Publicado: el jueves, 16 de mayo de 2013
El sábado desde las 21.30, en El Taller, se presentará la obra de Arístides Vargas, La Edad de la Ciruela, por el grupo Ciruelas de La Plata. Omar Musa es el director. Militante teatral a tiempo completo, Omar es también actor, autor y con larga lucha en el gremio de Actores. Con él dialogamos para Tu Bondi.
¿Que va a ver la gente con La Edad de la Ciruela, sabiendo de la poesía que siempre tienen los textos de Arístides?
Básicamente va a ver una obra que refleja cómo influye el poder en una sociedad y como a veces, personas y clases diversas e incluso, antagónicas, pueden aportar al mismo discurso, un discurso que intenta disciplinar a las personas. En este caso, mujeres de una familia, o mujeres de una sociedad. Cómo ese poder marca conductas posibles o aceptables.
¿Cómo ha sido el recorrido, en cuanto a ensayos y posterior recepción de la obra?
La verdad que fue una obra placentera de ensayar; fue construyéndose armoniosamente, lo único complejo eran los horarios de ensayo. Tarde y con una de las actrices teniendo que venir al ensayo con su hija pequeña lo que implicaba sumarla de alguna forma al entramado de trabajo. A través del ensayo-error fuimos construyendo, primero la base de la obra, decidiendo como organizar la puesta y luego, viendo la construcción de los personajes (que son varios para cada actriz) Y decidiendo desde que lugar lo decían. Tomamos finalmente la decisión de que las hermanas de las cartas van jugando a ser sus respectivas ascendientes, vistiéndose en escena y mostrando sin tapujos este juego.
El realismo mágico, la ternura, el no espacio de otros textos de Vargas, ¿aparecen en La Edad de la Ciruela?
El realismo mágico es Arístides; aparece en toda su obra y La Edad de la Ciruela no es la excepción. Basta ver algunos de los personajes que dibuja en la obra. Quizás no está tan claro ese no lugar típico de quienes han vivido el exilio, sin embargo esa casa tan particular de la que todas las mujeres quieren irse, es el no lugar de su poética que aparece allí, en esa casa de familia tan típica y común a la vez, el espacio de lo indecible, el silencio monstruoso y cómplice, la soledad, la angustia, el no ser la política llevada a lo familiar, a lo íntimo
De lo particular, a lo general: ¿Cómo está hoy el teatro platense?
Hay muchas y buenas producciones. Más de 60 grupos de trabajo que se entremezclan y se cruzan, que laboran en todos los espacios posibles, teatros, bares, boliches, livings, etc., las propuestas son variadas y se investigan todos los estilos y variantes. Desde la comedia costumbrista hasta el teatro político. Lo que creo es que faltan espacios de trabajo rentado, posibilidades de un mayor desarrollo. Eso limita las posibilidades de crecimiento. Tenemos una Comedia Municipal y una Comedia de la Provincia que, si bien trabajan, lo hacen con cuenta-gotas. No hay renovación de los staff en el caso de la provincia y no hay un gremio representativo capaz de ponerse al frente de una lucha por nuevos puestos de trabajo. La comedia Municipal elige obras ya estrenadas y el pago es miserable. Recién este año pasado comenzó una renovación de cierta clase dirigente y de un activismo en la base, pero no desde el gremio, si no desde el mismo teatro independiente. Una corriente activa que se llama Teatristas Independientes que ha logrado movilizar al conjunto.
Hace poco le preguntábamos a Siro Colli, ¿el teatro es solo arte, militancia, compromiso? ¿Se puede ser apolítico en el teatro?
No creo que se pueda ser apolítico en el Teatro; toda postura expresa una forma de ver y encarar la vida. Particularmente siempre hemos hecho un teatro político en nuestro grupo, aunque a veces, como en La edad de la Ciruela, parece disfrazarse. O vestirse de una forma más poética, lo cual lo hace a mi gusto, interesante ya que uno intenta mostrar los hilos del poder desde lugares cotidianos, que son aquellos que naturalizamos, perdiendo conciencia de su disvalor y peligrosidad. De todas maneras, podemos decir que se ha logrado recobrar, en esta etapa de la vida política Argentina, el valor de un teatro que exprese ideas y eso se lo debemos a nuestra lucha y a la postura que ha tomado este gobierno.
¿Te parece que el teatro ha acompañado todas las transformaciones sociales que se han producido desde el 2003?
En el caso de nuestra ciudad podemos decir que sí, que se han generado diversas propuestas que se encaminaron a poner en escena esas transformaciones o por lo menos, esas inquietudes. Y esto también se nota, como decía antes, en las luchas que por nuevos espacios de trabajo, han encarado los compañeros. Una doble vía de lo político; la de lo político-estético y la de los movimientos de mejora en las condiciones de trabajo
¿El teatro sigue siendo, por la proximidad con el prójimo, la más revulsiva y transformadora manera de comunicarse por el arte?
Para mí, SI. No creo que exista una instancia artística tan movilizante e inquietante (en sus posibilidades) como el Teatro; ese estar ahí, esa misa en escena, es única porque genera choque de cuerpos e ideas, tensiones, liberación de emociones y discursos. Nada se puede comparar con este Arte colectivo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario