Viernes 18 de octubre de 2013 | Publicado en edición impresa
Ópera
Con El holandés errante, de Richard Wagner, finalmente el Teatro Argentino de La Plata abre su demorada temporada lírica
Por Jorge Aráoz Badí | Para LA NACION
Mónica Ferracani interpreta a Senta en esta puesta que tiene el sello del francés Louis Désiré.
Foto: Paula Pérez de Eulate / Teatro argentino
Las conmemoraciones del aniversario de Richard Wagner no fueron especialmente generosas con los argentinos, entre quienes uno de los más colosales ingenios de la música tiene no pocos fieles. Un concierto aquí, otro más allá y el tan discutido resumen de El anillo del nibelungo , pero el año pasado. Las actividades musicales que convocan público en salas no parecieron encontrar espacio para recordar, como merece, a un creador que fecundó la música y la pobló de hijos y herederos.
Ahora, como otras veces, el Teatro Argentino de La Plata asume este compromiso pendiente y esta noche pone en escena a El holandés errante (o El buque fantasma ), ópera originalmente basada en las Memorias de von Schnabelewopski , una historia de Heinrich Heine que Wagner leyó en un tempestuoso viaje por el Báltico de Riga a Londres. El holandés... tuvo su estreno sudamericano, precisamente, en La Plata, en 1886, ocho meses antes de que subiera al escenario del Politeama, en Buenos Aires.
Las dificultades para interpretar a Wagner son conocidas, especialmente si se trata, como en este caso, de una obra de transición ideológica. En El holandés... Wagner comienza a expresar sus ideas estéticas de una manera que supera nuestras categorías habituales para entender los planteos musicales. Y a desarrollar una relación rara entre contenido y forma, un modo de argumentar y cantar que harán su estilo propio y producirán el arrollador wagnerianismo.
En esta ópera ya se advierte la voluntad de diluir los tradicionales números musicales. Antes que decorar, la música se concentra en retratar a cada uno de los personajes de manera distinta. Aparecen siete leitmotiv y las voces orquestales se independizan del sumiso acompañamiento a las humanas, para dedicarse a la transmisión de significados y a la síntesis de ideas. En la cautivante "Balada de Senta", el monólogo del Holandés o en el dúo, ya se respira el anticipo de la fenomenal expansión que producirán el Anillo, Tristán, Los maestros cantores y Parsifal.
La puesta del Teatro Argentino está en manos del francés Louis Désiré, conocido en la argentina como director de escena desde que en 2006 puso Sueño de una noche de verano y Werther en 2007, en el Colón. Luego regresó para realizar puestas en varias ocasiones, entre ellas, en 2009 I due Foscari, en 2010 Francesca da Rímini (en el Argentino) y Norma en 2012, nuevamente en el Colón.
Aquellas experiencias indicaron que se trata de un régisseur de ideas nada convencionales, aunque cada una de sus puestas fue resultado de un enfoque estético diferente. En este caso, cuenta a su favor con el hecho de que desarrollará la ópera en un solo acto, sin intervalos, como la diseñó el propio Wagner, cuando todavía hay directores que la presentan en tres, un sistema que interrumpe el incesante fluir del relato y la trama sinfónica.
La decisiva tarea de dirección orquestal es responsabilidad del brasileño Silvio Viegas, titular de la Sinfónica del Teatro Municipal de Río de Janeiro. Diego Méndez Casariego creó la escenografía, y Mónica Toschi, el vestuario. El equipo artístico se completa con el barítono Licio Bruno, quien será al Holandés y la soprano Mónica Ferracani, quien encarnará a Senta; su padre, Daland, estará a cargo del bajo Víctor Castells, mientras que el tenor Francesco Petrozzi hará a Erick; la mezzo Roxana Deviggiano será Mary, y el tenor Sergio Spina, El Timonel.
UN AÑO DIFÍCIL QUE TODAVÍA NO TERMINA
La apertura debió haber sido en el mes de agosto
El viernes 16 de agosto tendría que haber comenzado la ya por entonces retrasada temporada lírica del Teatro Argentino de La Plata. Estaba previsto para ese día el estreno de La traviata con puesta en escena de Gustavo Tambascio y la actuación protagónica de Paula Almerares. Pero no sucedió. El grueso de los cuerpos estables del teatro venía realizando asambleas y manifestaciones públicas pidiendo la puesta al día del pago atrasado a los contratados, entre otros reclamos. Hoy, la situación parece estar más tranquila por lo que las autoridades del teatro platense están confiadas en que esta vez todo llegará a buen puerto. Las circunstancias han cambiado y recién ahora se puede decir que con El holandés errante comienza -y termina- la temporada lírica de este año.
El holandés errante
De Richard Wagner
Teatro Argentino, Av. 51, entre 9 y 10, La Plata.
Hoy, a las 20.30; el domingo, a las 20, y la semana próxima. Desde $ 30.
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