Protagoniza éxitos en televisión, pero cada tanto necesita parar. Foto: Ricardo Pristupluk
Sábado 22 de julio de 2006 | Publicado en edición impresa
Un día en la vida de...
Tiene cara de muñequita seria y al principio se muestra desconfiada. Belén Blanco, una de las actrices jóvenes más talentosas y buscadas para hacer cine, termina de grabar unas escenas de El tiempo no para (la exitosa tira de Canal 9) y se zambulle en los sillones de un restó de Palermo. "Pasta seca con tomate fresco y oliva", pide la chica vegetariana que trabajó con Luis Puenzo, Sergio Belloti, Néstor Lescovich, y que está ansiosa por el estreno de Las manos, el film de Alejandro Doria inspirado en episodios de la vida del padre Mario Pantaleo.
Dice que no le gusta mirarse. Así que todas las noches, a la hora en que tanta gente se mete en su personaje, ella prefiere los videoclips o un libro. "Grabo doce horas por día, por lo tanto llegar a casa y volver a entrar en la historia sería no tener vida. Y a mí me gusta hacer otras cosas. Soy nocturna, disfruto escribiendo o compartiendo momentos con amigos. Cocinar cocino, pero tampoco impacto. Hago cosas con verduritas, muchos salteados, calabaza, ensalada de repollo crudo. Recomiendo esto último...".
Odia la rutina y llegó a la conclusión de que quiso ser actriz para escapar de ciertos ritos inevitables. "A la mañana me cuesta bastante enfrentar la vida y la energía no sobra. Después todo va mejorando paulatinamente. Desde ya, nada odio más en la vida que pagar impuestos, hacer trámites y todo ese tipo de cosas. Tampoco soy organizada con el tema de las compras diarias, el supermercado. Pero soy una persona de lo más normal. No ando por la vida con el personaje puesto".
Blanco se refiere a su relación con la gente. Asegura que no le molesta que la saluden, pero asume que no derrocha sonrisas ni se muestra ávida de reconocimiento. "Si te dicen algo lindo sobre el trabajo está todo perfecto, pero hay gente con cada salida... Generalmente la paso bien, jamás me han incomodado. Supongo que es una cuestión de actitud: yo puedo viajar en colectivo sin que nadie me reconozca. Y no pasa por ponerse unas gafas grandes o capucha. Tiene que ver con la forma de moverse, de pararse, de hacer las cosas. Un buen actor puede estar entre la gente y pasar inadvertido".
Le encanta comer, disfrutar de una copa de buen vino y, por sobre todas las cosas, viajar. "Estoy por comprarme un auto porque quiero subirme y acelerar hacia algún lado, recorrer el país. Me gusta ir a todas partes, Londres o Chascomús. Y no me hago problemas en partir sola. He estado cuatro meses en Europa sin nadie y la pasé bárbaro", dice.
Es coqueta, moderna, pero nada adicta a la peluquería ni al gimnasio. "Me gusta estar bien, pero tampoco me obsesiono. La ropa me gusta pero no soy de ir de shopping ni gasto fortunas. Es obvio que la moda es una influencia total, todo el tiempo. Pero yo no compro revistas ni copio looks actuales. Miro películas de los años 20 y me encanta la ropa, los sombreros, el maquillaje. Supongo que por eso actúo. Para transformarme en diferentes personas, para poder jugar con el vestuario. Lo tomo como un disfraz, un divertimiento".
Vive sola en el barrio de Coghlan, y hasta hace poco tenía gato. "Pero viajé, se lo dejé a mamá y se enamoraron. Ahora ya no puedo separarlos. Igual no me siento sola, en casa la paso bárbaro. No necesito demasiado para estar feliz, tampoco me desespero si no estoy trabajando. Todo lo contrario. Yo veo que hay actores que hacen años y años de tiras diarias, doce horas todos los días, toda la vida...No está mal, pero yo no puedo. Necesito parar, pensar, estudiar, cambiar de frecuencia".
Blanco exprés
Admiración: "Me gusta Leonardo Favio, Luis Puenzo, Alejandro Alonso, Lucrecia Martel...Pedro Almodóvar es lo más. Para mí es técnicamente perfecto".
Fama: "¿Fama de mala? Nada que ver. ¿De severa, de seria? Eso puede ser. Nací seria, pero eso no quiere decir mala onda. Yo no hago publicidad de lugares, de cosas, tampoco me divierte inventarme un personaje y vivir de eso".
Orden: "Aprendí de mamá. Era muy desbolada, pero ella insistió tanto que me sacó ordenada. Me falta un poco todavía. Supongo que si hiciera las compras más metódicamente, a la hora de cocinar no me faltarían tantos productos y todo saldría mejor".
Repetición: "Soy una actriz que siempre está dispuesta a repetir una toma. Siento que todo puede transformarse y mejorar. No entiendo a los actores que les da fiaca y no quieren volver a esa instancia". .
Flavia Fernández
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/825302-una-actriz-que-nacio-seria-y-odia-la-rutina
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