Miércoles | 08.05.2013 Publicado en Edición Impresa: La Ciudad
ANFITEATRO MARTIN FIERRO
Hay pastizales y grandes pérdidas de agua
ASÍ ESTÁ EL ANFITEATRO MARTÍN FIERRO, EN EL CORAZÓN DEL BOSQUE. PASTIZALES, MUGRE Y UN DETERIORO GENERALIZADO GANAN EL COLISEO (Foto Pablo Busti)
Ingresar en el anfiteatro Martín Fierro, en el corazón del Bosque, es como internarse en una de esas películas que retratan el descubrimiento de una civilización olvidada. Desde hace varios meses, la ausencia de limpieza y mantenimiento edilicio mantiene al emblemático coliseo platense sumido en una veloz, preocupante e inexorable decadencia.
El deterioro se percibe apenas se llega a la explanada de acceso, de cara al frontispicio de estilo neoclásico con tres arcos y columnas con capiteles jónicos. Lajas sueltas, quebradas y levantadas se mezclan con pastizales cada vez más altos. Las malezas y los charcos que nunca se secan también son protagonistas estelares del deterioro en la pérgola semicircular que enmarca el sector de butacas plegables blancas, cuyas bisagras dan cuenta del paso del tiempo y la intemperie.
Lejos de las fotos con que se lo promueve como atractivo turístico en la página de Internet del Instituto Cultural bonaerense, encargado de su administración, el predio muestra cicatrices por todas partes, herrumbre, moho y un verdadero “catálogo” de yuyos silvestres de notable envergadura. En el portal de la Comuna local, las imágenes del Martín Fierro tampoco reflejan su deplorable estado, que no sólo se traduce en daño estructural sino en la ausencia de programación y propuestas culturales.
En este contexto, ONGs y grupos barriales comenzaron a elevar sus voces. Es el caso de la Asociación Vecinos en Defensa de Villa Elisa (VeDeVe), cuyas autoridades subrayaron que “el anfiteatro es hoy la imagen misma del abandono, no solo físico sino simbólico”. Los vecinos recordaron que “el gobierno provincial reinauguró el lugar en 2009, con promesas de seguir mejorándolo, pero no pasó nada”.
Ahora, desde el Instituto Cultural se asegura que “en diez días comenzarán los trabajos de limpieza y puesta en valor del anfiteatro”.
UNA HISTORIA DE SEIS DECADAS
Ubicado entre el lago y la cancha de Estudiantes, rodeado por un canal que flanquean añosas arboledas, el anfiteatro Martín Fierro fue inaugurado el 18 de noviembre de 1949 después de dos años de construcción, con la farsa coreográfica de Aurell Milloss, “El barbero de la esquina”. Diseñado y ejecutado por la dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas bonaerense durante la gobernación de Domingo Mercante, se lo pensó como lugar de presentación de las temporadas de verano del Teatro Argentino.
Tiene una capacidad que supera los 2 mil espectadores al aire libre y ofrece la posibilidad de utilizar el amplio escenario como sala cerrada para 200 personas. En tiempos recientes, funcionó allí el Centro de Artes del Circo y brindó funciones para escuelas la Banda de Policía.
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