Domingo 04 de julio de 2004 | Publicado en edición impresa
"La vieja práctica." Dramaturgia: Lautaro Vito, sobre una idea de Gabriela A. Fernández. Intérpretes: Leo Losardo, Charlie Ciravegna, Julián Calviño, Germán Romero. Entrenamiento vocal: Gustavo Angelini. Audio: Turby Schmidt. Voz de Barragán: Jorge Dorio. Diseño de iluminación: Cinthia Liberczuk. Diseño de escenografía y vestuario: Gabriela A. Fernández. Asistencia de dirección: María Carolina Painceira. Dirección: Gabriela A. Fernández. En el Teatro IFT, Boulogne-sur-Mer 549. Funciones: domingos a las 18.
Nuestra opinión: bueno.
En un ámbito despojado, cuatro hombres aparecen reunidos para cumplir algunos axiomas que ayudan a definirlos. Una situación conflictiva los decide a consolidar sus relaciones: el cierre del frigorífico en el que estaban empleados. De ahí en más asoman dos líneas de conflicto: pelear por el espacio de trabajo y a la vez fortalecer el mundo masculino al que pertenecen, para de esa manera sortear con más intensidad la realidad que los golpea.
El dramaturgo Lautaro Vito y la directora Gabriela A. Fernández apelan a valorizar hasta el extremo ese ambiente en el que el hombre parecería fortalecer su condición. Está el fútbol, con sus entrenamientos y sus camarines, están las peleas y sus fuertes cruces verbales. Pero también, en el exterior, el sindicalista Barragán, sin aparecer, desestabiliza, conflictúa las conductas de estos hombres y eso les aporta otra verdad: allí, la debilidad los muestra con otras cualidades.
Algo que ayuda a sintetizar mucho la dramaticidad del espectáculo está en los cuerpos de esos personajes. Casi siempre con sus torsos desnudos, el sudor a veces, las manchas de barro adheridas a la piel después de un partido, dan nuevas posibilidades a quien observa. Aparecen allí las marcas del tiempo -según la edad de los personajes-, por un lado, y entonces esas viejas prácticas -laborales, sindicales, barriales- conducirán a reflexionar sobre unos modelos de seres humanos que crecen y se defienden, desde hace mucho tiempo, siguiendo su pura intuición masculina. No puede hablarse aquí de machismo porque Gabriela A. Fernández se preocupa por mostrar ciertos costados débiles de sus hombres personajes, y hasta ciertos detalles frívolos.
El elenco muestra un trabajo muy eficaz en cuanto al entramado de sus relaciones, a los juegos que entre ellos irán desarrollando, pero una mayor definición en los personajes ayudaría a potenciar mucho más el drama, sobre todo porque enriquecería algunas escenas de conjunto que a veces aparecen debilitadas porque los intérpretes optan por un tono monocorde que le quita vitalidad a la resolución. Aun así, hay momentos en los que predominan imágenes muy fuertes y conmovedoras, claves que permiten comprender con más seguridad este friso social que plantea Fernández en su puesta.
Carlos Pacheco
Fuente. http://www.lanacion.com.ar/615602-la-intuicion-masculina
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