viernes, 20 de mayo de 2005

Eduardo II de Inglaterra: mi reino por un amante


Por IRENE BIANCHI

"La vida del Rey Eduardo II de Inglaterra", basada en textos de Christopher Marlowe y Bertold Brecht. Con Lucas Unanúa, Carla Chavaño, Gustavo Enrietti, Osvaldo Sagastibelza, Javier Cardini, Ramiro Selvaggio, Néstor Lazcano y Facundo Zerpa. Versión, puesta en escena y dirección general: Gastón Marioni. Sábados y domingos 21 hs. Teatro Estudio de las Artes, calle 3 esquina diagonal 74.

Eduardo II (1284-1327) sucedió a su padre, Eduardo I, a los 23 años. Lo primero que hizo al asumir su reinado, fue permitir el regreso del destierro de su amigo y tutor, Piers Gaveston, a quien Eduardo I había expulsado de la Corte, porque sospechaba que la estrecha relación entre ambos iba mucho más allá del mero compañerismo.

Eduardo estaba casado con Isabel de Francia, con quien tuvo 4 hijos, pero su amor por Gaveston hizo que le otorgara más poder que a cualquier otro asesor, convirtiéndolo en su favorito sin ningún disimulo. Lo colmó de títulos y honores, lo nombró Conde de Cornwall y Señor de la Isla de Man, lo cual aumentó la natural soberbia y arrogancia del protegido. Este trato preferencial provocó la ira de los nobles del Parlamento, como así también de la despechada Isabel, quien aceptó el plan del Barón Roger Mortimer para deshacerse de Gaveston y obligar a Eduardo a abdicar en favor de su hijo. Para lograr su cometido, cuentan también con la complicidad ambos amantes fueron brutalmente asesinados, Gaveston decapitado y el Rey atravesado por un atizador de fuego candente en la prisión del Castillo de Berkeley.

El poeta y dramaturgo inglés Cristopher Marlowe (1564-1593), contemporáneo de William Shakespeare, escribió "El desventurado reinado y la muerte lamentable de Eduardo II de Inglaterra" (1592), considerada por algunos estudiosos como la primera obra erótica entre hombre y hombre. Cuatro siglos más tarde, Bertold Brecht (1898-1956) abordó el mismo tema en su "Vida de Eduardo II de Inglaterra". Más recientemente, el director gay británico Derek Jarman llevó esta intrigante historia al cine ("Eduardo II, 1991), con las actuaciones de Steven Waddington y Andrew Tiernan en los roles protagónicos.

Gastón Marioni reelabora el material dramático de Marlowe y Brecht, y logra una propuesta audaz y contundente. Apelando al distanciamiento brechtiano, los actores entran y salen de sus personajes, aportando datos e información. Las imágenes son impactantes y elocuentes. La ambientación recrea la atmósfera medieval en que transcurre la acción. Los efectos sonoros en vivo y la ajustada puesta lumínica realzan los climas de la tragedia. Los deliberados anacronismos en cuanto a la selección musical sugieren la vigencia y continuidad de una actitud social aún prejuiciosa y censuradora frente a la homosexualidad. El vestuario y el maquillaje resultan acertados aliados de la caracterización. La labor actoral es homogénea y precisa. Las bellas escenas coreográficas aportan su cuota de lirismo y erotismo al conjunto.

"La vida del Rey Eduardo II de Inglaterra": relaciones peligrosas.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20050520/espectaculos4.asp

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