"LAS BODAS DE FIGARO" EN EL ARGENTINO DE LA PLATA
07.11.2006 | Ficha técnica: "Las bodas de Figaro", ópera en cuatro actos. Libreto: Lorenzo Da Ponte. Música: Wolfgang Amadeus Mozart. Director de orquesta: Jorge Mariano Carciofolo. Director del coro: Miguel Martinez. Régisseur: Oscar Barney Finn. Escenografía: Maria Julia Bertotto. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Cantantes: Carlos Esquivel, Eliana Bayón, Gustavo Gibert, Maria Jose Siri, Adriana Mastrangelo y otros. Orquesta y coro estables. En el Teatro Argentino de La Plata, el domingoo 5.
En el año en que se cumple el 250º aniversario del nacimiento del genial músico salzburgués, Wolfgang Amadeus Mozart, el teatro Argentino de La Plata ofreció por primera vez en su larga trayectoria de casi ciento dieciséis años, "Las bodas de Figaro", cerrando su temporada lírica con el noble motivo de homenajear al compositor. Llegada después de una larga tardanza a nuestro país, con respecto al estreno mundial en Viena en 1786, la ópera esta basada en "Le mariage de Figaro", del autor francés Pierre de Beaumarchais, cuya primera parte ya había sido explotada por Paisiello al componer su "El barbero de Sevilla", que años después quedaría eclipsado al aparecer el "capolavoro" de Rossini.
UN EXITO IMPAR
Este primer contacto con su libretista Lorenzo Da Ponte le depararía a Mozart un impar éxito en el inicio de la colaboración. Y "Las bodas de Figaro" tiene una construcción preciosista y minuciosa, en lo musical y en lo teatral, con sus arias, duetti, escenas concertantes que, como ha señalado Edward Dent ?su argumento esta tan admirablemente construido que cada suceso de desarrolla en forma lógica y se instala convenientemente en el drama?. Y este fue un atributo relevante de la lograda versión con la que el teatro platense cierra su temporada lírica del corriente año, en la que su recuperación y paulatina afirmación ha sido una constante que se ha venido advirtiendo con el correr de los espectáculos ofrecidos.
Efectivamente, un consistente trabajo de ensamble de música y teatro se puso de relieve en esta realización de la genial ópera de Mozart, en la que la labor de dirección y concertación de Jorge Mariano Carciofolo alcanzó un nivel de calidad compartida con la de los intérpretes y demás colaboradores tanto en el foso como en el escenario. La coherencia conceptual fue la médula de esta versión y la lectura de situaciones escénicas se advirtió siempre en correlación con el canto, los recitativos y las arias, dúos y concertantes, como por ejemplo en ese final construido con once voces solistas prolijamente ensambladas.
Cabe señalar el eficiente trabajo de Carlos Esquivel como un lucido Figaro, logrando en "Aprite un po"quegli occhi" uno de sus mejores momentos Gustavo Gibert sumó su experiencia y desenvoltura para el Conde Almavina, en tanto las voces femeninas tuvieron en Maria José Siri una relevante Condesa Rosina, con voz bien timbrada y caudalosa, que adquirió especial relieve en el aria "Dove sono", muy festejada por el público, en tanto el canto atractivo y cautivante de la "soubrette" Eliana Bayón (Susana ) descolló en la bella aria "Deh, vieni, non tardar", vertida con impecable línea mozartiana .
EL CHERUBINO
El Cherubino de Adriana Mastrángelo también fue vocalmente destacable en sus diversas intervenciones, como su bien fraseado "Voi che sapete" y compartieron con homogéneo nivel esa labor de relieve y coherencia, acertando con su tipología vocal y sicología de personajes Luciano Miotto (Don Bartolo), Vanesa Mautner (Marcellina), Gabriel Renaud (Don Basilio), Juan Barrile (Antonio), Susana Moreno (Barbarina) y Don Curcio (Osvaldo Peroni) por lo que el bien integrado "ensamble" de todos los papeles fue una constante.
Por su parte, la labor del experimentado "régisseur" Oscar Barney Finn aseguró con respeto y claridad la relación biunívoca entre música y teatro en un marco escenográfico colorido y pintoresco de Maria Julia Bertotto, con prolijos diseños que dejaron también un cierto vacío en el generoso escenario del Argentino. La eficiente iluminación de Roberto Traferri y el correcto vestuario de Eduardo Lerchundi completaron la grata visualidad de la versión donde los organismos estables, orquesta y coro (éste, dirigido con solvencia por Miguel Martínez) ratificaron también el eficiente aporte que han venido efectuando en la temporada. Un cierre entonces, con un lucido tributo a Mozart, en un año de creciente y auspiciosa consolidación del teatro platense.
