ENTREVISTA CON ALBERTO FELIX ALBERTO
Fundador del vanguardista Teatro del Sur, y creador de la reconocida obra Tango Varsoviano, además de haber sido el regie más joven del Colón, Félix Alberto será el regie de la ópera Don Pasquale, que subirá a escena el próximo fin de semana en La Plata. Un hombre alejado de la afectación
El regie de la ópera que se estrenará el próximo fin de semana en el Teatro Argentino es sin duda un hombre particular. Lo es por su nombre capicúa, Alberto Félix Alberto; y lo es por sus expresiones:
“Generalmente los argumentos de ópera son soporíferos. Es decir, a nadie le interesan demasiado”, dispara. Sentado en la platea de la Sala Alberto Ginastera, observa desde arriba cómo los técnicos preparan el escenario para el ensayo que empezará en menos de una hora. Mientras, alejado de toda afectación, descarga su verborragia.
“Don Pasquale es una ópera en la que las mujeres son más inteligentes que los hombres. Es poco habitual en las óperas... En las óperas, dije ¿eh?, no quiero tener problemas. El personaje de Norina es el más brillante, más inteligente que el enamorado que tiene acá que es un imbécil; Don Pasquale es un viejo tonto, un viejo verde; y hay otro personaje inteligente, un amigo de Norina con un espíritu divertido”.
-¿Qué va a ver el público en esta puesta?
-Yo no creo que haya nada en especial, fuera de lo que habitualmente se hace con Don Pasquale. Es una obra de mucha ingenuidad, casi un divertimento, que en este caso estará enfocada con algún tipo de elementos atmosféricos, por decirlo de alguna manera, más modernos, para poderla acercar un poquito más al público contemporáneo. Pero esos “elementos atmosféricos” que le agrega a la ópera no son poca cosa. Procedente del cine y del teatro, Alberto mostrará la ópera como si la historia se estuviera filmando, y en ese set de filmación fueran apareciendo personajes de otras películas en rodaje.
“Generalmente, los argumentos de ópera son soporíferos. Es decir, a nadie le interesan demasiado”
“Vas a ver a algunos romanos de una película histórica caminando por el escenario, que no tienen nada que ver con la ópera. Vas a ver a alguna diva del cine mudo, y decís ¿qué tiene que ver esto? Nada, absolutamente nada, son de otras películas que andan ahí al lado. Y ahí están también filmando Don Pasquale. Como en cualquier set cinematográfico, hay una producción y gente que viene a espiar, a mirar. Entonces la figuración va jugando un entorno muy novedoso. Aparecen personajes muy atractivos como Chaplin, Buster Keaton”. Además, los figurantes y el coro bailarán al estilo de comedia musical. “Son cosas que se pueden hacer porque la ópera es cómica, casi un divertimento”.
Alberto Félix Alberto estudió cine, incursionó en la danza y el teatro para más tarde formar su propia compañía, a fines de los ‘80, el Teatro del Sur. Con ese grupo se dedicó (aún lo sigue haciendo) al teatro de vanguardia, y su obra Tango varsoviano salió en múltiples giras al exterior, abriéndole caminos por toda América, Europa e incluso
Australia.
“Los que hoy son dirigentes empezaron conmigo en la ópera. Pero ellos tenían vocación”
-¿Cómo llega usted a la ópera?
-Por accidente. Yo vengo del cine y del teatro, y he trabajado como una especie de divulgador del arte argentino hacia el exterior. Soy socio fundador de la Red Latinoamericana de Productores de arte Contemporáneo, me he dedicado sobre todo a las manifestaciones de vanguardia. Un día apareció el director técnico del Teatro Colón, y como yo investigaba todo, tenía veinte años, quería ver cómo se hacía una ópera. De pronto aparecí en el Colón preguntando cómo se hace ópera y me hice raro. Alberto fue contratado como asistente de regie del Colón, y fue el regie más joven del máximo coliseo, a los 23 años. “Prácticamente todos los que hoy son dirigentes empezaron conmigo, pero ellos tenían vocación”. Trabajó allí un tiempo, aprendió (“en esa época el Colón era otra cosa, trabajé con los mejores regies”), pero se cansó y dejó. “Aquí hay tiempos preestablecidos. Para dejar de ser asistente uno tiene que esperar, por ejemplo, hasta los 48 años. Como había que esperar tanto me creé mi pequeño teatrito, el Teatro del Sur, que es el que me ha dado proyección internacional”.
Pasaron varios años, y de regreso en el país, fue invitado a volver a la ópera en el Colón, “creo que era un Rossini. Desde entonces (hace ocho o nueve años) no he dejado de hacer uno o dos títulos por año, algunos en el exterior”. Así, este particular hombre que debuta en La Plata, combina hoy la expresión vanguardista y la clásica, y filosas expresiones verbales.
“Yo vine acá a La Plata por única vez cuando era chiquito, me trajeron en ómibus y me mostraron el Museo y la Catedral. Para mí, La Plata era un dinosaurio y una catedral”.
La vanguardia, la ópera y la disciplina
Usted se dedica al teatro de vanguardia y a la ópera. Hay una aparentemente contradicción.
-Son manifestaciones diferentes. Yo no puedo hacer aquí lo que hago en mi teatro, ni en mi teatro lo que hago aquí. Pero de todas formas lo que se hace acá es lo que se aplicó en mi teatro, que tiene mucha rigurosidad y por eso ha ganado muchos premios internacionales. Y eso lo aprendí en el Teatro Colón. Incluso en estos teatros a veces se sorprenden porque quiero estar en todos los detalles.
