jueves, 24 de noviembre de 2011

“Si no cambiamos, nos aburrimos de nosotros”

BABASÓNICOS

24.11.2011 | Una de las bandas más importantes del rock en español llega mañana a la Sala Ópera, con su magnífico disco A propósito


“Buscame por ahí/ sigo un paso adelante/ Haciendo/ que me sigas igual”, entona desde “Ideas” la inconfundible voz de Adrián Dárgelos, poseedor de una narrativa tan ingeniosa como sutil para hacernos un guiño desde A propósito: adrede o no, los Babasónicos parecen asumir su posición: adelantados sin perder sintonía con el ahora. Al igual que sus admirados Virus, los nacidos en Lanús y criados bajos las frecuencias del mundo, supieron a transitar géneros, voces y sonidos sin conceder a los estándares y aún así lograr una obra con cabida popular constituyéndose como uno de los grupos más importantes del rock en español. A más de un paso de distancia se encuentra el baterista Diego Castellanos para hablar sobre el concierto que darán mañana, a las 20, en Teatro Sala Ópera (58 e/10 y 11): el Panza (tal como se lo conoce) conversa telefónicamente de la habitación de un hotel mexicano. Reposa en medio de una gira que los ha hecho viajar “desde hace dos meses y pico, tocando por toda la Argentina, con una gira por Europa, venimos a México y casi cerramos el año con nuevos shows en Argentina”.
El tour que los traerá a nuestra ciudad incluye un cambio importante en la formación: el gigante Carca dejó el bajo para que ocupe ese rol Gustavo “Tuta” Torres. “Sí, Carca está como multiinstrumentista, tocando la guitarra, complementando con percusión. Está bueno porque Carca estaba en el bajo por una cuestión de fuerza ( N. de R.: en el año 2008, falleció el bajita original Gabo Manelli). Pero en realidad no era bajista y aprendió a serlo. Como no era su lugar y como gran músico que es aporta desde otro lado, entonces optamos por decirle a Tuta que es un bajista sensacional”.

“Básicamente presentaremos A propósito. Alrededor de ese disco, vamos metiendo temas más antiguos o mas cercanos”, dice el músico respecto al show cuya entrada viene acompañada por el flamante disco. El décimo trabajo de los Baba dista de la experimentación radical de Miami o Dopádromo, profundizando la tendencia más cancionera pero no por ello previsible. A propósito suena calmo y sofisticado, dócil en apariencia. Pero por debajo habita un universo de sutilezas y texturas que infectan estas gemas pop de irreverencia e imaginación, de ruido y psicodelia. “Estábamos buscando una nueva forma, navegando en algo que sea novedoso -comenta Panza-. Alrededor de las canciones armamos una especie de soundtrack, con sonidos que no habíamos hecho antes. El disco tiene un lado un poco más oscuro, está más contrastado. Las canciones se dilatan un poco, no son tan compactas como en el disco anterior. Nos abrimos un poco”.

El grupo sabe que dado sus pergaminos, la crítica y el público siempre espera algo nuevo en sus trabajos. “Sí, puede ser. Pero lo cierto es que entre nosotros mismos tenemos esa presión interna. Queremos hacer algo que sea novedoso, y por eso a veces fluctúa un poco, a veces son más simples y concretas. Depende del momento en que nos toque. No es que tenemos un preconcepto muy marcado, no es que empezamos a hacer un disco, y decimos que sea de tal forma u otra. Vamos viendo que nos surge y a partir de ello vamos haciendo”.

Si bien la imagen de crooner de Dárgelos sobresale por carisma, el funcionamiento del grupo es netamente horizontal debido, en parte, a su esencia caótica: “Sí, brinda más posibilidades y permite poner las formas en las que vamos plasmando las ideas. En este CD fuimos armándolos espontáneamente, en un caos que confluía en la grabación, interactuamos juntos y por separado”. Esa forma de manejarse y las ansias de renovarse quizá sean el secreto de más de 20 años juntos: “Es lo que nos mantiene unidos como banda y hace que también nuestra obra sea tan diversa. Nos gusta un montón hacer esto y a la vez tratamos de no tomarnos la cosas tan enserio. Pero tampoco tengo una explicación muy clara, porque pasaron veinte años y se nos pasó rápido, hicimos muchos discos muchos shows, pero hoy salimos a tocar y estamos”.

Tras el show platense, la banda regresará el 3 de diciembore a un escenario que le sienta muy bien: el mítico Luna Park. “Yo creo que el clima máximo se genera cuando haces un show vos y lo armás como la banda pretende. En el marco de un festival, es como que todos van y tocan como pueden. Igual no sé que es mejor, siempre tocamos en lugares chicos y grandes. Cuando fuimos a Europa fueron lugares chicos, y sin embargo, salimos con la misma intención”.

Esos shows, en los que “no te conocen tanto, y donde tu arte no tiene tanto eco”, recordaron un poco los inicios de la banda. “El motor, en principio fue que actuamos en relación a una disconformidad bastante fuerte y no teníamos un preconcepto: buscábamos el delirio. Eso se fue tamizando y no es lo mismo ahora, pero queda algo. Si no cambiamos, nos aburrimos de nosotros mismos”. Aquellas proclamas de los ´90 cobijaban una postura ideológica contracultural muy marcada: “Sí, lo estético tiene un fondo ideológico y a la vez nosotros estábamos viendo que la música cambiaba, que había otras tendencias, que acá estábamos atrasados y que el rock renacía”.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-167905-Si-no-cambiamos-nos-aburrimos-de-nosotros.html

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