Lunes | 24.09.2012 | Publicado en Edición Impresa: Espectáculos
A NUESTRA CIUDAD
Se presentó en el Colegio de Abogados antes de regresar a España, donde vive desde hace 13 años
El actor Miguel Angel Solá y el escritor Rodolfo Braceli durante la presentación teatralizada del libro “Ciento un años de soledad” que se realizó el sábado en el Colegio de Abogados
Antes de retornar a España, Miguel Angel Solá hizo el sábado una presentación “semi teatral” en el Colegio de Abogados de nuestra ciudad.
Lo trajo el club Estudiantes y junto a él estuvo en el escenario el autor de este libro, el mendocino Rodolfo Braceli.
Tras 13 años en España, volvió -lo ha dicho en las entrevistas- no sólo para favorecer algunos encuentros que estaban demorados, sino también para explorar las posibilidades de un mercado laboral que nunca lo olvidó.
El libro está ambientado en 2029, cuando Gabriel García Márquez cumple 101 años. De ahí el título: “Ciento un años de soledad”. Y no es otra cosa que una imaginaria entrevista a un García Márquez que está en la antesala de la muerte y que vive su final sin desesperación, recuperando vivencias y afectos.
EL REGRESO Y EL LIBRO
Solá con su sola presencia mejora un libro que no está a la altura de su talento pero que al menos ha servido para que sus seguidores lo hayan podido ver otra vez en escena, con menos cabello y las ganas de siempre.
Y Braceli como escritor no siempre acierta (es muy farragosa la discusión entre periodismo y literatura y muy larga la tirada final antes de entregarse a la muerte) pero como personaje escénico no ayuda nada: su monotonía y su falta de intensidad le restan clima al ejercicio.
Aun así, su figura logra que García Márquez pueda extenderse en evocaciones, algunas de ellas extraídas de sus libros, otras de sus memorias y muchas desde la pluma de un autor que lo incita a indagar sobre la infancia, las preferencias, las fronteras entre periodismo y literatura, que lo hace pensar sobre los alcances de la verdad y la mentira, de la ficción y la realidad, de la vida y la muerte.
Este es el material central de este encuentro imposible que le permite al Gabo de Braceli alcanzar la calificación que siempre deseó: ser, por encima de todo, un poeta.
Una sala colmada le tributó a la vez cálida bienvenida y emocionada despedida a este gran actor que ayer viajó otra vez a la Madre Patria
A.C.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20120924/volvio-miguel-angel-sola-mano-garcia-marquez-espectaculos6.htm
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