El ex director artístico del Colón asume en La Plata
Martes 23 de diciembre de 2008 | Publicado en edición impresa LA NACION
Por Pablo Kohan
Para LA NACION
La noticia, formulada de un modo escueto, indica que ayer, convocado por Juan Carlos D’Amico, presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, asumió Leandro Iglesias como administrador general del Teatro Argentino de La Plata y que, junto a él, llega Marcelo Lombardero para hacerse cargo de la dirección artística. Pero los hechos se dan en contextos que, como en este caso, le confieren otras significaciones y relevancias. Es que sobre el panorama de las inconsistencias, de las contradicciones, de la paupérrima temporada ya finalizada y de la falta de un proyecto claro por parte de la actual dirección del Colón, la asunción de la dupla que condujo con muy buen tino al Teatro, cuando éste debió cerrar sus puertas hace más de dos años para pasar por unas reformas que parecen ser eternas, genera expectativas ciertas.
Cuando quisimos inquirir a Marcelo Lombardero sobre este asunto, insistió en no decir nada sobre el Colón. "Todo lo que tuve que decir sobre nuestra actuación y sobre la actual gestión de Horacio Sanguinetti ya lo he hecho y no tengo nada que agregar." Y sonriente, cambia la conversación hacia sus sensaciones personales: "Estoy contento, nervioso, expectante y hasta feliz de estar nuevamente en el ruedo". Obviamente, y ya lo ha demostrado tanto como cantante o régisseur, o como funcionario que dirige artísticamente al Colón, a Lombardero le sobran ímpetu, fortaleza anímica y, sobre todo, ideas.
Comienza hablando de las peculiaridades del Teatro Argentino. "El Argentino no es el teatro de la ciudad de La Plata, sino de la provincia. Por lo tanto, haremos todo lo necesario para ir hacia otras localidades. Hay numerosos teatros en todo el territorio bonaerense y vamos a emprender un relevamiento del estado de estos teatros, y a ellos llegaremos con grupos de ópera de cámara y con ensambles instrumentales."
En términos más cercanos, Lombardero confirma qué sucederá en 2009. "Yo tengo el mayor de los respetos por el trabajo que han realizado Fernando De Rito y Reinaldo Censabella. Después de un par de años sin rumbo, con problemas internos y externos, lograron poner al teatro en marcha, más allá de conflictos y problemas que son comprensibles en una institución de este tipo. Y vamos a respetar la planificación que dejó Censabella. Puede ser que podamos agregar algo más, pero, en principio, la temporada comenzará con la Sinfonía Nº 2 de Mahler, dirigida por Luis Gorelik, y en abril se pondrá Salomé ¸ con Mario Perusso y Roberto Oswald. Se respetarán los contenidos y elencos de los seis títulos de ópera, de los diez conciertos sinfónicos y de las cuatro funciones de ballet. Por lo tanto, esencialmente, mi primera temporada será la de 2010". En realidad, quien asumió ayer fue, exclusivamente, Leandro Iglesias. Pero Lombardero ya está trabajando "para hacer un pase ordenado, para compartir una transición y para que el cambio no sea traumático en términos institucionales, contractuales y laborales".
Más allá de lo inmediato, Lombardero concibe otro futuro para el Argentino: "Si bien el teatro es de la provincia de Buenos Aires, nuestro objetivo es que, sin perder esa esencia, podamos colocarlo en el circuito internacional". Y enumera tareas e intenciones: "Las temporadas deberán salir de cierta rutina y avanzar hacia otros repertorios. Tenemos que continuar en la optimización que ya se ha hecho con los cuerpos artísticos para alcanzar mejores niveles, y hay que pensar en coproducciones. Debemos mostrar el teatro hacia afuera. En ciertas ocasiones podremos exportar producciones y, en otras, deberemos importar directores, régisseurs o cantantes que nos hagan crecer como institución". Y para aventar malentendidos, concluye: "Nunca creí ni me interesó el intercambio de mediocridades".
Aunque podrían parecer sueños de realización dificultosa, se lo conoce a Lombardero por su perseverancia y su habilidad para sortear dificultades. Por lo tanto, en voz alta, imagina rumbos: "Vamos a armar una ópera de cámara con dos o tres títulos itinerantes, económicos y viables. Tenemos que apostar a la formación del público, en La Plata y en toda la provincia. En 2010, para celebrar el Bicentenario, vamos a convocar a compositores con encargos operísticos y sinfónicos. En cada temporada habrá que poner una ópera barroca con el mejor nivel. Hay que instalar al Argentino también en el siglo XX. Vamos a tratar de acercarnos a la decena de títulos operísticos y a incrementar los conciertos sinfónicos. Va a haber que hacer más Stravinsky y Bernstein, pero también habrá que alcanzar la excelencia con Schubert, Mendelssohn o Brahms".
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1083441
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