viernes, 10 de julio de 2009

Dos Reinos Unidos

viernes, 10 de julio de 2009

Elena Roger y Iñaki Urlezaga

Por Agustina Llumá

Balletin Dance reunió a Elena Roger e Iñaki Urlezaga para realizar esta entrevista y las fotos que la ilustran, en vistas de sus actuaciones en julio en Buenos Aires

Los dos triunfaron en Londres. Los dos son argentinos. Los dos estrenan programas en julio en Buenos Aires. Para ellos Argentina es su lugar en el mundo. Máximos exponentes del teatro musical ella y del ballet clásico él, relataron a La Revista Argentina de Danza sus últimas vivencias que les permiten la tan mentada libertad artística.

Elena Roger ganó este año el premio Lawrence Olivier por su actuación como Edith Piaf en Londres, con la misma obra que se podrá ver este mes en el Teatro Liceo de Buenos Aires. “Para mí fue el cierre de un ciclo. Irme afuera del país no había estado en mi cabeza. Siempre -con crisis y todo- como tenía trabajo en Buenos Aires, todo estaba bien entre comillas. Luego salió la oportunidad de interpretar el papel de Evita y vivir un año en Londres, y después surgió otro trabajo y pude hacer la Piaf. Todo eso era para mí: bueno por algo estoy acá, vamos a aprovecharlo y llevarme un souvenir no estaba mal. Cerraba una etapa. Ya sabía que íbamos a hacer Piaf en Buenos Aires cuando me enteré de la nominación y pensé que sería bueno si me lo daban ahora. Había sido nominada por Evita el año anterior, pero no lo había ganado. Me lo merecía (risas), eran todas muy buenas. Piaf había tenido muy buenas criticas, pero con el premio, me sentí contenta, era un punto más para traerla acá”.

¿Recibir un premio de este tipo modifica la vida o la carrera?

“Si hubiese ganado el premio en Evita no hubiese hecho todo lo que hice después, el ciclo se hubiese cerrado antes, me hubiese vuelto antes o hubiese hecho cosas desde otro lugar. Ahora me parece que me ha agarrado una madurez más importante de mi persona, que el premio es mucho y no es nada. Porque te lo está dando un montón de gente que sabe de teatro y que dice que este año fuiste vos la mejor. Pero en realidad no sos la mejor de nada, podes haber tenido un segundo de mejor de algo, y ya está, ya pasó, ya se fue. Siempre hay que seguir laburando, siempre hay que seguir planeando cosas hacia adelante, hay que seguir trabajando para crecer como artista. Entonces: un premio, sí, te puede dar orgullo; es lindo, sí; y es una estatuita linda que tengo en mi casa. Pero hay que seguir”.

Bailar en el Cervantes

En el nuevo ciclo de danza del Teatro Nacional Cervantes que se inaugura este mes, Iñaki Urlezaga presentará junto a su compañía Ballet Concierto, un programa contemporáneo. El proyecto nacional permitirá el acceso de nuevo público, por contar con entradas económicas, e incluye para el resto del año a Ana María Stekelman y a Silvia Vladimivsky.

“Me parece bárbaro, creo no haber bailado nunca en Buenos Aires con una entrada tan accesible para el público. Cuando me llamaron para hacerlo sentí que una gran parte de la población podrá venir a ver una buena noche de danza, a un costo mucho más accesible que el habitual. Además que se pueda hacer danza en un lugar tan hermoso como es el Teatro Cervantes, que no se lo da mucho para ballet, me da mucha alegría”, afirmó el bailarín y coreógrafo.

Quienes quieran reencontrarse con Elena Roger, descubrirán un cambio, “porque de hecho nunca me han visto hacer lo que voy a hacer en esta obra, que nos pega a todos mucho, por donde la mires. La historia de la Piaf tiene una magia enorme y es muy fuerte. Se presenta en un solo acto de una hora y media, con sus canciones -cantadas por mi, pero sus canciones al fin- que tienen una melodía hermosa. Voy a cantar en francés (igual que en Londres) pero los diálogos son en español. En realidad no es completamente un musical, es una obra de teatro con música, o sea que la gente no se va a encontrar con una coreografía del personaje de Piaf cantándole a otro personaje lo que le pasa. Se cantan solamente las canciones que ella cantaba, que tenían que ver con su vida. A veces se las sitúa en un concierto y otras en su intimidad. Es muy biográfico, pero no es una lección de historia, hay algunos datos que obviamente no son exactos.

Los actores son divinos, buenísimos, somos doce en el elenco y vinieron de afuera el director Jamie Lloyd a poner la obra y algunos creativos. El producto va a ser igual al de Londres, con otros actores.

El público se va a encontrar con una Elena que no es la que vio antes, si vió algo de mi antes. Hace tres años que no actúo en Buenos Aires. No es lo de Mina donde era todo alegría. Piaf tiene también sus momentos de diversión, pero te hace pensar mucho en la vida”, aseguró la cantante y bailarina.

