martes, 1 de octubre de 2013

Patricia Castell: de figura joven del cine argentino a villana de telenovelas

Martes 01 de octubre de 2013 | Publicado en edición impresa

1926-2013

Por Pablo Gorlero  | LA NACION

Imposible no odiar a La Loba que encarnaba en Libertad condicionada , o a esa institutriz perversa que maltrataba a Andrea del Boca en Andrea Celeste . Sin embargo, dejaba asomar algún rasgo de ternura en la rígida directora de Señorita maestra . El rostro severo de Patricia Castell en la televisión siempre contrastó con su bonhomía en la vida real. La actriz, de 87 años, murió el domingo a raíz de una insuficiencia respiratoria y sus restos fueron llevados ayer al Panteón de la Asociación Argentina de Actores del Cementerio de la Chacarita.

Tuvo una belleza muy particular en sus comienzos. De alta estatura, rubia y delgada, incursionó en varios radioteatros y, sobre todo en los años 40 y 50, trabajó en películas como Hay que casar a Paulina, Madame Sans Gene, Soy un infeliz, La calle grita, La serpiente de cascabel, Diez segundos, El zorro pierde el pelo , La culpa la tuvo el otro, Sinfonía de juventud y Las apariencias engañan . Pero el cine también la contó en otros films posteriores como Mi amigo Luis y La madre María .

Foto: Archivo / F. Marelli
Pero la televisión le brindó una gran popularidad, gracias a sabrosos papeles de carácter. Además de los programas mencionados, trabajó en Su comedia favorita, Me llaman Gorrión, Malevo, Amar al ladrón, No hace falta quererte, El gato, El cuarteador, Novia de vacaciones, Hola, Pelusa, Celeste, Llena de amor, Herencia de amor, El Oriental, El pulpo negro, Vendedoras de Lafayette, Stress, Chiquilina mía, Antonella, Casi todo, casi nada, Alta comedia, Perla negra y Zíngara. Pero en los últimos años sus participaciones fueron más esporádicas, algunos de esos trabajos fueron: Vulnerables, Campeones de la vida, Yago, pasión morena, Kachorra, Son amores, Los secretos de papá, Sos mi vida y Valientes .

"Después de La calle grita me llamaron para hacer personajes importantes, pero no protagónicos -recordó en una nota que le realizó Julia Montesoro el año pasado-. Un día le dije a mi mamá: «No voy a ser más protagonista, porque estaría limitada a un trabajo por año, y yo quiero trabajar más». Y fui una segunda, buena." No tuvo una frecuente presencia en los escenarios, pero en 1951 trabajó en la obra La tía de Carlos , dirigida por Enrique Santos Discépolo, en el teatro Casino. En los últimos años, se desempeñó algún tiempo como coordinadora del programa San Luis Cine.

Generosa, disciplinada y muy querida, sin dudas el medio artístico extrañará a "la Castell".

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