Un pasaje de esta pieza teatral que llega hasta la ciudad de La Plata desde city porteña
Entre tipos volumen I
Diagonales / 09.11.2011 | La obra de teatro "Me imagino que vendrás acompañado" llega a con viento a favor: buenas críticas y la recomendación del público
¿Hay algo peor que estar al borde de los treinta años? Sí, tener que transitar la crisis, sentando en la mesa familiar, acompañado de una silla vacía. Dentro de los pavorosos horrores de los treinta, no tener una pareja "presentable", a los ojos de la parentela y los curiosos, fue históricamente tipificado como un conflicto femenino, sin embargo parece ser más universal de lo que se cree.
El primer volumen de la compañía Entre Tipos, titulado Me imagino que vendrás acompañado, desanda diferentes estereotipos relacionados a la homosexualidad, y por ende se han ganado la categoría de comedia gay, pero en profundidad lo que inspeccionan está más allá que lo que se ve a simple vista y se trata nada más y nada menos que de los consagrados mandatos familiares.
El argumento de la obra es sencillo, Juan el protagonista tiene que viajar por el aniversario de casados de sus padres y siente la obligación de ir al evento acompañado por un novio. Su familia, sobre todo su madre, ha aceptado la homosexualidad de su hijo, pero a cambio estableció una condición tácitamente: que esté en pareja como dios manda.
La fecha se acerca y Juan no puede cumplir con este mandato entonces presionado toma una decisión contratar los servicios de un acompañante profesional para presentarlo como su novio. Pero al no estar del todo seguro, invita a sus amigos para que evalúen el candidato que nunca se presenta.
El autor de la obra e integrante del elenco, Julián Arenas, cuenta que en realidad la historia no surge de ninguna vivencia propia sino de una observación y exploración a partir del lenguaje teatral de los estereotipos en juego. Pero sí que a título personal elige reflexionar sobre las diferencias entre este grupo de treinta y pico y la generación venidera que transita la adolescencia en un contexto donde las personas del mismo sexo pueden casarse. Recién ahora los personajes discuten sobre las presiones de estar en pareja, las relaciones transitorias, la violencia y de forma cómica la relación entre el hijo gay y su madre.
Al respecto Arenas comenta que "si bien el protagonista Juan no llega a los treinta, me interesaba puntualmente esa generación porque es la que está atravesando grandes cambios que muchas veces desestabilizan y a su vez hacen profundizar las relaciones con los otros". La amenaza latente es que a medida que los vínculos en el intento de amoldarse a los mandato familiar, se normalizan y tiende a desaparecer la subcultura gay o por lo menos redefinirse. Al momento de plantearse la puesta, la dramaturgia estaba cerrada, pero Julián rescata que cada uno puso algunas cosas de sí, su mirada, delimitando más la propia búsqueda del grupo.
La temática queer no llega a la cartelera a partir de la aprobación del matrimonio igualitario, de alguna manera siempre estuvo presente. Lo que cambia significativamente este último años es la óptica desde la que se mira, cada vez menos en tono de grotesco o dramón, para poder desembarcar en un tono más intimista. El director de la obra, Mario Marino justamente señala: el texto "me interesó porque se corre de los estereotipos del mundo gay. Poder replantearlos me parecía que posibilitaba mostrar otra cosa, la construcción de los vínculos de amistad, esa familia que uno elige. Pero a la vez hay una reflexión sobre un nuevo imaginario en donde la pareja deja de ser propio del mundo heterosexual y a partir de la aceptación de la homosexualidad en las familias se traslada de alguna manera pero como imposición. La madre del protagonista asume que está todo bien con su hijo pero lo único que le pide es que al menos tenga novio y forme una familia como la gente. El mandato que la madre tiene sobre un hijo gay es el mismo que pesaba sobre las hijas mujeres: tener un marido decente para llevar a la cena familiar."
La comedia prevalece a lo largo de toda la obra pero también se permite momentos más dramáticos y conmovedores que provoca el sinceramiento de estos amigos que se conocen de toda una vida y sin embargo les cuesta mostrar los miedos y la presión que sufren ante los otros.
Según el director, "lo que más me sorprendió fue la reacción favorable del público, de cierto público heterosexual mayor y de las mujeres. Porque si bien confiaba que el público iba a ser variado, no iba a quedar reducido a un círculo cerrado, pensé que quizás iba a ser difícil que las mujeres se rieran, por ejemplo, cuando se habla de las madres. Pero se entendió claramente que es un estereotipo más que se pone en juego, no una burla. Parece que en eso la problemática es universal y todos se sienten identificados."
Pasaje Dardo Rocha La Plata
Actúan
JULIÁN ARENAS es Pedro
NICOLÁS BOLIVAR es Lean
GUILLERMO FORCHINO es Juan
FRANCISCO ORTIZ es Fede
Voz de la madre: SANDRA ANTMAN
Dirección MARIO MARINO
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-166118-Una-comedia-para-toda-la-familia-y-los-gustos.html
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