martes, 8 de abril de 2003

Decreto sobre teatro levanta polémicas

RIGE DESDE AYER

Distintos sectores teatrales afirman que “con la excusa de devolverle la autarquía al Instituto del Teatro, se transforma un gobierno colegiado en poder unipersonal”

A pesar de la fuerte oposición de teatristas del interior del país, entró en vigencia ayer el decreto que cambia la naturaleza jurídica del Instituto Nacional del Teatro y que designa a José María Paolantonio y a la doctora Griselda Strat como presidente y vice del organismo.

Todo comenzó cuando, impulsado por el Secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella, se presentó el pedido de restitución de la autarquía del Instituto Nacional del Teatro, que había sido cercenado en su momento por el ex ministro Domingo Cavallo.

Cuando la formulación se encontraba en el Departamento de Legal y Técnica, se realizaron consultas constantes, “de las que siempre -afirmó Paolantonio- estuvo informado el Consejo de Dirección”, integrado por dos miembros nombrados por la Secretaría de Cultura, seis representantes del teatro del interior que fueron elegidos por concurso de antecedentes y oposición, y cuatro personalidades de prestigio en el ambiente teatral.

El decreto puesto en vigencia “crea un ente público no estatal -explicó Paolantonio-, una figura por la cual la gestión se presenta prácticamente como una empresa privada, pero el control de la gestión es absolutamente público”, de la misma manera como ocurre con el PAMI, la AFIP o las obras sociales.

Aquellos dos miembros nombrados por la Secretaría de Cultura para el Consejo de Dirección pasan ahora, por el nuevo decreto, a ser presidente y vice del Instituto.

Al promediar el viernes pasado en Mendoza la Fiesta Nacional del Teatro, que reunió a artistas de todas las regiones, en esa ciudad se tomó conocimiento del borrador del decreto aprobado ayer, lo que provocó variadas expresiones de rechazo entre los teatristas, que entre otros temas planteaban que el Consejo de Dirección perdía atribuciones ejecutivas, sólo retenía tareas de asesoramiento.

En defensa del proyecto, Paolantonio comentó que “debemos señalar que ahora se establece una forma de autarquía lo más plena posible, muy superior a la que preveía la Ley 24.800 que dio origen al Instituto”.

Opinó muy distinto el actor Rafael Bruza, al afirmar que “con la excusa de devolver la autarquía que le corresponde, se ha hecho una modificación estructural que transforma un gobierno colegiado en un poder unipersonal”.

“El título de presidente a mí también me molesta mucho -confesó Paolantonio- porque los argentinos tenemos una cultura presidencialista con experiencias nefastas, pero es lo que corresponde a esta nueva figura legal, no fue nuestra intención poner un rey”. A manera de reflexión, y para apaciguar los ánimos, sostuvo que “si dejamos la pasión de lado, creo que pasar del término de Director al de Presidente no cambia demasiado”

De esta manera, buscó refutar las afirmaciones del sector de teatristas que, en la voz Bruza, sostienen que “si bien el Instituto recupera su carácter de ente autárquico, ha perdido la autonomía”.

Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2003/04/08/pdf/18.pdf

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