MUSICA : LA MOVIDA DE LA CIUDAD DE LA PLATA
Gloria Guerrero ESPECIAL PARA CLARÍN
Un aguerrido sexteto que ironiza "¡Volveré y seré remera!" reúne a más de 2 mil personas por noche; una banda de rock barrial convoca otras 2 mil almas cada vez que se presenta en público; hay un grupo de reggae que orilla los 700 espectadores por función; otra agrupación (Guasones, con más años encima y tradición de rock guitarrero) ya pasó la barrera de las 3 mil entradas pagas. Todos los fines de semana, de jueves a domingo, trabajan entre diez y quince bandas... cada día. Tocan en los centros culturales, en los pubs, en los teatros, en los estadios y en las plazas.
¿Las plazas de dónde? Las de una ciudad diseñada precisamente para contar con una plaza pública cada siete cuadras; una ciudad universitaria, que recibe alumnos de otras provincias y otros países, ansiosa por entrar en ebullición toda vez que las artes bellas (y la Facultad de Bellas Artes) así lo dispongan. La Plata está en llamas desde que despertó, en los años 60, a un movimiento de rock independiente y distinto que marcó buena parte del rock de la Argentina.
Los Redonditos de Ricota, Virus o Peligrosos Gorriones, cada quien en su época propia, hicieron marcas indelebles en el almanaque de la música popular de todo el país. Hoy, a sólo 60 kilómetros de Buenos Aires, las bandas de rock y pop se multiplican como conejos, y algo más: la gran mayoría supera la media y dicta cátedra, lo que en una población juvenil universitaria no deja de tener sentido. Con respecto a este asombroso boom platense, todos están seguros de algo: el rock de La Plata es único, distintivo y personal. "Lo que no tenemos tan claro son las causas", reconoce Federico, bajista de Mostruo! "¿La influencia universitaria? ¿Simple endogamia? ¿Autismo? Más bien un poco de las tres cosas..." Gustavo, cantante de Mister America, explica: "Todos nos conocemos de una u otra Facultad, lo que aporta un ingrediente culto a la hora de componer. Se mezclan la plástica con las letras, la filosofía, la música, la psicología... Creo que, en general, el rock de La Plata trasciende en su búsqueda los propios límites del rock oficial. Me refiero a la pretensión primera del músico, al crear un concepto; ahí, el platense crea pensando en y para la universalidad de su propio mundo: una ciudad compleja, con códigos propios, y con un alto bagaje cultural al que hay que responder."
Ricardo Rocambole Cohen, artífice de la imagen visual de los Redondos durante un cuarto de siglo y hoy diseñador de las tapas de Skay, es el actual vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de La Plata; LR11 Radio Universidad funciona como aglutinante y disparador de la escena musical (véase recuadro); Cala Discos, compañía independiente, cuenta con un catálogo interesante y dedicado: su dueño, el Tano Caccavo, inventa desde 2004 nuevas alternativas de financiación, grabación y difusión de las bandas que se le acercan, bajo el lema: Una copia más, un disco más.
"En La Plata, el futuro llegó hace rato", dice Luciano, cantante de Don Lunfardo y el Señor Otario (los que volverán y serán remeras). "A diferencia de otras ciudades, en nuestras calles la invasión estudiantil es más visible y genera espacios de diversión alternativos. Fiestas, peñas, encuentros teatrales y todo tipo de eventos culturales tiñen a la noche de cierta originalidad que se construye en base a una matriz poética y una identidad sonora propia."
La identidad está presente también en el notable compilado a cargo de una romería de bandas: Tomo lo que encuentro, 19 versiones de Virus (2004). "No es un homenaje ni un tributo", aclara su mentor, el periodista platense Oscar Jalil, tomando distancia de las actuales sobredosis de reverencias a las obras de artistas vernáculos. "Es un disco de versiones, donde cada banda se apodera de un tema y muestra su sonido a partir de su propuesta; entre otros, estuvieron Pángaro, Bochatón, Mister America, Estelares, Las Canoplas y normA". Jalil ya tiene en gateras un segundo trabajo, que saldrá en marzo, en base a las canciones de Oktubre, de los Redonditos de Ricota.
"¿La Plata es especial? ¡Por supuesto!", dice Chivas, cantante y guitarrista de normA. "La Plata fue construida desde la nada total, algo inédito en el mundo: una ciudad fundada hace 124 años desde la ambición política mezclada con las locuras de un ingeniero y un gobernador. Hay empleados públicos enfermizos; burócratas de día y músicos de noche; delirantes que transitan en líneas rectas; diagonales para sintetizar trayectos; miles y miles de tilos y azahares y magnolias en las plazas, que perfuman increíblemente en primavera... Hay mucha fantasía en la ciudad y en sus habitantes; por eso, muchas veces creemos que estamos en otra historia, como la de Manchester, por ejemplo (ciudad inglesa, cuna histórica de un nuevo rock). Pero la identidad es inevitable. Desde mi punto de vista, lo mejor para crear es enamorarte de tu ámbito. Yo estoy enamorado de La Plata. Y mi banda también."
