Entrevista a Iñaki Urlezaga
por Agustina Llumá
Iñaki Urlezaga realmente ama a la Argentina. El platense es integrante del Royal Ballet de Londres desde 1995, pero aunque tiene una agenda de actuaciones sobrecargada, siempre encuentra la forma de venir a actuar a nuestro país por uno o dos días. “Antes venía 15 días, ahora ha cambiado la diagramación de funciones en el Royal, por eso bailo el jueves en Londres, viajo el viernes, llego acá el sábado, bailo el domingo, me voy el lunes, y el martes estoy trabajando de nuevo en Inglaterra”, explicó en un extenso diálogo con balletin dance en uno de esos, sin duda, agotadores viajes relámpago
Durante los últimos años Iñaki ha desplegado un entusiasmo admirable, al punto de crear su propia compañía de ballet de cámara para llevar espectáculos a todos los rincones del país. Pero la escala obligada de sus viajes es siempre su ciudad natal, La Plata, donde comenzó sus estudios de ballet.
El bailarín confirmó que actuará en el Teatro Colón en octubre, escenario que no pisaba desde 1998, pero también insinuó que la tarea de dirección de ballet le interesa cada día más.
¿Por qué no bailaste en el Colón todo este tiempo?
Por los problemas de programación en el Royal. Muchas veces tengo que resignarme. Lucho, peleo y ellos realmente se enojan conmigo porque yo digo cosas en la oficina por ahí sin pensarlas. Tampoco el Colón se puede adaptar a mis tiempos. Entonces este año dije, si no bailo en el Colón me voy del teatro. Como en Londres se empieza a bailar a final de octubre, arreglé para estar acá los primeros días de ese mes.
Iñaki va a interpretar el protagónico masculino de Giselle en un programa en el que Paloma Herrera hará también algunas funciones aunque no vayan a coincidir sobre las tablas. El otro gran tema, casi un anuncio, fue el de su vocación de director. “La dirección me gustó siempre. Tengo una buena perspectiva de las cosas. Hay gente que puede poner a todo un cuerpo de baile junto y otros que no saben como hacerlo”, dijo.
Iñaki ejerce la dirección en su propia compañía a cargo de Lilian Giovine y Esmeralda Agoglia, que este mes realizará audiciones para sumar bailarines a sus filas. Aunque “el día que yo sea director, seré sólo director. Ahora soy bailarín y bailo. Me gusta hacer las cosas a fondo y bien. Porque además cuando yo las hago a medias, yo me doy cuenta y me produce un gran vacío, esas sensaciones no me gustan”.
¿Qué es lo más positivo de estar en el Royal?
Que me terminó de formar. Cuando llegué tenía 19 años, era un nene, y no tenía mucha idea de cómo era un profesional. Veía un bailarín formado, lo disfrutaba arriba de un escenario pero no sabía cómo se hacía. Hoy cuando voy a ver un espectáculo de ballet, veo cuando una persona sabe lo que está haciendo, cuando una persona está terminada.
¿El Royal ha influido en tu interpretación?
No, la interpretación pasa por el lado humano de la persona. Eso no se puede enseñar. Vos me podés enseñar cómo girar, pero no me podés obligar a sentir algo; o en la vida obligar a amar a alguien. Sería injusto conmigo mismo si dijera que ellos (los ingleses) me hicieron artista, porque eso lo hizo el tiempo. Ellos me han formado como primer bailarín, saber cómo tiene uno que estar parado, cómo reaccionar con la gente, que la escenografía forma parte de uno y que si uno no le da la importancia que debe tener a las tres horas de duración de una obra, el ballet se muere.
Hay cambios previstos para este año en el Royal, finalmente Sir Anthony Dowell deja el cargo de director en julio ¿te preocupa eso?
No sé qué va a pasar conmigo. No se qué vuelco va a tomar la compañía con el próximo director. Me quedé siempre en el Royal porque me gusta el repertorio, pero fundamentalmente porque me siento bien ahí adentro. Yo soy un bailarín muy respetado, es algo que yo agradezco profundamente, es casi primordial. El repertorio para mi es el ideal. Toda la vida quise bailar ese tipo de obras de Ashton y Mac Millan.
¿Puede ser que la próxima gestión cambie un poco el repertorio?
Yo ya noté un gran cambio de repertorio, hay mucho moderno, mucho más de lo que generalmente hacemos. A mi (los coreógrafos contemporáneos) Jirí Kylián, Nacho Duato, Mats Ek, me parecen fabulosos, pero no para bailarlos todo el tiempo. La compañía en un año puede cambiar completamente de rumbo y de dirección y ya no va a ser más lo que era durante estos últimos 50 años del siglo pasado. Esa es una gran disyuntiva que tenemos todos los primeros bailarines. Nos miramos y decimos ‘qué hacemos el año que viene’.
¿Para vos es una necesidad venir y bailar en la Argentina?
No sé si es una necesidad bailar en la Argentina. Para mi es una necesidad estar en la Argentina. De última yo mi carrera la hice, y la hice afuera. Si yo puedo compartir todo lo que aprendí con los argentinos me parecería fantástico. A mi Londres me fascina, me encanta, ya es mi casa. Pero adoro Buenos Aires. No puedo imaginar mi carrera el resto de mi vida, de mis días, en Inglaterra. Siempre le dije a Anthony que ‘a mi me gusta todo, yo ya estoy establecido acá, pero desde ya el día que me jubile, que largue las zapatillas vuelvo a Buenos Aires’.
¿Cuál fue el objetivo de crear una compañía en la Argentina?
Yo necesitaba una compañía que hiciera una o dos veces al año cosas que yo quería hacer. El año pasado me hubiese sido imposible hacer lo que hice con Oscar Araiz en una compañía oficial.
En La Plata y Europa
Voy a bailar en La Plata este año, en junio. Luego regreso en septiembre para actuar en el teatro nuevo que aún no conozco; nunca lo vi, dicen que es muy bonito. En Europa, también bailo, este año tengo funciones en Francia e Italia. Además todos los años hacemos una semana de festivales en Japón.
Próximas fechas de la gira (Junio)
Viernes 22: Teatro Odeón de Concordia, Entre Ríos
Domingo 24: Centro Cultural Guido Miranda de Resistencia, Chaco
Miércoles 27 y jueves 28 Teatro del Libertador de Córdoba
En este mes también bailará en La Plata
© mayo 2001
Fuente: http://www.balletinarchivo.com.ar/2001/iniaki_urlezaga.htm
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