Ir y venir

Igual que Iñaki Urlezaga que se ha establecido en La Plata, su ciudad, Elena Roger acaba de regresar al barrio de Barracas. “Me di cuenta que mi lugar es Buenos Aires. Por eso empaqué todas mis cosas de Londres y las traje de regreso. Barracas o cualquier barrio pero en Buenos Aires. Me moveré en cuanto lo necesite para la profesión, donde tenga que ir, que me llamen y que yo quiera. Me encanta Londres, esa cultura, su teatro, es un mercado interesante, también es posible hacer Evita en Broadway dentro de en un par de años, pero yo se que este es mi lugar” señaló.

Urlezaga ya hace tres años que es primer bailarín invitado en el Ballet Real de Holanda, luego de doce en el Royal Ballet de Londres. Esta nueva forma de trabajo, le permite entre otras cosas vivir en La Plata. “Mucho más libre. No cambió mucho mi vida, porque siempre estuve viajando. Pero me permite planear, por ejemplo haber podido empezar a crear obras. Me dio la tranquilidad de poder tener el tiempo necesario para poder hacerlas. Si hubiese seguido con los ingleses, hubiese sido imposible porque no podía ausentarme más de una semana de la compañía.

Quería hacer coreografías, y de hecho empecé a montar mis propios espectáculos. Estar más tiempo afincado acá (que en cierta manera también es una mentira porque voy de gira, vuelvo, tengo una vida bastante itinerante), trabajando siempre con este grupo de gente, el Ballet Concierto, me da la posibilidad de pensar mucho más. Hacer lo que siento, que mi carrera tome el rumbo que yo desee y no necesariamente lo que un director me diga. Ahora con el Ballet de Holanda, todo es conversable y llegamos a un acuerdo, antes era un sujeto dentro del teatro, que fue fantástico pero para un determinado tiempo de la vida. Cuando llegaste a encontrarte con vos mismo ya no querés ser más un sujeto”, confesó Urlezaga.

Luego de ser primer bailarín de una de las compañías más importantes a nivel mundial, ¿qué más podría pedirse?. “No creo que los títulos te den más” recapacitó el bailarín seriamente. “Recién ahí empieza tu carrera en realidad. Después que llegaste a lo que la gente cree que es la cumbre de triunfar, en un teatro prestigiosísimo como es el Covent Garden al que no todo el mundo accede, para el artista en realidad esa es la única manera de crecer verdaderamente. Poder aprender de los grandes directores, de los grandes maestros, de las grandes fuentes, donde todo te habla en primera persona, todo está realizado ahí, no te dicen cómo son las cosas más o menos, ahí se aprende en serio. A partir de que vos aprendes la verdad de la danza, es que comienza tu carrera y lo que vos puedas hacer con eso, sea en Inglaterra, Buenos Aires o en Hong Kong.

Me pasa lo mismo que a Elena, por muchas cosas que yo hice afuera. El hecho de que si están bien hechas, tampoco caducan, entonces volvés siempre afortunadamente, tiene que ver con el respeto que hayas generado en los otros, si no te llaman nunca más, algo malo habrás hecho. Si vas y venís continuamente, aunque no estés todos los días, no quiere decir que tu presencia no sea requerida o necesitada”.

Cascanueces

A fines del año pasado Iñaki Urlezaga montó Cascanueces en versión completa en el Teatro Argentino de La Plata, que se repondrá en diciembre de 2009. “Soy un defensor de la danza clásica, me gusta mucho el baile académico, pero no como Academia y nada más. Creo en la magia de la danza clásica y creo que la construcción de la obra tiene que ver con recrear el espíritu de lo que ese ballet puede llegar a ser, un gran ballet de la danza clásica. Que en mi concepción, la estrella de la compañía es su cuerpo de baile y el souvenir son los protagónicos. Nunca desarrollaría una obra sobre una pareja protagónica, y esa es una de las facilidades que ofrece esta manifestación. Las dos primeras figuras vienen como la frutilla del postre, a disfrutar de lo realizado por todos sus compañeros, como si la compañía viniese tirando el carro y cuando llegan los primeros bailarines ya está todo hecho, todo presentado para poder terminar de encantar al público. En Cascanueces no quise hacerlo como un ballet infantil, para chicos. Quería un primer acto totalmente dramático, con un costado oscuro como puede tener Drosselmeyer. Creo que los ingleses manejan de una manera exquisita la parte actoral, traté de aprender con los años, de comprenderlo para poder volcarlo ahora. En el segundo acto donde no hay un hilo conductor tan fuerte y sobre todo en el grand pas de deux, quise desarrollar lo que era puramente danza clásica. Un primer acto más narrativo y un segundo acto más artístico. Traté de respetar eso, con aciertos y con cosas que modificaría a futuro, pero encontré una versión que me gusta ver”.