Néstor Echevarría
Fuente: http://www.laprensa.com.ar/303081-Un-lucido-homenaje-a-Mozart.note.aspx
07.11.2006 | Ficha técnica: "Las bodas de Figaro", ópera en cuatro actos. Libreto: Lorenzo Da Ponte. Música: Wolfgang Amadeus Mozart. Director de orquesta: Jorge Mariano Carciofolo. Director del coro: Miguel Martinez. Régisseur: Oscar Barney Finn. Escenografía: Maria Julia Bertotto. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Cantantes: Carlos Esquivel, Eliana Bayón, Gustavo Gibert, Maria Jose Siri, Adriana Mastrangelo y otros. Orquesta y coro estables. En el Teatro Argentino de La Plata, el domingoo 5.
En el año en que se cumple el 250º aniversario del nacimiento del genial músico salzburgués, Wolfgang Amadeus Mozart, el teatro Argentino de La Plata ofreció por primera vez en su larga trayectoria de casi ciento dieciséis años, "Las bodas de Figaro", cerrando su temporada lírica con el noble motivo de homenajear al compositor. Llegada después de una larga tardanza a nuestro país, con respecto al estreno mundial en Viena en 1786, la ópera esta basada en "Le mariage de Figaro", del autor francés Pierre de Beaumarchais, cuya primera parte ya había sido explotada por Paisiello al componer su "El barbero de Sevilla", que años después quedaría eclipsado al aparecer el "capolavoro" de Rossini.
UN EXITO IMPAR
Este primer contacto con su libretista Lorenzo Da Ponte le depararía a Mozart un impar éxito en el inicio de la colaboración. Y "Las bodas de Figaro" tiene una construcción preciosista y minuciosa, en lo musical y en lo teatral, con sus arias, duetti, escenas concertantes que, como ha señalado Edward Dent ?su argumento esta tan admirablemente construido que cada suceso de desarrolla en forma lógica y se instala convenientemente en el drama?. Y este fue un atributo relevante de la lograda versión con la que el teatro platense cierra su temporada lírica del corriente año, en la que su recuperación y paulatina afirmación ha sido una constante que se ha venido advirtiendo con el correr de los espectáculos ofrecidos.
Efectivamente, un consistente trabajo de ensamble de música y teatro se puso de relieve en esta realización de la genial ópera de Mozart, en la que la labor de dirección y concertación de Jorge Mariano Carciofolo alcanzó un nivel de calidad compartida con la de los intérpretes y demás colaboradores tanto en el foso como en el escenario. La coherencia conceptual fue la médula de esta versión y la lectura de situaciones escénicas se advirtió siempre en correlación con el canto, los recitativos y las arias, dúos y concertantes, como por ejemplo en ese final construido con once voces solistas prolijamente ensambladas.
Cabe señalar el eficiente trabajo de Carlos Esquivel como un lucido Figaro, logrando en "Aprite un po"quegli occhi" uno de sus mejores momentos Gustavo Gibert sumó su experiencia y desenvoltura para el Conde Almavina, en tanto las voces femeninas tuvieron en Maria José Siri una relevante Condesa Rosina, con voz bien timbrada y caudalosa, que adquirió especial relieve en el aria "Dove sono", muy festejada por el público, en tanto el canto atractivo y cautivante de la "soubrette" Eliana Bayón (Susana ) descolló en la bella aria "Deh, vieni, non tardar", vertida con impecable línea mozartiana .
EL CHERUBINO
El Cherubino de Adriana Mastrángelo también fue vocalmente destacable en sus diversas intervenciones, como su bien fraseado "Voi che sapete" y compartieron con homogéneo nivel esa labor de relieve y coherencia, acertando con su tipología vocal y sicología de personajes Luciano Miotto (Don Bartolo), Vanesa Mautner (Marcellina), Gabriel Renaud (Don Basilio), Juan Barrile (Antonio), Susana Moreno (Barbarina) y Don Curcio (Osvaldo Peroni) por lo que el bien integrado "ensamble" de todos los papeles fue una constante.
Por su parte, la labor del experimentado "régisseur" Oscar Barney Finn aseguró con respeto y claridad la relación biunívoca entre música y teatro en un marco escenográfico colorido y pintoresco de Maria Julia Bertotto, con prolijos diseños que dejaron también un cierto vacío en el generoso escenario del Argentino. La eficiente iluminación de Roberto Traferri y el correcto vestuario de Eduardo Lerchundi completaron la grata visualidad de la versión donde los organismos estables, orquesta y coro (éste, dirigido con solvencia por Miguel Martínez) ratificaron también el eficiente aporte que han venido efectuando en la temporada. Un cierre entonces, con un lucido tributo a Mozart, en un año de creciente y auspiciosa consolidación del teatro platense.
Néstor Echevarría
Fuente: http://www.laprensa.com.ar/303081-Un-lucido-homenaje-a-Mozart.note.aspx
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