A pleno. Fagioli, Tola y Almerares están felices de cantar en Buenos Aires luego de haber sido reconocidos en otras latitudes.
Domingo 23 de Agosto de 2009Franco Fagioli, Virginia Tola y Paula Almerares
Por Ramiro Albino
El Teatro Colón estrena el próximo martes en el Teatro Coliseo una nueva producción de Orfeo y Eurídice. Con dirección musical de Arnold Östman y escénica de Roberto Oswald, cuenta con tres excepcionales cantantes argentinos de trayectoria internacional: el contratenor tucumano Franco Fagioli (hoy en Stuttgart) encarnará a Orfeo, la correntina Virginia Tola (radicada en Washington) a Eurídice, y la platense Paula Almerares (que vive entre La Plata y Verona) a Amore. Los tres tienen fecundas carreras en Europa y convergen estos días en Buenos Aires para ofrecer una lectura más que atractiva de esta ópera fundamental.
Tola se sincera, acepta el sacrificio de la situación, y nos dice: “Perdí cosas en mi vida personal, el contacto con mi familia, aunque siempre hablamos, o ellos vienen de visita. Aun así, yo gano yéndome afuera, y sé que mi país será siempre éste, donde también tengo mi casa”.
Si dudarlo, Fagioli aclara que “son elecciones. Quien se mete en esto en un momento de su vida toma una elección. Algunos se quedan, y otros decidimos que no. Nos salió, nos invitaron, nos escucharon allá, y entonces dijimos que sí y fuimos”. Almerares busca una situación más conciliadora: “Elecciones y situaciones que se van sucediendo. La situación te va llevando. También está la elección de ir y venir. Tener carrera internacional y nacional es muy gratificante. Uno trata de no verlo desde el lado de las pérdidas”.
Fagioli, mientras tanto, reflexiona y agrega, siempre seguro: “Hay pérdidas afectivas, extrañamos; pero hay teléfono, Internet, Skype y demás, uno intenta mantenerse en contacto… si no lo viéramos de esa manera, nos enfermaríamos. A veces terminás una ópera en otro país y te vas a tu casa solo, nada de ir a comer con el elenco o con amigos. Las costumbres son diferentes, pero el amor a lo que hacés te lleva a eso, es un trabajo-pasión”. “Tal cual –acota Almerares, también convencida–. Uno vive arriba del escenario. En diferentes países se producen cosas distintas, pero es nuestro trabajo, el trabajo es así. Cuando uno empieza tiene esta meta, luego va hacia ella, y de pronto se da cuenta de que llegó. En ese momento, te cae una ficha, ¡llegaste! Y das cuenta de lo que es y cómo es”.
La última palabra queda para Tola, que muestra una visión más amplia del feliz exilio laboral del artista: “La experiencia que tengo afuera, conociendo nuevas culturas y gente diferente, y teniendo mi actividad como cantante, es muy enriquecedora para mi carrera y para mi crecimiento personal. Uno no puede quedarse acá, porque no crecería, creo que no tendría trabajo constante. Me encanta estar en contacto con otros artistas, con otros maestros, con otras orquestas. Me dan visiones distintas de lo que estoy haciendo”.
El trío se entusiasma al hablar de esta producción. Fagioli la recomienda por lo conocido del título y por el elenco, mientras que Almerares valora que ésta es una de las pocas oportunidades que tenemos de escuchar el rol de Orfeo cantado por un contratenor, tal como fue pensado originalmente (el rol suele ser cantado por una contralto).
Tola, sin embargo, recomienda esta ópera desde otro lugar, menos espectacular pero más sentido: “Quisiera que el público vaya, porque si bien el Teatro Colón como templo (yo lo llamo así) está cerrado, es su alma la que se traslada al Coliseo. Yo digo el alma porque los artistas somos todos argentinos y pertenecemos al teatro. Es importante que la gente vea que el Colón está vivo, que el arte sigue en pie. De la producción participan el coro y orquesta del teatro, y los solistas, que también salimos de ahí. Y además, el nivel de esta puesta con Oswald y Lápiz es refinado y al público le va a encantar. Es una experiencia distinta que ir a un musical o al teatro. Un nivel espectacular”.
Popularizar la Opera
Un tema fundamental en la charla fue el lugar del cantante frente a su público. Fagioli, siempre frontal, se aventura a decir que “la gente en general pone al artista en cierto lugar, sin conocer a su persona. Se supone que el cantante de ópera es un divo. Hay muchos rótulos populares de lo que es este trabajo y los medios realmente tienen mucho que ver en lo que la gente puede pensar acerca de un artista. Somos cantantes de ópera y tenemos un público específico, pero los medios pueden colaborar para cambiar esto. Afuera pasa que los cantantes de ópera van a programas que no tienen nada que ver con la ópera. Y eso es bueno”.
Almerares es mesurada: “Yo no iría a cualquier programa, sólo si sé que me tratarán con respeto y en el contexto adecuado”. Prosigue luego la charla: “Es muy difícil para los cantantes argentinos tener oportunidades para el exterior. En primer lugar por lo económico, es caro tomar un avión e ir a probar suerte. Yo gané dos concursos y ahí comenzó mi carrera, con gran esfuerzo. Agradezco a los concursos del Colón, porque de esa manera hay posibilidades de que cada vez más haya cantantes argentinos que tengan posibilidades en el exterior”.
Fuente: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0394/articulo.php?art=16453&ed=0394
No hay comentarios.:
Publicar un comentario