miércoles, 26 de mayo de 2010

Reabrieron el Colón con una función de gala

Hubo 2.700 invitados

26-05-2010 / La sala de ópera y ballet estuvo cerrada durante casi cuatro años para ser rehabilitada

Las sombras de la diva María Callas y de otros grandes de la ópera y el ballet planearon anoche sobre el teatro Colón de Buenos Aires de la mano de un documental proyectado en la fachada del coloso, que ayer levantó el telón tras casi cuatro años de cierre por rehabilitación con una función de gala del Bicentenario para 2.700 invitados.

La proyección resumió la historia del Colón, que abrió sus puertas el 25 de mayo de 1908 con la ópera "Aída", de Giuseppe Verdi, a cargo de la Gran Compañía Lírica Italiana. Por su escenario han pasado durante estos 102 años las más importantes figuras de la ópera y el ballet, y algunas de las más representativas de la música argentina, como Mercedes Sosa, cuya actuación, en noviembre de 2006, echó el cerrojo del Colón para proceder a su remodelación.

María Callas, que se presentó en el teatro cuando apenas era conocida, en los comienzos de su carrera, Renato Carusso, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, José Carreras, Rudolf Nureyev, Maya Plisetsckaya y Alicia Alonso son sólo algunos de los artistas que pusieron en pie el patio de butacas.

Varios de ellos rindieron homenaje al teatro con su participación en este documental proyectado en tres dimensiones sobre la fachada posterior del edificio a través de nueve gigantescos cañones de una tonelada de peso. La soprano española Montserrat Caballé afirmó en la proyección que "el Colón de Buenos Aires es la acústica mejor que existe. Esa acústica que no necesitas apretar la voz, que la voz vuela".

"Quiero mucho a Argentina, quiero mucho a Buenos Aires y a ese público maravilloso que es el Teatro Colón", saludó Plácido Domingo desde la pantalla al concluir el sentido documental en el que también participaron José Carreras, las italianas Mirella Freni y Alessandra Perri, el director de orquesta indio Zubin Mehta y el bailarín argentino Julio Bocca, entre otros.

Decenas de miles de personas siguieron la proyección desde las pantallas instaladas en el "Paseo del Bicentenario", sobre la avenida 9 de julio, la más ancha de Buenos Aires.

En este siglo de historia, el Colón acumula un sinnúmero de anécdotas, como las protagonizadas por los bailarines argentinos Julio Bocca y Maximiliano Guerra, que se formaron en la escuela del teatro y fueron amonestados más de una vez por escaparse a la azotea y jugar al fútbol en la rotonda del edificio.

También Pavarotti tuvo su "momento" en el teatro cuando, en plena actuación, se saltó el libreto para levantar de una mesa sobre el escenario al barítono argentino Luis Gaeta. En junio de 1910, en un contexto de protestas sociales, el Colón fue blanco de un atentado que terminó sin víctimas mortales pero dejó diez heridos y conmocionó la ciudad.

Como todo teatro mítico, el Colón tiene su propio fantasma: el bailarín Adolfo Stahl, que "murió" dos veces.

Después de una brillante carrera en las décadas de 1930 y 1940, el bailarín contrajo sífilis y deambulaba pidiendo limosna por los alrededores del teatro hasta que un día circuló la noticia de su muerte y se organizó una gran ceremonia fúnebre en su honor que incluyó una vuelta al Colón en medio de la ovación del público.

Poco después, sin embargo, Stahl volvió a pedir limosna en el teatro por última vez, porque desapareció de nuevo y no se volvieron a tener noticias suyas.

En esta nueva etapa, el Colón podrá seguir acumulando leyendas y anécdotas.

Fuente: http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=92163

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