Es una casona que abre sus puertas a artistas locales. Corte de calle, murga y teatro
LA HISTÓRICA CASONA QUE FUNCIONA COMO CENTRO CULTURAL SE VISTIÓ DE FIESTA POR SUS CIEN AÑOS. EL FESTEJO SE REALIZÓ EN LA CALLE CON MÚSICA Y MUESTRAS
Una casona pegada al eje fundacional de La Plata que fue vivienda de los primeros habitantes de la Ciudad, pensión, se recuperó como hogar de una familia y ahora se abre al público como centro cultural, llega este año al centenario de su construcción y la dueña le festejó ayer el cumpleaños con varias expresiones de arte y varios invitados.
El espacio cultural en que se convirtió el inmueble se llama “Vendrás alguna vez” y se emplaza en 2 entre 53 y 54. Lo aloja una propiedad de corte clásico, levantada en 1913, y con un estilo “italianizante”, según refieren los arquitectos a esos edificios que construyeron los inmigrantes siguiendo la morfología urbana que se usaba en esa época en Italia.
Todo lo que se ve en esa suerte de “cajita de música”, como la define María Raquel porque en lugar de responder al típico diseño de “casa chorizo” se desarrolla en un terreno de 10 por 10 por 10 metros, es original, es decir, tiene 100 años. Tanto se ha hecho para conservar los elementos primarios de la propiedad que cuando su actual dueña la adquirió decidió levantar la alfombra que tapizaba uno de los pisos y dejar a la vista el revestimiento de venecitas, aunque algunas de las piezas estaban desgastadas por el paso del
tiempo.
La casa tiene tres plantas, que se dividen en un subsuelo semi enterrado, un nivel principal a dos metros por encima de la vereda, y un piso superior. Mantiene los pisos de pinotea, la carpintería que se colocó por primera vez, una escalera de madera, del tipo que se ve en los palacios, curvada. Gracias a los grandes ventanales con los que la construyeron es muy luminosa.
“Con mi marido se la compramos hace veinte años a la familia Hirchi; había sido usada como pensión así que nos levó nueve meses ponerla en buenas condiciones. Pero no tocamos nada de lo original”, contó María Raquel.
Un proyecto para “renacer” a través del arte
EL FESTEJO POR LOS CIEN AÑOS DE LA CASONA DE CALLE 2 MOVILIZÓ AYER A FAMILIAS ENTERAS
“Vendrás alguna vez” surgió como un impulso vital frente al desgarro emocional que sufrió su propietaria, María Raquel, al perder, víctima de un brutal crimen, a su único hijo, un joven artista multifacético. Psicóloga educacional que ya no ejerce, decidió, después de largos meses de dolor, homenajearlo volcándose a la promoción del arte, y habilitó, con esa finalidad, la antigua casa en la que había vivido con su marido pero que entonces estaba deshabitada. Se unió para el emprendimiento a su cuñada, la arquitecta Sonia Yede, y juntas llevaron adelante la iniciativa.
La historia de María Raquel tiene profundos altibajos. Adoptó junto a su marido, el farmacéutico Julio César Lissa -fallecido en 2000- a Francisco, cuando era un bebé de 8 meses. A los 23 años, en 2007, fue asesinado en un hecho que conmocionó a la Ciudad. El joven se inclinaba por diversas expresiones artísticas, como teatro, cine, y canto, y su madre replicó, de alguna manera, esas actividades en el centro cultural.
El ámbito ofrece, cada veinte días, exposiciones de artes plásticas, y por lo general, aunque también se dedica a pintores y escultores más consagrados, se abre para darles una oportunidad a los artistas nóveles, que dan a conocer sus trabajos en los dos salones de la planta principal acondicionados especialmente para eso. Es más: el lugar sirve todos los años para las tesis de los alumnos de la facultad de Bellas Artes que egresan con ese trabajo y allí se reúnen, en esas fechas, los estudiantes y los profesores que los evalúan. Además hay talleres de diversas disciplinas, como cine, literatura, teatro y pintura.
“Esta es mi manera -explicó- de darle una especie de continuidad a lo que apasionaba tanto a Francisco. Porque además, se acercan al centro cultural y trabajan con nosotras muchos compañeros de las distintas actividades que tenía él. Esto ha hecho que no pierda el contacto con ellos”.
Durante el festejo por la casa centenaria, se desarrollaron en la calle, una función de murga y otra de teatro, y el grupo Arte Niño, que conforman alumnos del colegio San Simón, llevaron sus trabajos de arte para exponerlos. Asistieron los artistas que se han ligado al centro cultural, amigos de Francisco y vecinos de la “petit” mansión.
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