Entrelíneas
Por Pablo Sirvén | LA NACION
Foto: Canal 7
Más allá de la calidad explícita de la versión local de En terapia, lo interesante, y que abrirá sin dudas un debate en las productoras nacionales de ficción, es que el público acepta programas sin tanto despliegue de producción y búsqueda compulsiva de artificiosos impactos, a cambio de un libro más profundo y grandes actuaciones.
En terapia deviene del formato original israelí Be tipul, que ya tiene una conocida versión en los Estados Unidos (In Treatment, de HBO). Licenciado a Dori Media Contenidos, Esther Feldman y Alejandro Maci adaptaron sus libros. La serie es emitida por Canal 7, de lunes a viernes, a las 22.30, más una maratón de todos los programas de la semana, los sábados, a las 22.
Son 45 capítulos de 26 minutos donde, día tras día, el psicoanalista Guillermo Montes (Diego Peretti, aparte de actor, es psiquiatra) recibe a un paciente distinto: los lunes, a Marina (Julieta Cardinali), una médica anestesista que se declara enamorada de él; los martes, a Gastón (Germán Palacios), un policía conflictuado porque mató a inocentes en un operativo y tiene una sexualidad ambivalente; los miércoles, a Clara (Ailín Salas), una adolescente con intentos suicidas; los jueves, a una pareja en crisis permanente (Dolores Fonzi y Leonardo Sbaraglia) y los viernes la supervisión del trabajo del psicólogo Montes, y de sus propios problemas, queda en manos de Lucía (Norma Aleandro). Se agrega Alejandra Flechner como la esposa del personaje de Peretti, otro matrimonio que hace agua.
Si bien en este programa hay una escenografía rica y detallada (la casa y el jardín del psicólogo), el 85 por ciento del tiempo se resuelve en poderosos primerísimos planos y contraplanos del diálogo que mantiene el profesional con sus pacientes. Un guión sólido y actuaciones convincentes bastan y sobran para que el televidente se concentre muchísimo más que en un programa con elenco multitudinario, generosos exteriores, diálogos artificiosos y situaciones forzadas.
A esto también apostó, nada menos que hace 29 años, el mismo canal que hoy emite En terapia. Con ínfimo presupuesto, Jacinto Pérez Heredia (que había sido productor del exitoso El amor tiene cara de mujer, en Canal 13) se acordó de Nelly Fernández Tiscornia, una maestra que unos años antes le había llevado a dicha emisora unos relatos que le habían asombrado por su sensibilidad y precisa pluma. La llamó y le pidió que escribiera dos enfoques de una misma historia para dos parejas. Se representaría sobre un fondo negro y mínima ambientación, hábilmente dispuesta por Inés Leroux.
-Tiene que ser una situación límite entre una pareja o grupo familiar -le bajó la consigna Pérez Heredia, que, de paso, se convirtió en título del nuevo ciclo.
Programa que casi no sale al aire porque aun en sus últimas semanas de vida, la dictadura militar todavía hacía pesar, por medio de sus obsecuentes funcionarios en la TV oficial, sus prejuicios y censura, para aquellos libros que se atrevían a inconveniencias sin metáforas.
Pero, contra viento y marea, un par de semanas antes de que renaciera la democracia, Situación límite finalmente vio la luz y marcó un hito en la historia de la TV argentina a lo largo de más de 90 emisiones y tres años en pantalla, con los mejores actores peleándose por estar allí, dirigidos primero por Alejandro Doria y después por Alberto Rinaldi.
La profundidad de los textos (sin golpes bajos, sin necesidad de apelar a impactos tirados de los pelos y sin sustentación dramática), las actuaciones sutiles; el clima reforzado por el juego de luces y los planteos expresivos de cámara lograron con extrema sencillez un ciclo memorable. Cada programa tenía un título corto que por lo general se resumía en una sola palabra ("Etiquetas", "Hijos", "Regalos", "Crisis", "Adulterio", etcétera) y de allí hasta surgió una exitosísima obra de teatro (Made in Lanús, que después fue película, con el título de Made in Argentina).
Hoy, los derechos de todos esos programas están en manos de los tres hijos de Nelly Fernández Tiscornia, quien murió en 1988 (María Elena, Hernán y María Marta), los que le cedieron algunos títulos a la actriz Patricia Palmer para que los llevase al escenario.
La argentina En terapia se grabó entre el 6 de febrero y el 2 de mayo de este año, antes de que saliera al aire el primer capítulo. Habrá una segunda temporada que seguramente se rodará no antes del último trimestre de 2012.
Los decorados internos se armaron dentro de Canal 7 y cada programa se hizo en una sola jornada. Los exteriores de los 45 episodios se grabaron todos juntos en seis días.
Dori Media es la encargada de la producción general, posee los derechos y distribuye el formato. La emisora brindó la operatividad técnica, parte del equipo de producción y participó en el casting.
Según la productora general de Dori Media, Verónica Alvarez, hay grandes expectativas de comercialización de En terapia en América latina y España.
Jorge Nielsen es un apasionado documentalista (en papel) del espectáculo argentino y, particularmente de la TV local, a la que ya lleva dedicados nada menos que once (sí, 11) libros.
Los tres últimos acaban de aparecer juntos, de un solo saque. Se llaman Teleficciones y es un trabajo descomunal, una completísima guía donde están reunidas las fichas técnicas de todos los programas de la televisión argentina desde La Pandilla Marylín, no bien arrancaron las transmisiones en 1951, hasta En terapia y Condicionados, de la actual temporada y en el aire desde hace poco tiempo. Quien quiera más información, o comprarlos (no se venden en librerías) puede consultar en http://teleficcionesdeljilguero.blogspot.com.ar/
El trabajo de Nielsen permite confirmar lo que ya sabíamos a ojo de buen cubero, pero ahora con números concretos que demuestran que la ficción ha ido desafortunadamente retrocediendo a lo largo del tiempo en la televisión argentina por múltiples razones (económicas, gremiales, políticas y, principalmente, por la aparición de nuevos formatos y por comodidad, entre otras causas).
Entrando en la séptima década de existencia del medio más popular surge, según la completa enumeración que hace Nielsen en Teleficciones, que los años más productivos fueron los 60, con 1059 títulos distintos que la pantalla chica aportó en materia de creatividad autoral y actoral. Se confirma que aquella fue su irrepetible década dorada.
¿Cuál es, en contraposición, el decenio más famélico en este rubro? El primero de este siglo: apenas aportó 282 ficciones autóctonas. Pero las cosas podrían empeorar: si se comparan los dos años y medio que han transcurrido desde 2010, los ciclos de ficciones suman 63 contra 86 del mismo período de la década pasada, aunque todavía queda medio año para tratar de remontar.
El año de mayor producción de ficciones fue 1961, con 170 ciclos, cuando estaban arrancando los nuevos canales privados (en orden de aparición, el 9, el 13 y el 11) y, salvando 1951 (ya que la TV nació a mediados de octubre) que sólo aportó 16 ficciones, el peor de todos fue 2010 con escasísimos 21 títulos. Obsérvese que la década del 50, con un solo canal (el 7) brindó al público 604 programas con actores. En los menemizados 90, con 5 canales, ese tipo de producciones se derrumbó a 429 envíos, y de ahí fue en picada hacia mayores profundidades.
¿De mal en peor? Ojalá el ejemplo de En terapia cunda porque estaría indicando que se puede recuperar lo que la audiencia está esperando con grandes ansias.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1484631-en-terapia-propone-otro-tipo-de-ficcion
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