Francisco Palazzo
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2006/10/08/pdf/s08-sup.pdf
Fundador del vanguardista Teatro del Sur, y creador de la reconocida obra Tango Varsoviano, además de haber sido el regie más joven del Colón, Félix Alberto será el regie de la ópera Don Pasquale, que subirá a escena el próximo fin de semana en La Plata. Un hombre alejado de la afectación
El regie de la ópera que se estrenará el próximo fin de semana en el Teatro Argentino es sin duda un hombre particular. Lo es por su nombre capicúa, Alberto Félix Alberto; y lo es por sus expresiones:
“Generalmente los argumentos de ópera son soporíferos. Es decir, a nadie le interesan demasiado”, dispara. Sentado en la platea de la Sala Alberto Ginastera, observa desde arriba cómo los técnicos preparan el escenario para el ensayo que empezará en menos de una hora. Mientras, alejado de toda afectación, descarga su verborragia.
“Don Pasquale es una ópera en la que las mujeres son más inteligentes que los hombres. Es poco habitual en las óperas... En las óperas, dije ¿eh?, no quiero tener problemas. El personaje de Norina es el más brillante, más inteligente que el enamorado que tiene acá que es un imbécil; Don Pasquale es un viejo tonto, un viejo verde; y hay otro personaje inteligente, un amigo de Norina con un espíritu divertido”.
-¿Qué va a ver el público en esta puesta?
-Yo no creo que haya nada en especial, fuera de lo que habitualmente se hace con Don Pasquale. Es una obra de mucha ingenuidad, casi un divertimento, que en este caso estará enfocada con algún tipo de elementos atmosféricos, por decirlo de alguna manera, más modernos, para poderla acercar un poquito más al público contemporáneo. Pero esos “elementos atmosféricos” que le agrega a la ópera no son poca cosa. Procedente del cine y del teatro, Alberto mostrará la ópera como si la historia se estuviera filmando, y en ese set de filmación fueran apareciendo personajes de otras películas en rodaje.
“Generalmente, los argumentos de ópera son soporíferos. Es decir, a nadie le interesan demasiado”
“Vas a ver a algunos romanos de una película histórica caminando por el escenario, que no tienen nada que ver con la ópera. Vas a ver a alguna diva del cine mudo, y decís ¿qué tiene que ver esto? Nada, absolutamente nada, son de otras películas que andan ahí al lado. Y ahí están también filmando Don Pasquale. Como en cualquier set cinematográfico, hay una producción y gente que viene a espiar, a mirar. Entonces la figuración va jugando un entorno muy novedoso. Aparecen personajes muy atractivos como Chaplin, Buster Keaton”. Además, los figurantes y el coro bailarán al estilo de comedia musical. “Son cosas que se pueden hacer porque la ópera es cómica, casi un divertimento”.
Alberto Félix Alberto estudió cine, incursionó en la danza y el teatro para más tarde formar su propia compañía, a fines de los ‘80, el Teatro del Sur. Con ese grupo se dedicó (aún lo sigue haciendo) al teatro de vanguardia, y su obra Tango varsoviano salió en múltiples giras al exterior, abriéndole caminos por toda América, Europa e incluso
Australia.
“Los que hoy son dirigentes empezaron conmigo en la ópera. Pero ellos tenían vocación”
-¿Cómo llega usted a la ópera?
-Por accidente. Yo vengo del cine y del teatro, y he trabajado como una especie de divulgador del arte argentino hacia el exterior. Soy socio fundador de la Red Latinoamericana de Productores de arte Contemporáneo, me he dedicado sobre todo a las manifestaciones de vanguardia. Un día apareció el director técnico del Teatro Colón, y como yo investigaba todo, tenía veinte años, quería ver cómo se hacía una ópera. De pronto aparecí en el Colón preguntando cómo se hace ópera y me hice raro. Alberto fue contratado como asistente de regie del Colón, y fue el regie más joven del máximo coliseo, a los 23 años. “Prácticamente todos los que hoy son dirigentes empezaron conmigo, pero ellos tenían vocación”. Trabajó allí un tiempo, aprendió (“en esa época el Colón era otra cosa, trabajé con los mejores regies”), pero se cansó y dejó. “Aquí hay tiempos preestablecidos. Para dejar de ser asistente uno tiene que esperar, por ejemplo, hasta los 48 años. Como había que esperar tanto me creé mi pequeño teatrito, el Teatro del Sur, que es el que me ha dado proyección internacional”.
Pasaron varios años, y de regreso en el país, fue invitado a volver a la ópera en el Colón, “creo que era un Rossini. Desde entonces (hace ocho o nueve años) no he dejado de hacer uno o dos títulos por año, algunos en el exterior”. Así, este particular hombre que debuta en La Plata, combina hoy la expresión vanguardista y la clásica, y filosas expresiones verbales.
“Yo vine acá a La Plata por única vez cuando era chiquito, me trajeron en ómibus y me mostraron el Museo y la Catedral. Para mí, La Plata era un dinosaurio y una catedral”.
La vanguardia, la ópera y la disciplina
Usted se dedica al teatro de vanguardia y a la ópera. Hay una aparentemente contradicción.
-Son manifestaciones diferentes. Yo no puedo hacer aquí lo que hago en mi teatro, ni en mi teatro lo que hago aquí. Pero de todas formas lo que se hace acá es lo que se aplicó en mi teatro, que tiene mucha rigurosidad y por eso ha ganado muchos premios internacionales. Y eso lo aprendí en el Teatro Colón. Incluso en estos teatros a veces se sorprenden porque quiero estar en todos los detalles.
Francisco Palazzo
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2006/10/08/pdf/s08-sup.pdf
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