22 de marzo de 2000"ART", de Yasmina Reza, protagonizada por Oscar Martínez, Ricardo Darín y Germán Palacios. Escenografía original de Marck Thompson recreada por María Julia Bertotto. Diseño de luces de Hugh Vanstone recreado por Omar Possemato. Música original de Gary Yershon. Basada en la puesta original de Matthew Warchus. Dirigida por Mick Gordon. Producción: Gustavo Levit. Teatro Municipal Coliseo Podestá.
"Sergio" (Palacios), prestigioso dermatólogo, invita a su amigo "Marcos" (Martínez) a su despojado y minimalista departamento para mostrarle -muy orgulloso- su más reciente adquisición en materia de obras de arte: un cuadro pintado de blanco sobre blanco, atravesado por unas imperceptibles diagonales blancas, frutos de la inspiración de un afamado artista contemporáneo.
Marcos, ingeniero aeronáutico de profesión, no puede salir de su asombro. La compra le parece más bien una broma de mal gusto. Nadie en su sano juicio puede derrochar la friolera de 200.000 francos en una tela blanca, por más "progre" que parezca, y mucho menos Sergio, su amigo del alma, una suerte de discípulo del que Marcos se considera su mentor. Al menos debería haberlo consultado antes de cometer semejante locura.
Inmerso en su desconcierto, Marcos busca la complicidad de "Iván" (Darín), el tercero de la barra, para desempatar. Pero como Iván es el típico acomodaticio que, con tal de no quedar mal con nadie, siempre navega a dos aguas, el panorama se complica aún más. Iván se las ingenia para darle la razón a los dos, con espíritu ecuménico y conciliador, con lo cual lo único que consigue es echar más leña al fuego.
A los pocos minutos de iniciada la obra, el espectador percibe que no se trata de encontrarle o no valores artísticos a una tela blanca ni de justificar o no su compra, sino de presenciar cómo ese hecho puntual se convierte en disparador de antiguos conflictos no explicitados. De pronto, todo sale a la superficie: el esnobismo y la pedantería de Sergio, devenido en refinado experto en obras de arte; la intemperancia y auto-suficiencia de Marcos, que llega a considerar este acto irracional de Sergio como una verdadera traición a la amistad que los une; la vulnerabilidad de Iván incapaz de jugarse con una opinión propia, siempre vacilante y dubitativo; una "ameba", como lo describe Marcos.
La excusa argumental de la obra de Reza es formidable. Parecería que esa tela blanca sirviera de pantalla sobre la cual los personajes pudieran proyectar sus respectivas filosofías de vida. Porque en definitiva se trata de un espacio vacío que ellos llenan con sus propios conceptos.
Convengamos que el vacío genera vértigo, inseguridad, temor, sensaciones que no todos podemos soportar. De ahí la compulsión a rodearse de objetos, cosas tangibles, contantes y sonantes, que nos protegen de la nada.
Martínez, Darín y Palacios componen tres personajes bien diferenciados. El Sergio de Palacios es tal vez el más monolítico, el que menos evoluciona a lo largo de la obra. Su trabajo actoral ha mejorado notablemente desde el día del estreno. Sin embargo, el actor aún conserva ciertos problemas de dicción que dificultan la comprensión de algunos de sus parlamentos.
Martínez y Darín se sacan chispas y saben aprovechar el rico contraste entre la arrogancia y postura ex - cátedra de Marcos, y la mojigatería e inseguridad de Iván. Sus criaturas sí evolucionan y crecen con el transcurrir de los acontecimientos.
La puesta es tan despojada como la pintura en cuestión, y no podría ser de otra manera, ya que de eso se trata. Nada distrae la atención del espectador. No hay aquí nada superfluo ni redundante, lo cual realza las bondades del texto y de su interpretación.
"ART": una propuesta inteligente, movilizadora y muy bien actuada. Una obra de arte.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20000322/espectaculos2.html
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