jueves, 10 de diciembre de 2009

Navidad en Escena

jueves, 10 de diciembre de 2009

Por Agustina Llumá

Con El Cascanueces finaliza la temporada de ballet del Teatro Argentino de La Plata

El Ballet del Teatro Argentino de la Plata, este año bajo la dirección de Rodolfo Lastra Belgrano, finalizará su temporada 2009 con la puesta “tipo” para las fiestas: El Cascanueces, la célebre historia de navidad, en la versión de Iñaki Urlezaga.

La dirección orquestal correrá por cuenta de Javier Logioia Orbe, el diseño escenográfico es de Juan Carlos Greco y la supervisión de vestuario de Eduardo Caldirola.

El Cascanueces, creación de Lev Ivanov, Marius Petipa y Piotr I. Tchaikovsky, fue estrenado el 17 de diciembre de 1892, en el teatro Mariinsky de San Petersburgo, y desde entonces, cantidad de visiones y variantes se presentaron en todo el mundo, siempre basadas en el libro de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann El Cascanueces y el Rey de los Ratones (1816), o como el caso original de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera de aquel cuento.

El argumento del ballet, desarrollado en varias escenas, trata sintéticamente de una fiesta de navidad centrada en el personaje de Clara (o María de acuerdo a la traducción), la hija de la familia anfitriona. No faltan magos, hechiceros ni sueños, que permiten todo tipo de extrañas situaciones, para finalizar nuevamente en el hogar.

Un teatro de marionetas, bailes de los concurrentes, niños, regalos (entre ellos el muñequito con forma de soldado que Drosselmeyer obsequia a Clara), un búo-reloj. Es medianoche, y un divertido efecto escenográfico reduce a la niña al tamaño de una ratita, y efectivamente una manada de ratones surgen por doquier encabezados por su Rey, al sonar de las campanadas que marcan las doce. Es entonces cuando el cascanueces cobra vida, como jefe de los soldaditos de plomo e inician una no exitosa batalla contra los ratones, hay también conejos-tambores en algunas versiones. Finalmente es Clara quien consigue expulsar al Rey de los Ratones.

Su muñequito es ahora un príncipe, y la escena se ha transformado en un bosque invernal, con hadas y reinas, adornado por la caída de suaves copos de nieve que bailan milagrosamente mientras la pareja como en un sueño, se transporta en una carroza.

En el segundo acto, una nueva batalla contra los ratones, en la que esta vez triunfa el Cascanueces, por lo que cantidad de muñecos y algunos gnomos celebran una fiesta. La pareja sigue rumbo hacia el reino de los dulces (a veces con Drosselmeyer), donde el Hada de Azúcar les ofrece un agasajo con bailarines de distintas partes del mundo, miembros eminentes de la corte, bailarines de danza española (chocolate), árabe (café), china (té) y rusa (bastones de caramelo, Trepak), pastoras, jengibre, polichinelas (bombones), flores.

Y así, el sueño de Clara se desvanece cuando ella despierta.

El Cascanueces incluido en el período romántico de Tchaikovsky, integra la trilogía de los ballets que compuso en la época de las grandes creaciones del imperio ruso, junto a La Bella Durmiente del Bosque y El Lago de los Cisnes. El compositor realizó además una suite del ballet completo, que es conocida en todo el planeta inclusive por aquellos ajenos al mundo del ballet, así el grand adagio del grand pas de deux del segundo acto, el vals de las flores, el coro de niños, la danza rusa, la marcha, y la danza del Hada de Azúcar, se utilizan en televisión, cine o en fiestas particulares.

Otras versiones

Coreógrafos de todo el mundo modificaron este ballet, generalmente abreviándolo, entre ellos Ede Brada (1927, Teatro Real de la Opera de Budapest), Nicholas Sergeyev (1934, Inglaterra), Vassili Vajnonen (1934, Teatro Kirov de Leningrado), Alexandra Fiódorova (1940, Ballet Ruso de Monte Carlo en Nueva York), William Christensen (1944, Ballet de San Francisco), George Balanchine (1954, New York City Ballet, los protagonistas son niños, versión televisiva con Macaulay Culkin 1993), David Lichine (1957, London Festival Ballet, Londres), Yuri Grigoróvich (1966, Teatro Bolshoi de Moscú), John Cranko (1967, Stuttgart Ballet), Rudolf Nureyev (1968, Teatro Real de Estocolmo, es la producción con la que cuenta el Teatro Colón), Margaret Mehuys (1973, Ballet Ouest de Montreal), Roland Petit (1976, Ballet de Marsella), Mikhail Baryshnikov (1976, American Ballet Theatre y otra versión para televisión en 1977, mejorada técnicamente en 2004), Mark Morris (The Hard Nut televisada en 1992), Javier Mejía (2008, Teatro Municipal en Santiago de Cali), Javier Candia Cid (2008, Teatro Municipal de Antofagasta, Chile).

Urlezaga

Iñaki Urlezaga, acaba de estrenar La Traviata, un trabajo que le demandó dos años de preparación, y que se presentará este mes en Buenos Aires. Así continúa su tarea compositiva, destacada por la musicalidad, las influencias inglesas de coreografías clásicas y el romanticismo. Esta adaptación de la ópera basada en La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas (hijo) es un claro reflejo de ello.

Con esta superproducción Iñaki Urlezaga celebra los diez años de su propia compañía, Ballet Concierto, que dirige Lilian Giovine, y que continuará su actividad en Egipto e Israel.

Transformar las partituras de una ópera (cantada) en ballet (movimiento) fue un arduo trabajo que el coreógrafo realizó junto a Luis Gorelik, director musical de esta versión.

En El Cascanueces, estrenada en diciembre del año pasado, Urlezaga hizo alarde de su experiencia con los grandes maestros de la coreografía inglesa, para relatar esta fiesta navideña. El desarrollo de la historia toma mayor reconocimiento, a la vez de hilvanar cada escena con perfecta naturalidad. Los roles de cada personaje están expuestos dramáticamente, revalorizando la mímica y la actuación. Música y coreografía son una sola.

Técnicamente la coreografía presenta sutiles actualizaciones, complejas, de aquellas que suelen notar solamente los especialistas. El trabajo de partenaire es exigido, la pareja de bailarines se complementa transformándose en un solo ser, para lo cual todos sus movimientos deben estar bien aceitados.

Ciertamente El Cascanueces es el ballet elegido para esta fecha en todo el mundo, es una oportunidad de acercar a los más pequeños al increíble mundo del ballet. Escenografías que se modifican a la vista del espectador, orquesta, coro, bailarines, muñecos, todo en su conjunto es mucho más que una historia de navidad en el hemisferio norte. Y Urlezaga logró con su versión, respetar a los grandes clásicos de manera actualizada y mantener al público atento en cada detalle, disfrutando con su propuesta a cargo de talentosos artistas.

¿Cómo llegar?

El Teatro Argentino de La Plata, cuenta con un servicio de ómnibus que parte desde Buenos Aires hacia la capital provincial, y regresa al finalizar la función. Informes gratuitos: 0800-666-5151.

Fuente: http://www.balletindance.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=496&Itemid=591

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