lunes, 2 de julio de 2012

Leo Ringer Toda potencia


La historia del Teatro La Nona ya es conocida por todos, o al menos por casi todos. Que se inauguró en 1991, que tras 13 temporadas y muchos esfuerzos alguien tiró en un descuido una colilla de cigarrillo en la alfombra y el fuego se apoderó de él; que a los tres meses reabrieron con el apoyo de toda una comunidad con una función en la calle y que a partir de ahí y con mucha voluntad La Nona renació. Por eso esta vez no vamos a profundizar en su historia, sino en su mentor, Leo Ringer, quien este año, más precisamente en Julio, está cumpliendo 40 años dedicados al teatro.

Mamá cantante y papá director de orquesta en el Teatro Argentino. No había otra chance y ya de chiquito empezó en la ópera, ingresó en el Coro de Niños y luego se alistó como figurante hasta el incendio del Teatro. Mientras sus padres trabajaban él los esperaba en un palco, y a veces se quedaba dormido, allí, en el palco 14. “Tengo el número del palco acá. Lo fui a buscar cuando se quemó para tenerlo de recuerdo”, comienza contando Leo Ringer. No, en realidad esta entrevista no comenzó así. Antes de esto me contó 100 historias, que si las escribiera no terminarían más de leer esta nota. Voy a contarles las más importantes. Es un hombre que abunda en palabras y cuentos, entretenido, carismático, sentimental, inteligente, polifuncional, etc, etc. Sí, doble etc. Porque en ese etc. Se alista: Docente en el Conservatorio de Arte Dramático de la Provincia Instructor de Técnica circense en la Escuela Nacional de Circo de los hermanos Videla. Actor Director Escenógrafo Maquillador Vestuarista Mago Payaso Titiritero Organista Y por si fuera poco… Abogado Notarial.

“Y metí todo eso en un solo cerebro… que explota en cualquier momento!”, agrega

Ringer. “Pero me enorgullezco de poder llevar las dos profesiones a la misma vez. Mi maestro Guillermo Favero, conocido también como el payaso Memo me decía “Yo voy a ser el único payaso abogado y vos vas a ser el único payaso notario”. “Mi primer impulso me lo dieron mis padres al regalarme a los 5 años un Teatro de títeres y una valijita repleta que decía “Los títeres de Leo”, cosa que yo adoraba. En realidad, quería tener un Teatro pero de verdad, pero como era muy chiquito, me regalaron uno de títeres.” Por ese entonces se vincula con dos hermanos, hijos de dos artistas del Teatro Argentino: Roberto Favero, que era el mago Lúas y Guillermo Favero(hoy destacado dirigente de la Democracia Cristiana) que era el Payaso Memo. “Yo estaba haciendo un curso de títeres en el 68’ y Lúas me dice que me sume a ellos con los títeres. Así empiezo a trabajar en las dos primeras casas de fiestas que había en La Plata: La carta de Hiwata y El Túnel.Después se sumó Pecos y Pequitas, luego Pichiruchis (de la tía de Iñaki Urlezaga) y Leolandia con el Payaso Leo.” 12 Años tenía Ringer cuando sus padres le ponen su primer emprendimiento, Leolandia, un teatro especializado en niños. Eso marcó el comienzo de su carrera teatral. La casita estaba y está (porque actualmente se siguen realizando fiestas infantiles) en donde hoy funciona el Teatro La Nona.

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