Domingo 15 de septiembre de 2013 | Publicado en edición impresa
Tras el fin de Solamente vos, planifica un largo descanso y, luego, llevar al cine la vida de la Flor del Alto Perú, con Benjamín Ávila
Por María Fernanda Mugica | Para LA NACION
Interpretar a Eva en Wakolda fue una experiencia particular para Natalia Oreiro. A sólo seis meses de tener a su hijo Merlín, la actriz trasladó a su familia a Bariloche y se puso bajo las órdenes de Lucía Puenzo para hacerse cargo de un personaje difícil: en un nivel práctico, porque habla el 80 por ciento de la película en alemán, idioma que no manejaba y, en lo que respecta a sus motivaciones, porque combina cierta dulzura en su rol de madre con decisiones francamente espantosas. "Para mí lo más difícil no fue el idioma, aunque necesité muchas horas de estudio, porque te ponés con un profesor y lo hacés -dice Oreiro-. Lo que me sucedió internamente, al ser una mamá tan reciente e interpretar a una madre que expone a su hija a un experimento genético sin medir consecuencias, me resultó muy perturbador. Si bien es una madre cariñosa, sensible y presente, en un momento ella se empieza a dar cuenta de quién es esta persona y, aún así, le confía la salud de su hija, por encima de la relación con su marido".
Además de la experiencia del embarazo y la maternidad, el abismo entre las convicciones de Eva y las suyas propias también la ayudaron a componer al personaje. "Como actriz fue fantástico, porque me despega mucho de Natalia, que para actuar es lo mejor que te puede pasar. Pero yo estaba tan movilizada hormonalmente con mi propia maternidad que estaba desbordada". Como madre, cuenta la actriz, le costó mucho poder interiorizar una idea de la perfección genética que le resulta tan ajena. "Pensar que su hija podría ser mejor es muy fuerte, porque para un padre tu hijo es lo que es y es lo mejor. Así tiene que ser aceptado desde un principio. Mi personaje no termina de aceptar que su hija es más chica y se convence de que lo sufre y que lo está haciendo por ella. Y tantas madres apañan a sus hijas, desde muy chicas, respecto de esa sensación de inferioridad o de incomodidad con su imagen".
SONIDOS Y COLORES
Cumplido su deseo de filmar con Puenzo, que tenía pendiente desde hacía tiempo, Oreiro volvió este año a la TV después de siete años de ausencia. Junto con Adrián Suar protagoniza Solamente vos , la exitosa tira que emite El Trece. "Estoy fascinada con el programa y con mi relación con Adrián. Nos llevamos muy bien y tenemos la misma manera de abordar las escenas. Hace un tiempo que incluso nos permitimos improvisar un poco, dejar que vayan surgiendo cosas. Además, a pesar de que es una comedia romántica, mi personaje no tiene siempre el mismo color. El tema es que son muchas horas y estamos a un sólo capítulo del que sale al aire: no tengo tiempo ni de resfriarme. Faltan un par de meses y terminamos. No voy a hacer televisión por bastante tiempo".
La veta musical de la tira -la peluquera Aurora, el personaje de Oreiro, tiene una segunda carrera como cantante- le resultó también una oportunidad divertida para volver a otra de sus facetas. Sin embargo, tuvo que detener el entusiasmo de su coprotagonista y productor por incluir más canciones. "Si no, no paro nunca y necesito tener mi espacio, mi tiempo. Es difícil hacer televisión y tener reflexión. Tengo 15 escenas por capítulo y me las estudio todas. Duermo muy poco. Entre todo lo que estudio, mi vida como mamá, más todas las horas de grabación y encima cantar, es demasiado. Pero estoy contenta porque me divierte lo que estamos haciendo y que la gente acompañe es fundamental".
Dejando la televisión de lado, los planes a mediano plazo de Oreiro se concentran en su familia y el cine. "Terminamos Solamente vos y me voy a hacer una pequeña gira por Rusia y Polonia. A partir de enero, descanso absoluto. Seguramente filme alguna película durante la segunda mitad del año que viene. La primera mitad del año mi intención es estar más en familia. Estos dos últimos años fueron muy fuertes."
Dentro de la vorágine, la actriz encontró tiempo para protagonizar con su hijo la campaña de Unicef para fomentar la lactancia. "Sabía que hacer la campaña con Merlín iba a tener un impacto bueno, porque no te estoy contando que doy la teta con un bebé ajeno. Además, me pareció que cuando él sea grande y lo vea va estar contento de haber participado".
A pesar del deseo de descansar un poco, Oreiro ya tiene un proyecto cinematográfico en vista. "Tenemos ganas con Benjamín Ávila, el director de Infancia clandestina , de hacer otra película juntos. Queremos hacer la vida de Juana Azurduy. Es un proyecto muy ambicioso que nos va a llevar mucho tiempo de preproducción y de conseguir los medios para hacerlo. Si todo sale bien, quizá podamos filmarla a fines del próximo año. Es un personaje muy difícil para mí. Me voy a tener que preparar mucho..
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