Domingo 04 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa
Murió a los 86 años
De ser una de las grandes estrellas del cine nacional pasó a la militancia en el PJ
Luego de una larga y fecunda trayectoria en la cinematografía nacional falleció anteanoche, a los 86 años, y tras una operación de cadera, Silvana Roth, una de las actrices más populares de la pantalla que ocupó un lugar de prestigio en más de cuarenta films entre las décadas del cuarenta al setenta. Había nacido en Génova el 17 de febrero de 1924 como Silvana Rota, aunque vivió su primera infancia en Buenos Aires. Atraída desde muy joven por las películas que presenciaba en las salas de su barrio, decidió inscribirse en un concurso que, en busca de nuevas figuras, organizó el periodista Chas de Cruz. Su rostro ingenuo y ya por entonces dueña de un especial carisma hicieron que fuese una de las ganadoras de esa elección y así, en 1940, participó en un pequeño papel, junto a Libertad Lamarque, en La casa del recuerdo, de Luis Saslavsky, al que siguió su participación, ese mismo año, en Fragata Sarmiento, de Carlos Borcosque. Fue el puntapié inicial para convertirse en una de las actrices más sólidas de la década del 40.
Poco después, y con un sólido oficio para enfrentar la cámara, intervino en Volver a vivir, de Adelqui Millar, y acompañó a Mirtha Legrand en Los martes, orquídeas. Ya como protagonista intervino en El tesoro de la isla Maciel, de Manuel Romero (1941), film al que siguieron Novios para las muchachas, Melodías de América, Cada hogar un mundo, Adolescencia, El viaje, La hija del ministro, La juventud manda y Siete mujeres, entre otros títulos en los que puso de relieve su talento tanto para papeles de ingenua como de mujer caprichosa e intrigante. Su temperamento dramático se dio, y ya como protagonista excluyente, en Se abre el abismo, de Pierre Chenal; Allá en el setenta y tantos, de Francisco Mugica, donde dio vida a la primera mujer universitaria argentina; y en Villa Rica del Espíritu Santo, de Benito Perojo, las tres de 1945, y tras otros títulos que afianzaron su popularidad -El diablo andaba en los choclos, Siete para un secreto, Mirad los lirios del campo, Esperanza y Edición extra-cumplió su trabajo más destacado en Escuela de campeones, dirigida por Ralph Pappier.
Paralelamente intervino en varios radioteatros y a fines de la década del 40 formó parte del elenco estable del Teatro Nacional Cervantes, con el que dio vida a diversos papeles en obras tanto clásicas como modernas. Trabajó en No salgas esta noche y Los maridos engañan de 7 a 9, ambas de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari; Mis amadas hijas de Catherine Turney y Jerry Horwin (dirigida por Narciso Ibáñez Menta, con quien estuvo unida sentimentalmente por ese entonces); Los amores de la virreina, de Enrique García Velloso; y Electra, de Sófocles (representada en la escalinata de la Facultad de Derecho, ante un público multitudinario, en 1950), entre muchas otras
A comienzos de 1950, fue vicepresidenta del Ateneo Cultural Eva Perón y su carrera cinematográfica se interrumpió en 1951, cuando rodó De turno con la muerte, de Julio Porter. Su trayectoria para la pantalla se reanudó recién en 1971, cuando participó del elenco de El ayudante, de Mario David, donde ratificó su calidad de actriz, y atraída por la política fue diputada nacional por el justicialismo entre 1973 y 1976. En 2001 recibió el Cóndor de Plata de la Asociación de Cronistas Cinematográficos por su trayectoria; en 2003 el galardón Pablo Podestá y en 2006, en el Día de la Música, fue distinguida con el Premio Susini.
Posteriormente intervino esporádicamente en reportajes televisivos, especialmente cuando se conmemoraban los aniversarios de Eva Perón, de quien fue muy amiga.
Los restos de Silvana Roth recibieron sepultura en el panteón de la Asociación Argentina de Actores, en la Chacarita. .
Adolfo C. Martínez
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