6 de Mayo de 2005, número 394
Un suplemento de EL MUNDO
EL RINCÓN DE... Daniel Freire
ACTOR. PROTAGONIZA «BENT» EN LA SALA MARÍA GUERRERO DEL NUEVO TEATRO ALCALÁ (ESPAÑA)
DIANA ARRASTIA
Había abandonado las tablas en Argentina y tenía la necesidad de sentirlas de nuevo bajo sus pies. 'Bent', de Martin Sherman, ha sido su oportunidad de regresar al teatro y todo un privilegio: el de contar la historia que quería. Y no sólo como actor, también como productor, porque para llevar la obra al escenario la compañía ha creado una cooperativa: Colada Producciones.
«Lo que me convenció fue la propuesta que Gina -Piccirilli, la directora- hacía de esta obra: la posibilidad de incluir al público, de que la exigencia hacia el actor fuera una verdad muy profunda ya que el espectador está a metro y medio del cuerpo del actor».
Desde el 13 de abril, la sala María Guerrero del Nuevo Teatro Alcalá traslada al espectador hasta la Alemania de los años 30 para encerrarle en una historia de amor homosexual sucedida en un campo de concentración nazi. Es la historia de 'Max' y 'Horset', dos supervivientes que demostrarán que la vida humana, aunque llevada a sus límites mas intolerables, pugna por sobrevivir sobre todas las cosas.
Un canto a la intolerancia
«A través de una historia de amor en condiciones adversas, 'Bent' habla de la intolerancia».
Daniel Freire se introduce en la piel de 'Max'. «Me parece muy inteligente por parte del autor crear en 'Max' un personaje que no está comprometido con la realidad que le toca vivir. Al contrario, ha decidido seguir su deseo y vive plenamente la vida que le rodea. Sin embargo, cuando cae en ese infierno, lo vive, lo atraviesa y lo convierte en esa especie de denuncia que es la vida de 'Max', sin él pretenderlo. Algo que me enseña a mí 'Max' todos los días es que él decide vivir».
Con cuatro películas a punto de estreno, Daniel Freire triunfa con la serie de televisión 'Motivos Personales', cuya primera temporada acaba de finalizar en Telecinco.
Ya en su terreno más íntimo, el actor argentino reparte su tiempo entre dos espacios: la cocina y el patio. La primera es para él «el lugar de reunión, de comunión. La cocina es donde se prepara la comida, se juega con los olores y los sabores, donde los sentidos están a flor de piel». En el segundo «se conjuga todo, porque está esa cosa interna, secreta, pequeña de uno y a la vez está expuesto al mundo porque está al aire libre y entran la luz y el aire. Los jardines son lugares de comunión también y, a pesar de que pareciera que son más públicos, son más secretos».
Es en su pequeño jardín donde juega con Cachila y Cuchito -sus dos perros-, donde lee al sol, donde escucha música cuando el mundo está dormido -«bajita por los vecinos...». Y es a través de su luz donde Daniel Freire encuentra su «fuente de energía externa».
Entre sus objetos más queridos, un mate hecho por su madre, que le devuelve a sus orígenes; un payaso tallado en madera que representa para él la síntesis del actor que quiere ser; y el libro 'Teatro Completo' de Bertolt Brecht.
Fuente:http://www.elmundo.es/suplementos/suvivienda/2005/394//1115330425.html
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