocos recursos se han hecho cosas tan buenas. Nos las vamos ingeniando, saltando obstáculos. Y, aprendiendo a tomar roles nuevos, se aprende mucho.

–¿Qué otros proyectos tiene para este año?

–Además de La última vez..., estoy actuando en una pieza interesantísima en el teatro Patio de Actores, en Buenos Aires, El Amante del amor. Es una nueva creación de la gran directora y maestra Helena Tritek, que logra plasmar la poesía de Shakespeare en imágenes bellísimas, con músicas saboreables. Y en Agosto estreno El Dibuk, en el Teatro San Martín, la obra clásica por excelencia del teatro israelí, que dirigirá Jacobo Kauffman.

Fuente: Diagonales

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