TELEVISIÓN
En su rol de ex esposa que quiere reconquistar a su marido, se convirtió en la criatura más pintoresca de “Solamente vos”, la tira con Adrián Suar y Natalia Oreiro. Sorprendió en “Lalola” y protagonizó “Ciega a citas”. Y ahora aprende a convivir con la popularidad.
16.08.2013
Por Silvina Lamazares
El de La Polaca es uno de esos casos en los que el personaje aparece ‘en relación a’ y termina siendo ‘a’ . Por estos días, la historia de Solamente vos (a las 21.30, por El Trece) pareciera girar en torno a ella. Sencillamente porque se convirtió en el principal obstáculo entre Juan y Aurora, la pareja central que componen Adrián Suar y Natalia Oreiro. En medio de ese amor convulsionado, ella se hace notar. Con lo cual... El de Muriel Santa Ana es uno de esos casos en los que el actor aparece acompañando y termina brillando con luz propia. Retrato de una actriz que heredó el oficio -hija del enorme Walter Santa Ana, que murió el año pasado-, pero que también supo construir su propio camino. Tanto en su carrera, como en la tira.
En la comedia de Pol-ka, su Ingrid Albarracín (ver Radiografía…) asomó como la mujer frustrada de Juan, que necesitaba un cambio. Y pateó el tablero. Y ahora no sabe cómo hacer para recuperar todas las fichas. En esa reconquista anda por estas horas La Polaca , madre de cinco hijos y dueña de una exaltación que la vuelve pintoresca y adorable. Algo así como una ex de las queribles.
“Siento que cambió mucho la historia hace más o menos un mes, cuando La Polaca se fue a vivir a lo de Juan y le complicó las chances de estar con Aurora. Estoy grabando mucho más que al principio. Para que te des una idea, antes tenía un promedio de 7 u 8 escenas diarias y ahora estoy entre 16 y 20”, comparte quien fue la protagonista de Ciega a citas, que Canal 7 emitió durante 2009 y 2010.
Para ella, “esto de ahora es un salto cuantitativo y cualitativo, cambia mi visión sobre el trabajo y sobre mí misma. Estoy en un momento de mucha exigencia, porque grabo desde la mañana temprano hasta las siete de la tarde y a las siete y media arranco con los ensayos de "El gran deschave"
Muchos actores se quejan, pero entonces se puede hacer teatro y tira al mismo tiempo…
No es fácil mientras se ensaya. Nosotros, además, ensayamos seis días por semana. Te soy sincera: tal vez, todo lo que significa mucha demanda lo padezca un poco, porque, cuando dejo mi soledad y mi espacio, lo sufro un poco. Pero sé que es temporal. Igual, todo esto que me está pasando es buenísimo. Es increíble, estoy en un gran momento de mi vida y mi carrera, por ponerle algún nombre, que dicho sea de paso es espantoso.
¿Por qué los actores no quieren hablar de carrera y sí de trayectoria, por ejemplo?
Porque carrera, me parece a mí, admite algo de una competencia con otros. No es que yo me piense sola, pero me pienso a mí en relación a mí. Por otro lado, no me cabe todavía hablar de trayectoria. Capaz me cabe trayecto.
Antes del almuerzo -unos arrolladitos de pollo con ensalada, en el bar de Pol-ka-, explica que “a lo largo de los años fui entendiendo algo de mi energía en relación al laburo y qué es lo que tengo que poner en movimiento de acuerdo a lo que tenga que hacer. Entonces sé que estos dos meses me demandan una gran entrega, una energía como muy protagónica, en el sentido de que pongo en juego una fuerza, una vitalidad y una alegría enormes… Porque, más allá de todo, son cosas para disfrutar, básicamente. Son pruebas y cambios que me dejan después en otro lugar”.
