DEPENDE DE LA DIRECCION DE CULTURA Y ENTREGA TITULO OFICIAL
Se encuentra en su etapa de formación pero ya comenzó a dictar clases en el Galpón de la Comedia, ubicado en 49 entre 3 y 4 de nuestra ciudad. La carrera tiene tres años de duración e incluye a la acrobacia como una de las materias
Una propuesta que tiene como objetivo rescatar la tradición circense argentina y preparar futuros profesionales con nivel académico y cultural, fue puesta en marcha hace unos pocos días por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Se trata de la primera Escuela de Circo Profesional, con rango de nivel terciario o profesorado, que depende de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense. Los egresados, luego de tres años de estudio, obtendrán un título oficial en esa materia.
La Escuela de Circo bonaerense, que se encuentra en etapa de formación, comenzó a dictar sus clases en el Galpón de la Comedia, ubicado en 49 entre 3 y 4 de La Plata. Y sus docentes aseguran que es una experiencia inédita en nuestro país. La carrera que tiene una duración de tres años, e incluye clases de acrobacia, gimnasia, tango, folclore, destreza corporal, comicidad circense y formación teórica en historia del espectáculo y circo, era esperada por jóvenes platenses y de la región.
Tanto es así que a pesar de no haberse realizado gran difusión oficial sobre este emprendimiento -que coloca a la provincia a la vanguardia de la cultura circense- se inscribieron más de un centenar de alumnos.
Los aspirantes a ingresar a esta escuela deberán contar con título secundario o del polimodal, poseer como mínimo 18 años de edad y contar con una mínima experiencia en acrobacia, destreza gimnástica, teatro o comicidad. Y por supuesto, demostrar aptitudes.
Las primeras cuatro clases -la última se dictó el martes pasado- tuvieron como objetivo la difícil tarea de seleccionar a los 25 alumnos que continuarán asistiendo a clases durante el presente ciclo lectivo.
Sucede que debido a la particularidad de las actividades (algunas consideradas peligrosas) y al poco espacio disponible, “se hace imposible trabajar con grupos más numerosos”, señalaron a Hoy los docentes de esa escuela.
Por tal motivo, las clases se dictarán martes y jueves en el Galpón de la Comedia (en La Plata), y los sábados por la tarde en la Escuela de Circo de Berazategui, que cuenta con un espacio amplio. Además, posee todos los elementos básicos necesarios para la enseñanza circense. Mario Pérez, docente de la Escuela de Circo bonaerense dijo que “el objetivo es que los egresados tengan un nivel profesional tan elevado como los mejores trapecistas y equilibristas del exterior”. Y agregó que “es la primera vez que un alumno puede contar con una escuela de formación profesional gratis, que dependa de una cartera educativa y que además otorgue título oficial terciario”.
El docente destacó: “buscamos una dirección profesional del arte circense, no queremos artistas de calles, ni semáforos”. Y remarcó que “la idea es que el egresado sea un verdadero profesional y encuentre su ámbito de trabajo en el teatro local o en el exterior”.
En su segundo año, la escuela de circo contará con docentes capacitados en danza, magia, talleres de teatro, mimos, gimnasia en aparatos y asignaturas como historia del circo y arte dramático, según se detalla en la flamante currícula de la carrera.
Por su parte, Gabriela Ricardes, también docente de la escuela explicó que “el circo como actividad artística ingresó en una etapa de transformación que se fue gestado desde adentro de la propia actividad y permitió el acercamiento de otras disciplinas como el teatro y la danza”.
“Esto -continuó Ricardes- ayudó a la apertura de la actividad circense y permitió una revalorización y un acercamiento de muchos sectores, no como público sino como protagonista de algo que antes se transmitía a través de generaciones”.
Por último señaló que “la escuela ayuda a sacar la actividad de lo puramente tradicional y cerrado, para enseñarlo... Ya no es como antes que sólo las familias circenses podían acceder a esa información”, concluyó.
La escuela y el arte callejero
Los jóvenes que a diario se ven en las esquinas y semáforos de nuestra ciudad haciendo malabares, son algunos de los alumnos que concurren a la nueva escuela circense, concebida para preparar profesionales que se desempeñen en los circos.
Baltazar Casas tiene 20 años, es platense y en algunas ocasiones se instala en la zona de 1 y 51, para hacer malabares con pelotas o clavijas. El martes pasado mientras asistía a la última clase de selección para ingresar a la Escuela de Circo explicó: “me fui metiendo de a poco y me di cuenta que esto es lo mío”.
Visiblemente entusiasmado señaló que “el año pasado iba a otra escuela de este tipo, pero entre el boleto del viaje y la matrícula escolar no pude continuar”. Y agrego que “ahora es distinto porque es acá (en La Plata) y gratis”.
Brenda Primus, tiene 21 años y comparte su tiempo entre la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Escuela de Circo bonaerense. En diálogo con Hoy, la joven estudiante dijo: “empecé a hacer malabares en una escuela privada, algo me enseñaron algunos amigos y cuando quise darme cuenta estaba estudiando sobre este mágico mundo del circo”.
La futura periodista señaló que “esta actividad es algo más que un pasatiempo, ya que me la tomo muy en serio y también me gustaría trabajar en un gran circo”.
Nicolás Marota tiene 28 años y junto a su hermano Federico, los sábados y domingos, sorprenden a quienes visitan Plaza Italia con su obra los “trapecistas”. El también es uno de los alumnos de esta inédita experiencia que puso en marcha la cartera educativa.
“El mundo del circo se me apareció medio de casualidad como un hobby. Pero creo que el gran responsable de eso fue mi viejo, él nos llevaba a todos los circos que había y con mi hermano veníamos maravillados y enganchados con esa magia” contó. “Luego, con los años -señaló este artista platense- me di cuenta que la actividad circense hace muy bien al cuerpo, a la cabeza y ayuda llevarle felicidad a los chicos”.
Por último, todos los alumnos que se inscribieron en la escuela de circo reconocieron tener algo en común: el sueño de trabajar en un gran circo.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2001/04/29/pdf/1617.pdf
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