lunes, 18 de junio de 2012

La libertad de bailar con estructura

ESPECTÁCULOS / ZONA IDEAS/ La base del ballet como punto de partida de los restantes estilos de danza.

18.06.2012 | 17.21

Por Lucía Zapata

El Lago de los Cisnes, un clásico del Ballet. Con música de Tchaikovsky y coreografía de Petipa e Ivanov (foto: G. Genitti)

Una frase que fácilmente reconocerán los futboleros argentinos fue el disparador: “la base está”. Y desde ahí, salieron algunas conjeturas (o quizás sea una sola, una misma que da vueltas) acerca de una disciplina que podemos conocer como ballet o danza clásica.

El repaso por los orígenes, creadores y figuras ilustres lo dejaremos, al menos en esta oportunidad, un poco de lado. El foco estará puesto, retomando la expresión inicial, en las características y virtudes que hacen de la actividad citada un referente para cualquier estilo que se nos ocurra mencionar.

Casi todas las danzas (a veces no decimos todas para no generalizar aunque consideremos que así sea) se nutren de la técnica del ballet para sus creaciones. Sean bailes más estructurados o más libres, el punto de partida se encuentra en los movimientos llamados “base” del ballet que originan, a su vez, esos otros movimientos.

Desdiciéndonos de nuestros propios dichos de un párrafo al otro, recordaremos la invención de Pierre Beauchamps, que además de ser el maestro de baile de del Rey Luis XIV y director de la Academia Real de Danza fue quien creó las cinco posiciones del ballet que se utilizan a cada paso. Entendamos “a cada paso” como lo que podemos hacer tanto al inicio del movimiento, como durante o en el traslado, o hacia el final.

Escritas en el idioma del fundador, las posiciones en las cuales los pies mantienen contacto entre sí son “fermée” (cerradas), en las que se agrupan: “première position” (primera posición), “troisième position” (tercera posición) y “cinquième position” (quinta posición). Quedando las restantes dos colocaciones, en las que los pies se hallan separados el uno del otro, con la denominación de posiciones “ouverte” (abiertas): “deuxième position” (segunda posición) y “quatrième position” (cuarta posición).

Los entendidos en el tema pensarán en una omisión hacia una posición que no fue creada por Beauchamps pero que se utiliza en los ballets y que, de acuerdo al orden ya pautado, se ubica como sexta. Hecha la aclaración, la explicación de la enumeración de estas poses básicas, necesarias porque sirven para la postura correcta del cuerpo. Son los ejes (hay que sumar las posiciones de los brazos, pero ellas son las que acompañan a los pies) para desenvolverse en cualquier otra danza que se desee practicar. Figuradamente, si pensamos en la fuerza de un árbol para sostenerse, sus raíces permiten que todo el resto se sostenga, aunque a nuestra vista esa parte no aparezca porque está bajo tierra. En la danza, si bien muchos adeptos a ciertos estilos bailables podrán argumentar que es prescindible una formación académica base, la práctica deja constancia que la técnica del clásico o ballet es la que origina todo.

Estructura. Ordenar los movimientos, seguir una línea, mantener la postura, colocar los ejes del cuerpo de tal o cual manera. Suena estructurado para una disciplina artística como la danza, tan relacionada y asociada instantáneamente al ritmo, movimiento y la flexibilidad. Pero, como cualquier resultado va acompañado de algunos pasos previos, para llegar a desarrollar algún estilo que a simple vista parezca que no tiene nada que ver con el ballet, es necesario el ballet. Su sólida base, su técnica, sus principios, pues de la aplicación de estos devendrá en la práctica de cualquier otra forma de danza.

Esa base es la que dominará los movimientos del cuerpo hacia el lugar buscado, en completo equilibrio. Eso hay que tenerlo en cuenta, como también que la perfección y exactitud tan admirada del ballet no es transferible a aquellas otras danzas que se busque practicar. La precisión en las acciones es un atributo propio de ese estilo. Y esto no quiere decir que si sus principios nutren a los demás estilos, esos estilos tengan que copiar fielmente todo lo referido a ello. La técnica del clásico es el “fundamento o apoyo principal en que descansa alguna cosa”, tal cual indica la textual definición del diccionario. Y aunque se reniegue de ello, si “la base está”, sea lo que sea que venga después va a obtener mejores resultados (a la vista y para el propio cuerpo) con una técnica concreta y contundente que lo más importante que tiene es que permite ir más allá.

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