domingo, 16 de julio de 2006

Todos los lujos en el estreno de Andrea Chénier en La Plata

OPERA EN EL TEATRO ARGENTINO

Se estrenó el viernes en nuestra ciudad la obra maestra de Umberto Giordano, en la que descollaron el tenor Gustavo López Manzitti y la soprano María Pía Piscitelli. Hoy y el próximo domingo habrá nuevas funciones

Con el colosal libreto de Luigi Illica sobre la Revolución Francesa, el drama lírico en cuatro cuadros, Andrea Chenier, de Umberto Giordano (1867- 1948), llegó el viernes al Teatro Argentino, con el tenor Gustavo López Manzitti junto a María Pía Piscitelli, y gran elenco de solistas, Coro y Orquesta del coliseo bonaerense bajo la dirección de Mario Perusso.

Tercer gran título de la Temporada de Opera de la sala platense, esta obra del creador de éxitos como Fedora y otros de la culminante lírica decimonónica, “suena” espiritual y estéticamente asociada al melodismo de Giacomo Puccini aunque sin dejar de lado, todo lo que el wagnerismo sinfónico monumental aporta como fuerte presencia en los atriles y en las voces de este hermosísimo, arduo y sin par Andrea Chenier.

El impactante y conmovedor dúo final, La nostra morte e il triunfo del amore...., del poeta revolucionario francoheleno Andrea Chenier (1762-1794), y de la noble Maddalena próximos a la guillotina en la Era del Terror jacobino en París, es quizá -sin desmerecer ninguno de los otros episodios de la trama-, lo que mejor resume el romanticismo de esta obra maestra, que Giordano estrenó en 1896 en Milán.

El tenor Gustavo López Manzitti prodigó todos los quilates vocálicos de su reconocida ductilidad y fuerza, su depurada técnica, su timbre heroico y su dicción impecable en otra noche de impecable performance dramática.

Sobre el eterno amor y el eterno femenino de la bella condesita Maddalena que estilizó el guión de Illica con pentagrama de Giordano, la angelical soprano María Pía Piscitelli realizó una composición de alto impacto. Gran maestro de la escena lírica argentina, el barítono Luis Gaeta, exhibió el maduro tecnicismo y la sensitiva personalidad que invariablemente aporta en las temporadas líricas y, en el rol del duro Gerard de la “protesta social”, hizo una entrega emocional y actoral altamente comunicativas donde la voz perfiló lo humano de ese agrio personaje.

Completaron el elenco sin altibajos y en muchos casos, con gran desempeño, Vanesa Tomas, Alejandra Malvino, Lucila Ramos Mañé (excelente en Madelon), Gabriel Centeno, Alejandro Meerapfel, Oreste Chlopecki, Norberto Marcos, Daniel Zuppa, Marcos Nicastro, Federico Sanguinetti, Mauricio Thibaud y Leonardo Palma.

Teatrista del Colón y del Argentino de La Plata y de todos los lugares de la lírica donde se produzcan éxitos, el maestro Eduardo Rodríguez Arguibel llega con el impacto de este título de Giordano ahora, sin ahorrar talento e imaginación para mover a los artistas en escena y auxiliado en Coro por Miguel Martínez (uno de los picos de la noche), Daniel Feijóo en escenografía, y luces sabiamente conducidas por Esteban Ivanec.

Uno de los grandes de la conducción orquestal argentina, el maestro Mario Perusso se puso al frente de la orquesta platense en el podio y concertó voces en escena y atriles en el foso, con atrapante estilo, fidelidad testimonial de la inspiración de Umberto Giordano y la carne viva de sus personajes.

Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2006/07/16/pdf/s05-sup.pdf

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...