Nuevo horizonte
La actriz debuta como directora con Desmadre, que se estrena el jueves
Por Sol Santoro | LA NACION
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Se animó a la dirección, junto con Juan Pablo Martínez. Foto: LA NACION / Maxi Amena |
Después de haber recorrido como actriz tanto la pantalla grande como la chica, Jazmín Stuart se anima a la tarea de dirigir y estrena el film Desmadre este jueves. La historia de Carla (Florencia Otero) -una chica algo a la deriva- y el reencuentro con su madre (Claudia Fontán) -una mujer que evita la idea del paso del tiempo y la existencia de problemas- la tentaron para un rol que espera seguir ocupando. Aunque admite que son muy distintos, se alegra de haber estado detrás de cámara en dupla con Juan Pablo Martínez y, al ver la película, se encuentra a sí misma en la música, en el arte, en algunos personajes y en la creación de climas. Llevar la novela de Guillermo Fadanelli al cine se le presentó como un desafío: "Fue una propuesta de Juan Pablo, que me invitó a participar como coguionista y codirectora, y me pareció una buena manera de foguearme y probar; sentí que iba a tener una contención que me daba seguridad. Esa responsabilidad compartida tuvo sus ventajas, pero, por otro lado, tengo muchas ganas ahora de contar algo mío, nunca había trabajado con materiales ajenos. Fue entrar con reglas del juego distintas a las que tendría yo en un proyecto propio".
-¿Qué te convenció de la propuesta de Martínez?
-Me enganché, principalmente, por las ganas de salir a la cancha. En cine hasta que no hacés, no aprendés. Además, la novela pasa por temas que a mí siempre me interesaron, como las relaciones humanas, la mujer, la sexualidad, la búsqueda de identidad y la moral versus el deseo. Carla se siente sola muchas veces y se escuda detrás de una mirada ácida y polémica. Dice cosas que son políticamente incorrectas, pero lo hace para resguardarse. No sabe si le gusta una chica o un chico, y en realidad, lo que sucede es que no puede entregarse.
-¿Cuál es tu sello en Desmadre?
-La novela es muy literaria, traducirla a la acción dramática fue arduo. Saqué líneas argumentales, agregué personajes, modifiqué escenas. Era necesario sumar tensiones y contrapuntos. Para mí el papel de Carla tenía que mutar. Por eso inventé el personaje de Nazareno Casero, para que baje la película a un lugar más real. El la confronta con sus propias falencias e ideas caprichosas. Cuando veo la película, reconozco el estilo de diálogos que suelo escribir y un modo de plantarse de los personajes que veo como propios. De todas maneras, se nota el cruce de miradas y en un punto es un rompecabezas.
A pesar de ser éste el primer largometraje que lleva su firma, Jazmín no siente que esto le permita llevar el traje de operaprimista, le parece demasiado. "No puedo compararme con directores que sí realmente están haciendo sus óperas primas y se ve en sus películas algo personal y visceral. Admiro muchísimo a quienes trabajan en esos términos, como Fadel, Medina o Mitre, y estoy tranquila porque esta experiencia es fundamentalmente para arribar a eso." No quiere apurarse ni lanzarse a algo a lo que espera llegar más adelante (quizás en su próximo trabajo), y este estreno la encuentra en un contexto que le resulta muy atractivo. "El cine argentino, a nivel creativo, está en un momento de explosión total. Cada vez hay más diversidad, y existe un público para ese cine. Es importante darle tiempo, no se le puede pedir al público que acuda como una manada la primera semana, la gente necesita enterarse qué hay en cartel."
-¿Cómo sería tu ópera prima entonces?
-Lo que es seguro es que siempre voy a hablar de relaciones humanas, a partir de un tono a medio camino entre el humor y lo dramático. Veo películas ajenas y cambio. Me gusta mucho cierto cine norteamericano independiente, me gusta ver buenas actuaciones, los diálogos bien escritos. Se trata de ir afinando la puntería hasta lograr lo más cercano a lo que uno quiere. Será cuestión de hacer.
-¿Qué te gustaría que pase con el estreno?
-Me gustaría que alcancen el tiempo y los espacios como para que la gente la pueda ir a ver. Lo más importante para mí fue hacerla, lo que yo pretendía ya lo tomé. Sí me gustaría tener buenas devoluciones, pero no depende de eso que la experiencia sea satisfactoria. Aprendí en este rodaje lo que no había aprendido en diez años.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1480911-stuart-del-otro-lado-de-la-camara
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