Cuando llegó a la televisión, en 2005, ya llevaba 10 años transitados en teatro. Primero se probó en Una familia especial y luego, en 2006, en Juanita la soltera, dos tiras de El Trece que no tuvieron buen rating ni larga vida en pantalla. “Lo popular arrancó con Lalola (2007 y 2008), se reafirmó con Ciega a citas y esto de El Trece, en el famoso ‘prime time’ (horario más competitivo), no lo había vivido jamás”, comenta la mujer que el año pasado protagonizó El donante, por Telefe, unitario que le valió una nominación al Martín Fierro (ver Su pálpito).
Pero vos ya estuviste varias veces en el ‘prime time’.
Sí, con distintos programas, pero nunca en una pantalla tan popular como ésta. Es una locura, una linda locura.
¿Tuviste el sí fácil cuando te convocaron para la tira?
Sí... y no sólo eso. Cuando Adrián (Suar, director de programación de El Trece) me llamó tuve una intuición de que iba a ser algo bueno y en la charla le dije ‘Ah, vos me estás ofreciendo el mejor personaje’ .
¿Qué te dijo?
‘Bueno, vas a hacer de mi ex mujer, empezamos juntos, tenemos cinco hijos, me pedís un tiempo, nos separamos de golpe y tu derrotero va a ser el de toda mujer que quiere ir y venir con tu marido. Vas a tener tus cositas, van a entrar y salir tipos, van a mediar abogados, pero va a haber un momento’ , que es éste ‘en el que ella va a querer volver. Será el ida y vuelta de una mujer que no sabe lo que quiere’.
Y a casi un año de esa charla, ¿seguís pensando lo mismo?
Por supuesto, siento que tengo el mejor personaje de esta historia… El mejor, aclaremos, en el sentido de estructura, de contenido para morder. De entrada se mostró contradictoria, imperfecta. Y alguien que expone su imperfección es un ser muy vulnerable. Al mismo tiempo tiene la fortaleza de los débiles. De todos modos, La Polaca es parte de un engranaje. Y Adrián es el que tiene todo en la cabeza.
¿Sabés de fútbol?
Poco y nada.
Porque pensaba que él funciona como una suerte de enganche que reparte el juego para que los otros también hagan goles.
Ah, eso sí lo entiendo. Y sí, funciona así. Pero no me voy a hacer la humilde: yo me propuse hacer un gran personaje. Vine a esa reunión con un 80 por ciento del sí. Y cuando escuché la propuesta acepté al toque. Pero sola no llegás ni a la esquina.
Tímida, sensible, de un humor afilado que sostiene con una graciosa gestualidad, Santa Ana está aprendiendo a convivir con las repercusiones masivas de su trabajo. Sí conoció el reconocimiento amoroso con la Grace que componía en Lalola o con su sufrida Lucía de Ciega… o con sus sólidos trabajos teatrales, pero “no era tanto como ahora. Siempre es bueno estar en un proyecto al que le va bien, siempre es estimulante. Nunca había estado en un programa con tanto rating (Solamente vos suele ser lo más visto del día, con un promedio de 17 puntos). Me han parado por la calle, he firmado autógrafos y esas cosas, pero lo de ahora no me había pasado jamás.
¿Te pasan cosas como cuáles?
Como que me corren por la calle. ¿Entendés lo que te estoy diciendo? Me-corren-por-la-calle.
¿Y vos qué hacés?
Y, corro. Y me meto en el auto. Se ríen, me río, me saco alguna foto, sí, pero en general cuando me piden una fotito trato de explicarles que no, que prefiero que no.
¿Pero por qué? ¿No te gusta como salís? ¿No te gusta estar en la foto de otro?
Podrían ser todas esas razones juntas.
Lejos del divismo y las confusiones que suele generar la fama, Muriel Santa Ana va por ese camino, más parecido al que transitó su padre, que al de muchas pares suyas: así es ella en la vida. Y así es ella en la tele: una ex que se convierte en un plomo para su ex y para la amada de su ex. Destino de villana odiada, que su talento supo torcer.
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