Fuente: http://old.clarin.com/diario/2006/11/11/espectaculos/c-01211.htm
Gloria Guerrero ESPECIAL PARA CLARÍN
Un aguerrido sexteto que ironiza "¡Volveré y seré remera!" reúne a más de 2 mil personas por noche; una banda de rock barrial convoca otras 2 mil almas cada vez que se presenta en público; hay un grupo de reggae que orilla los 700 espectadores por función; otra agrupación (Guasones, con más años encima y tradición de rock guitarrero) ya pasó la barrera de las 3 mil entradas pagas. Todos los fines de semana, de jueves a domingo, trabajan entre diez y quince bandas... cada día. Tocan en los centros culturales, en los pubs, en los teatros, en los estadios y en las plazas.
¿Las plazas de dónde? Las de una ciudad diseñada precisamente para contar con una plaza pública cada siete cuadras; una ciudad universitaria, que recibe alumnos de otras provincias y otros países, ansiosa por entrar en ebullición toda vez que las artes bellas (y la Facultad de Bellas Artes) así lo dispongan. La Plata está en llamas desde que despertó, en los años 60, a un movimiento de rock independiente y distinto que marcó buena parte del rock de la Argentina.
Los Redonditos de Ricota, Virus o Peligrosos Gorriones, cada quien en su época propia, hicieron marcas indelebles en el almanaque de la música popular de todo el país. Hoy, a sólo 60 kilómetros de Buenos Aires, las bandas de rock y pop se multiplican como conejos, y algo más: la gran mayoría supera la media y dicta cátedra, lo que en una población juvenil universitaria no deja de tener sentido. Con respecto a este asombroso boom platense, todos están seguros de algo: el rock de La Plata es único, distintivo y personal. "Lo que no tenemos tan claro son las causas", reconoce Federico, bajista de Mostruo! "¿La influencia universitaria? ¿Simple endogamia? ¿Autismo? Más bien un poco de las tres cosas..." Gustavo, cantante de Mister America, explica: "Todos nos conocemos de una u otra Facultad, lo que aporta un ingrediente culto a la hora de componer. Se mezclan la plástica con las letras, la filosofía, la música, la psicología... Creo que, en general, el rock de La Plata trasciende en su búsqueda los propios límites del rock oficial. Me refiero a la pretensión primera del músico, al crear un concepto; ahí, el platense crea pensando en y para la universalidad de su propio mundo: una ciudad compleja, con códigos propios, y con un alto bagaje cultural al que hay que responder."
Ricardo Rocambole Cohen, artífice de la imagen visual de los Redondos durante un cuarto de siglo y hoy diseñador de las tapas de Skay, es el actual vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de La Plata; LR11 Radio Universidad funciona como aglutinante y disparador de la escena musical (véase recuadro); Cala Discos, compañía independiente, cuenta con un catálogo interesante y dedicado: su dueño, el Tano Caccavo, inventa desde 2004 nuevas alternativas de financiación, grabación y difusión de las bandas que se le acercan, bajo el lema: Una copia más, un disco más.
"En La Plata, el futuro llegó hace rato", dice Luciano, cantante de Don Lunfardo y el Señor Otario (los que volverán y serán remeras). "A diferencia de otras ciudades, en nuestras calles la invasión estudiantil es más visible y genera espacios de diversión alternativos. Fiestas, peñas, encuentros teatrales y todo tipo de eventos culturales tiñen a la noche de cierta originalidad que se construye en base a una matriz poética y una identidad sonora propia."
La identidad está presente también en el notable compilado a cargo de una romería de bandas: Tomo lo que encuentro, 19 versiones de Virus (2004). "No es un homenaje ni un tributo", aclara su mentor, el periodista platense Oscar Jalil, tomando distancia de las actuales sobredosis de reverencias a las obras de artistas vernáculos. "Es un disco de versiones, donde cada banda se apodera de un tema y muestra su sonido a partir de su propuesta; entre otros, estuvieron Pángaro, Bochatón, Mister America, Estelares, Las Canoplas y normA". Jalil ya tiene en gateras un segundo trabajo, que saldrá en marzo, en base a las canciones de Oktubre, de los Redonditos de Ricota.
"¿La Plata es especial? ¡Por supuesto!", dice Chivas, cantante y guitarrista de normA. "La Plata fue construida desde la nada total, algo inédito en el mundo: una ciudad fundada hace 124 años desde la ambición política mezclada con las locuras de un ingeniero y un gobernador. Hay empleados públicos enfermizos; burócratas de día y músicos de noche; delirantes que transitan en líneas rectas; diagonales para sintetizar trayectos; miles y miles de tilos y azahares y magnolias en las plazas, que perfuman increíblemente en primavera... Hay mucha fantasía en la ciudad y en sus habitantes; por eso, muchas veces creemos que estamos en otra historia, como la de Manchester, por ejemplo (ciudad inglesa, cuna histórica de un nuevo rock). Pero la identidad es inevitable. Desde mi punto de vista, lo mejor para crear es enamorarte de tu ámbito. Yo estoy enamorado de La Plata. Y mi banda también."
Fuente: http://old.clarin.com/diario/2006/11/11/espectaculos/c-01211.htm
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