domingo, 4 de abril de 2010

El teatro como función social

Cultura

OSCAR "LITO" CRUZ ENSAYA "TODOS ERAN MIS HIJOS", DE ARTHUR MILLER, Y ES DIRECTOR DE LA COMEDIA PROVINCIAL

04.04.2010 | Nacido en Berisso y a punto de cumplir sesenta y nueve años, el actor se refiere a su labor institucional, a una forma de entender el arte en las nuevas generaciones y a una pieza que desnuda un caso de corrupción y contamina a una familia.
Por Juan Carlos Fontana

Rodeado de fotos en las que se lo ve junto a su amigo Robert De Niro, al fallecido Carlos Gandolfo, a Augusto Fernandes, con el que fundó el grupo de teatro Eteba, o caracterizado para míticos personajes, como "Facundo, la sombra del tigre" que hizo en cine dirigido por Nicolás Sarquís, Oscar "Lito" Cruz", se encuentra con el cronista de La Prensa, en su estudio de la calle Suipacha al 100, para hablar de "Todos eran mis hijos", de Arthur Miller, que prepara para fines de abril, en el teatro Apolo, dirigido por Claudio Tolcachir.

Oscar "Lito" Cruz tiene una personalidad movediza. Su cotidianidad se reparte en ejercer la dirección de la Comedia de la Provincia, con sede en La Plata, que le permitió conseguir se promulgue la Ley provincial de teatros independientes, de invalorable ayuda para los artistas de la región; el programa en Radio Provincia, sus clases de teatro y los ensayos de la obra de Miller.

UNA NUEVA LEY

"Lito" Cruz habla de la pieza de Miller, que se dio a conocer en 1947, en el teatro Coronet, de Nueva York, dirigida por Elia Kazan, como si se hubiera cumplido un sueño anhelado. Pero a la vez se refiere a la función pública con el mismo entusiasmo. El actor fue director del Instituto Nacional del Teatro.

Para el artista el teatro cumple una función social. Por eso dice que el haber logrado que se promulgue la ley, permite, como ya se está haciendo, que se abran pequeñas salas en barrios y localidades en las que hay pocos habitantes, se haga teatro comunitario y además se realicen otras actividades para ayudar a que los jóvenes descubran otras posibilidades y no se inclinen por la droga, o delinquir.

En ese aspecto "Lito" comenta que la obra de Miller es de extrema actualidad, porque habla de cómo un acto de corrupción y el secreto que esconde un hombre, contamina a su familia hasta que se descubre un hecho terrible.
Es que Joe Keller, el protagonista de "Todos eran mis hijos", es mostrado por Arthur Miller, como un comerciante que durante la Segunda Guerra Mundial fabricó piezas de aviones para el gobierno de los Estados Unidos. En el momento en que transcurre la historia a él se lo acusa de la entrega de una partida de piezas defectuosas, al mismo tiempo se descubre que su hijo, un piloto del ejército desapareció, presumiéndose lo peor.

UN DESAFIO

"Joe Keller es uno de esos grandes personajes de la historia del teatro universal y por lo tanto es un papel que desafía al actor. Lo cierto es que aparece en un momento en que tengo la experiencia y la edad para animarme a abordarlo y comprenderlo mejor a Arthur Miller, más aún después de lo que hemos vivido en la Argentina, en la que estamos bastante familiarizados con el tema de por qué la gente oculta una mentira tan horrenda, durante cuarenta años".

"Hacerla dirigido por Claudio Tolcachir, un director de las nuevas generaciones, que tiene una visión diferente de la obra y tan especial, me parece una estupenda combinación para refrescar esta historia", dice el actor, mientras se acomoda en el sillón de su escritorio y pide disculpas por tener que atender el teléfono.

-¿Cómo ve hoy esta pieza de Miller, tomando en cuenta que usted ha estudiado en el Actor"s Studio, conoce muy bien el teatro norteamericano y es amigo de Robert De Niro, con el que ha tenido grandes charlas?

-Es muy agradable porque me remite a algunos de los sueños que teníamos hace treinta años atrás con compañeros de la vida artística como Agustín Alezzo, Augusto Fernandes, o el fallecido Carlos Gandolfo. Lograr hacer un papel que exige del actor la invisibilidad de su técnica es algo esencial, porque para que un personaje como Joe Keller se haga realidad, el actor tiene que "desaparecer".

LA TÉCNICA

-¿Lograr esa "naturalidad" del actor en el escenario fue una de las metas de su generación?

-Fue una de las grandes ambiciones, dado que las podíamos observar en actores como Marlon Brando, Robert De Niro y James Dean. La obra fue muy polémica para su época y Miller había dicho que si no se la estrenaban, no escribía más. Lo bueno es que fue un éxito impresionante.

-¿Cómo ve el teatro local, con relación a su generación que hereda parte de la escuela norteamericana?

-Ha habido cambios en la historia del teatro universal. Los grandes personajes fueron desapareciendo y surgió el "teatro del director". Por eso los actores tratan de rescatar aquellos clásicos, en los que es el personaje es el que lleva adelante la acción.

A la vez hay que tomar en cuenta que contamos con nuevos grandes autores, como Javier Daulte, Alejandro Tantanian, Daniel Veronese, cuyo teatro se enmarca en una realidad distinta a la que vivíamos nosotros. Directores como Ricardo Bartis cuentan historias que llegan al espectador de hoy. Por eso es un éxito el off. Claudio Tolcachir hizo dos obras notables como autor-director: "La omisión de la familia Coleman" y "Tercer cuerpo". Antes el teatro era masivo en un solo espacio, ahora es masivo en cientos de pequeños espacios a lo largo del país.

LA COMEDIA PROVINCIAL

Al referirse a su actividad como responsable de la Comedia de la Provincia, "Lito" Cruz dice que el objetivo es que se involucre dentro de la política teatral de una forma bastante comprometida. Por eso convoqué a historiadores como Pacho O"Donnell, Osvaldo Bayer, o Felipe Piña, que eligieron quince temas y armamos un ciclo sobre el teatro, la historia y la Independencia, que fueron puestos en escena por una misma cantidad de directores, en distintas localidades de la provincia. Poco después el ciclo se amplió a cuarenta obras, que incluso giran por países limítrofes. Más tarde surgió el programa de radio, el teatro y la historia, que va los miércoles de 22 a 23, por Radio Provincia y ahora viene la televisión. El teatro debe contribuir a la función social.

Fuente: http://www.laprensa.com.ar/Note.aspx?Note=357416

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