21-06-2010 / Un espectáculo en el que los chicos interactúan con el personaje del Dr. XxFZZ
Ayer por la tarde se estrenó en el Pasaje Dardo Rocha Los Sonámbulos (Una historia de la ciencia en dos patadas), una obra teatral infantil que recorre la sinuosa historia de la ciencia, con sus tropiezos, aciertos y ocurrencias. Las funciones continuarán todos los domingos, hasta el 11 de julio inclusive.
"El protagonista de la obra se llama XxFZZ y es un señor que no debe quedarse dormido, porque como bien escribió y pintó Goya, 'el sueño de la razón engendra monstruos'. De modo que los chicos deben evitar todo el tiempo que se duerma, porque sino quién sabe qué cosas podrían suceder", resumió Cristian Palacios al referirse al hilo conductor de Los Sonámbulos. El autor e intérprete de la obra habló con Diagonales sobre este particular espectáculo infantil que habla de la ciencia.
–¿Hay mucha improvisación en la obra a partir de lo que aportan los chicos espectadores?
–El espectáculo tiene un guión fijo, que cuenta una historia de principio a fin, pero lo que más enriquece cada escena es el aporte de los chicos con sus comentarios. Y no falta, por supuesto, el adulto que no puede resistir la tentación de intervenir. Para lograr esto trabajamos mucho con la técnica del clown, en el espectáculo no hay una "cuarta pared", el personaje le habla al público y eso le permite tomar lo que el público le da para hacer un chiste o, incluso, en los momentos más dramáticos, que también los hay, para reforzar lo que está sucediendo.
Los Sonámbulos es la historia de cómo un montón de sabios que creían tener razón estaban equivocados y de cómo otro montón de sabios que creían estar equivocados tenían razón. Y va de Pitágoras a Einstein, de la tabla del dos a las matemáticas no euclideanas, de las paradojas al infinito.
La obra tiene la forma de una conferencia: Historia de la Ciencia en Dos Patadas a cargo del Dr. XxfZZ Zdrockk Ggg, Testigo de los Hechos y XxfZZ es el narrador de la historia.
La interacción con los chicos es fundamental para la obra, que no pretende, no puede, ser exhaustiva, todo lo contrario: “la idea es interesar a los públicos por los temas que se tocan para que por si solos busquen mayor información”.
–¿Para qué edad está sugerida la obra?
–Es ideal para niños de ocho años en adelante, adolescentes y adultos. Pero sobre todo es una obra que está sugerida para que los hijos la compartan con sus padres, porque se da una química muy interesante. No siempre el adulto tiene la posibilidad de que le expliquen la historia de la ciencia de esta manera y suelen sorprenderse mucho ante algunas cosas, a la par que los niños.
Para ver en familia. Los Sonámbulos es un espectáculo teatral para los chicos en el que los grandes también la pasan bien mientras aprenden y se divierten con ellos
La obra aborda temas como el pensamiento, la responsabilidad de la ciencia ante la sociedad y el mundo, los distintos cambios de paradigma y los aciertos y tropiezos de los científicos en la aventura del descubrimiento.
El desafío es introducir a los niños en temas tan complejos como la historia, la ciencia y la filosofía –a los que generalmente acceden desde perspectivas simples– sin dejar de problematizar ninguno de sus aspectos (puede haber más de una historia, la ciencia puede equivocarse, qué es y cómo se lleva a cabo el pensamiento filosófico) y sin perder la especificidad del género, teatro para niños.
–No es común que el teatro infantil aborde un tema como la ciencia. ¿Por qué el grupo se propuso hacerlo?
–Nos motivó la lectura de dos libros, uno es Los Sonámbulos de Arthur Koestler, de donde toma su nombre el espectáculo. Es un libro algo complejo, para nada dedicado a los niños, en donde Koestler plantea la tesis de que los científicos muchas veces actúan como sonámbulos en el descubrimiento de la verdad y nos demuestra como 1800 años antes de Copérnico ya se sabía que la tierra era redonda y que giraba alrededor del sol, cómo ese conocimiento se olvidó y hubo que volver a descubrirlo tanto tiempo después. También plantea que la tragedia del pensamiento occidental es la separación entre ciencia, arte y religión, que en un comienzo eran parte de una misma esfera. El otro libro que nos motivó es Las Cosmicómicas de Ítalo Calvino. Y finalmente nos movió nuestro propio recuerdo de cómo en la infancia muchos aspectos de la ciencia eran absolutamente fascinantes y la desilusión que nos provocaba cada vez que un maestro, al hablar de algo tan increíble como el origen del universo o la teoría de la gravedad, lo tornaba una materia insípida y aburridísima que había que estudiar de memoria para el próximo examen. Por supuesto que no todos los maestros son así, están los que saben hacer de la ciencia una verdadera aventura del pensamiento y a ellos va dedicado nuestro espectáculo.
Teatro e investigación. Los Sonámbulos es una producción de la Compañía Nacional De Fósforos, con dirección y puesta en escena: Paula Brusca. Forma parte del Proyecto de Investigación en Teatro para Niños Con los Cinco Sentidos y fue creada a través de una serie de experiencias con chicos de entre 7 y 12 años.
–¿Cómo fue la experiencia con chicos a partir de la que surge esta obra?
–Lo fuimos trabajando con distintos grupos de chicos de distintas edades a través de problemas que nosotros planteábamos y otros que ellos mismos nos traían. La experiencia fue sumamente enriquecedora y motivó el formato general del espectáculo. Al comienzo, por ejemplo, planteábamos la posibilidad de que los chicos durante la obra pudieran hacer preguntas. Pero era tal la cantidad de preguntas, que era imposible avanzar con la lógica de la historia que queríamos contar. Al final sacamos esa parte, porque de todas formas las preguntas llegaban igual, algunas increíbles. Una especialista en enseñanza de las Ciencias nos dijo alguna vez que era un espectáculo ideal para que las maestras lo vieran con sus alumnos, porque de esa forma podrían entender qué es lo que mueve la curiosidad del niño cuando se le habla de temas como el origen de la vida, el movimiento de los planetas o el comienzo mismo del universo.
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