Creación

Antes de irse a Londres Elena Roger había creado Mina che Cosa Sei, en Buenos Aires, un espectáculo junto a Valeria Ambrosio que obtuvo cuantiosos premios. “El show me encantó. Fue en ese momento cuando empecé a descubrir lo bueno de decir cosas que salgan de uno, proponer y no esperar a que te llamen o que estés haciendo una audición. Yo venía trabajando muy bien, había quedado como protagonista en Cabaret, que no se hizo, justo hubo la crisis del país y eso hizo que comenzara a cuestionarme qué hacer, cómo mostrarme, cómo decir lo que me pasaba por dentro. Nos juntamos con Valeria e hicimos este show con canciones de Mina, que salió muy lindo, fue algo especial. Por supuesto siempre quiero seguir creando, hice un CD de tangos, de zambas y de otras yerbas argentinas para venderlo en Londres, que se vendió bien cuando estaba haciendo Piaf y ahora lo voy a editar en Buenos Aires. Es totalmente independiente, una producción mía con la idea de unir los dos mundos, porque incluye unas canciones inglesas que tienen el sabor argentino, de folklore o de tango. Cuando vas haciendo cositas nuevas, todo son experimentos y pronto será un show mío otra vez. También estamos trabajando en un espectáculo de tango para el Festival Querido Tango que se va a hacer en noviembre en un línea de cruceros que parte de Torino, Italia”.

En las seis funciones del Cervantes de este mes, el público reencontrará Constanza, un pas de deux de amor enmarcado en los cánones clásicos ingleses, muy musical, que Urlezaga montó hace un tiempo, “Bolero de Miguel Elías que hace muchos años que la compañía no lo hace (desde su estreno en 2001) y estrenamos Siempre Buenos Aires unos tangos de Mora Godoy para cerrar la función. Es un programa contemporáneo que contrastará con lo que mostraré en diciembre. Estrenaré Traviata, la ópera llevada al ballet, que será muy clásica.

Traviata va a ser totalmente diferente a lo que he hecho hasta ahora en Argentina, porque nunca hice un drama aquí, no hice Manon ni Romeo y Julieta, no me han visto nunca en ese tipo de trabajo. Es una cosa muy grande, que haré con mi gente que mejor me conoce, con quienes puedo tener el tiempo necesario para trabajar, para ensayar, para montar, para dirigir. Trato de no bailar mis coreografías para poder tener una perspectiva lo más lejana posible, pero esto es un sueño mío y lo quiero hacer. Llevo dos años y medio pensándolo y la verdad, honestamente y egoístamente tengo muchas ganas de bailarlo. Tener mi gente y mi espacio me da la seguridad para poder trabajar tranquilo”, confesó.

Las experiencias que realizaron Roger y Urlezaga, los ubica en aquella instancia en la cual pueden elegir con libertad cómo continuarán sus carreras. ¿Cuál es la importancia que le dan a la formación estos dos artistas consagrados?.

Para el bailarín clásico, “la experiencia honesta y humildemente, te da la libertad necesaria para después poder elegir lo que querés hacer. El hecho de formarte y aprender para ser humilde frente a eso, y frente al trabajo diario te permitirá poder seguir creciendo, porque uno nunca llega a nada. Es como la vida, uno está de viaje siempre, de ida. Siempre te queda más por aprender que lo que has realizado. La independencia que lograrás tener en el futuro dependerá de tu formación. No hay qeu preocuparse por ser alguien para el afuera, sino en tu trabajo y en el saber actualizar tu trabajo. Porque sabiendo hacer algo vas a ser independientemente libre, porque vas a poder cumplir lo que puedas generar”.

Elena Roger por su parte, está de acuerdo. “Pienso exactamente lo mismo. Uno es artista pero no solamente es un artista, Iñaki baila, ahora dirige, monta coreografías, siempre uno tiene más para barajar, más para aprender. En mi caso bailé, escribí un guión. Pero también la humildad es importante y en el arte lo importante es hacer las cosas por lo que uno quiere decir y por la expresión, y no para ser famoso o para ganar dinero. Porque en eso se diluye el arte. Ahora vemos una cantidad de programas que te dicen cómo tenés que ser para ser exitoso, famoso, para ser, para llegar ¿a dónde?, ¿y el arte?, ¿y lo que vos querés decir?, ¿y lo que te pasa por dentro?, lo que nos conecta con el mundo exterior ¿adónde esta?. Eso me parece que es importante para los chicos que recién empiezan, ver las críticas -no tanto del otro sino ver lo que uno hace bien-, aprender y seguir tratando de mejorar porque siempre hay algo más arriba para hacer”.

¿Y el destino?

“Sí. Uno ayuda a forjar su propio destino, pero si no tenés suerte en esta vida... por ahí te pisa un tren ¿no es cierto?”, asintió Urlezaga. Mientras que para Roger “uno genera una cantidad de cosas de las que pasan en la vida. Cuando las cosas no son tan buenas, es bueno irse un poco y ver de qué se trata realmente. Qué es lo que uno hizo y qué debería modificar. Porque todo es un ida y vuelta”.

Fuente: http://www.balletindance.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=441&Itemid=591

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