RESCATA LA IDENTIDAD QUE TIENE CADA BARRIO.
30 julio 2008 Soledad Villamil disfruta y padece Buenos Aires. La actriz y cantante, platense de nacimiento y porteña por adopción, está orgullosa de vivir en una ciudad con una gran oferta cultural.
- ¿Tenes un sentimiento de pertenencia con Buenos Aires?
- Sí, me siento muy porteña. Llegué a los ochos años y viví en muchos barrios, la conozco en profundidad. Creo que la disfruto y padezco como la mayoría de los porteños, es una sensación de ambivalencia que tenemos todos.
- ¿Cuál es tu barrio preferido?
- Tengo muy buenos recuerdos de Agronomía. En particular del barrio Rawson, que es una edificación de los años '30 en el que hay un triangulito medio perdido ente la Facultad de Agronomía y el club Comunicaciones. Allí viví siete años. Es un rincón alejado del mundo que pese a estar en el medio de la ciudad es sumamente pacífico, tiene muchos árboles y una construcción muy humana. Ya no vivo allí, pero le tengo mucho cariño.
- ¿Qué te fascina de Buenos Aires?
- Una de las cosas más interesantes es caminar por diferentes zonas y barrios. Uno va cambiando de geografías y de climas, se puede estar en distintas ciudades sin salir de la Capital Federal. Me gusta tanto la zona de Palermo, del Museo de Bellas Artes, de Plaza Francia como San Telmo, como también me gusta ir un domingo a la Feria de Mataderos. Cada barrio tiene mucha identidad, es cuestión de dar con el lugar adecuado al ánimo que cada uno tenga.
- ¿Cómo se refleja tu porteñidad en tu repertorio?
- Mis canciones van entre lo urbano y lo campero, tienen mucha identidad porteña, tanto de la ciudad como de lo suburbano que, más allá que no sea el lugar donde yo vivo también me identifica mucho.
- ¿Qué canción describe mejor a la ciudad?
- Es difícil elegir, porque toda la música popular de Buenos Aires refleja diferentes ánimos de Buenos Aires. Pero me gusta la visión que da Anclado en Parts, de Enrique Cadícamo, porque es la visión de aquel que está alejado y valora las pequeñas cosas de su lugar natal.
- ¿Qué te disgusta de las modificaciones que ha sufrido Buenos Aires?
- El cambio en una metrópoli es algo inevitable, tiene que ver con el paso del tiempo y el crecimiento de la población. Hay lugares que han cambiado muchísimo y provocan cierta nostalgia. De chica viví en Las Cañitas, cuando nos mudamos, el barrio no tenía edificios ni restaurantes y las calles eran de adoquín. Todo ese cambio para mí fue bastante doloroso porque era un barrio de saludar a los vecinos que tomaban mate en la vereda. Igual me parece que a la ciudad le falta planificación. Se pone de moda un barrio o una zona y el crecimiento se vuelve desproporcionado, me gustaría que se cuidara más ese aspecto.
- ¿Qué es para un artista llegar a la calle Corrientes?
- Yo no viví la época de esa calle en su esplendor, ni siquiera en mi infancia. Es una avenida que sufrió muchos golpes y que pasó por muchas crisis que a esta altura se notan. Creo que conserva algo de aquella mística y que aún es un punto de atracción.
- ¿Qué disfrutas de la noche de Buenos Aires?
- Me gusta ir al cine, al teatro, a escuchar música. Me parece que hay una oferta cultural riquísima, a pesar de las dificultades o tal vez por ellas. A veces uno no llega ver toda la producción que hay por la enorme cantidad de espectáculos y propuestas, eso es algo muy valioso.
- ¿Qué recorrido le recomendarías a un turista?
- Yo le haría un circuito de norte a sur por la ribera del río y sus aledaños. Uno allí puede ver diferentes panoramas, desde la opulencia hasta al paisaje más pobre y más profundo. Bordear toda la ciudad a metros del Río de la Plata puede ser una experiencia muy interesante para alguien que no la conoce.
Fuente: Miradas al Sur
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