ESCENA DE “BARLOVENTO”, LA OBRA DE CIRCO Y TEATRO QUE SE PRESENTÓ EL SÁBADO EN EL COLISEO PODESTÁ
Por Irene Bianchi
“Barlovento”, espectáculo de circo-teatro a cargo de la Compañía marplatense Hazmerreír. Elenco: Ana Clara Manera, Federico Galván, Martín Umérez, Nacho Rey. Música original: Juan Sardi. Vestuario: Leila López y Alejandra Ostuni. Diseño gráfico: Ferrari Chiappa. Fotografía: Carolina Block. Asistencia: Lucas Manso, Federico Galván. Dirección: Alan Darling. Teatro Municipal Coliseo Podestá.
“Barlovento” es un término marino que indica la dirección desde la que llega el viento. La nave de locos tripulada por la francesita Anik, el italiano Marco, el árabe Abdul y el ruso Krauft, navega contra viento y marea, doblegando tempestades, con rumbo desconocido. El barco es una torre de Babel, un microcosmos, una mélange de nacionalidades, lenguas y costumbres, una forzada convivencia con vaivenes y altibajos, que muestra cohesión frente a la adversidad.
Es un espectáculo bello por donde se lo mire, que combina artes circenses, acrobacia, danza, actuación, música, magia, prestidigitación. Impacta la destreza de los cuatro, que desafían la gravedad, y visiblemente disfrutan de sus travesuras aéreas. Por momentos, quitan el aliento por el riesgo que corren.
Más allá de su eficaz comicidad, que desata carcajadas de la platea y cautiva a los niños, lo particular de “Barlovento” es la atmósfera poética que logra crear. De pronto, la nave surca un mar de sueños, acosada por la Parca que amenaza y aglutina a los tripulantes. Esa escena onírica es el punto cúlmine de esta ambiciosa propuesta.
“Barlovento” es una ráfaga de aire fresco, un dechado de creatividad e ingenio, que deja traslucir, entre muchas otras cosas, un rigurosísimo entrenamiento físico, que desemboca en una increíble coordinación. Lo que más se destaca es el trabajo en equipo: como en el circo, todos dependen de todos, todos se ayudan y se complementan, todos arman y desarman, todos se necesitan, y todos se lucen. Hermosa metáfora de la vida en sociedad, y edificante mensaje para comprender la interdependencia de todos nosotros, más allá de nuestras diferencias.
La música original de Juan Sardi, que le valiera un Premio Estrella de Mar, es una aliada imprescindible. Muy ágil la dirección de Alan Darling, que logra alternar los contratantes climas con equilibrio y sabiduría.
“Barlovento”: una travesía con final feliz. Y una botadura muy auspiciosa.
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