Más de 1.300 olavarrienses colmaron la capacidad del lugar y disfrutaron anoche de la primera de las dos funciones de "Un guapo del 900", la obra multimedia dirigida por Eva Halac y protagonizada por Joaquín Furriel, Betiana Blum y Antonio Grimau, que tuvo lugar al aire libre en la esquina de Junín y Belgrano, y que hoy a las 20.30 se despedirá de nuestra ciudad (las entradas gratis, dos por adulto, se entregan hoy desde las 12 en el lugar).
Tal como ocurrió con "Juan Moreira" a principios de este año, la producción del Instituto Cultural bonaerense apostó una vez más por una trágica historia de coraje, amor y traición, con la particularidad de una puesta que transcurre en un escenario natural intervenido con algunos elementos escenográficos para dar contexto a la historia con autos de época, fachadas, empedrado y caballos. Además de la participación de actores olavarrienses que vivieron la posibilidad única de compartir escena con artistas consagrados como Furriel, Blum y Grimau.
La acción tuvo lugar bajo una noche que se sumó a la propuesta, con el público en las tribunas ansioso (la obra comenzó media más tarde de lo anunciado y se extendió por una hora y media) y muy efusivo hacia los protagonistas, en especial Joaquín Furriel, que en la piel de Ecuménico López responde a las leyes atávicas de la época, donde algo que no tiene solución se vuelve trágico, ya que el guapo responde a su ley y, en consecuencia, a su destino.
El nudo de la historia escrita por Samuel Eichelbaum se desata cuando Ecuménico, que respondió desde siempre a don Alejo Garay (Grimau), descubre que la esposa de su patrón lo engaña con su principal rival y lo mata en medio de una pelea. A partir de ahí, el protagonista sabe que su destino está marcado. La tensión de la obra cobra importancia en el cambio político que plantea, donde los personajes deciden disimular un pasado más salvaje y pasarse a la "civilización". Se produce entonces un cambio de discurso y de formas, a las que Doña Natividad (Blum), madre de Ecuménico, no se adapta; que él mismo no comprende, y que don Alejo está llevando adelante, razón por la que esta vez decide dejar solo a su mano derecha.
Una vez más, la dirección de Halac se luce en la utilización del espacio que incluye a muchos actores en escenas en conjunto, varias de ellas simultáneas, que reflejan mitines políticos, dos bandos enfrentados, algunos policías y bailarines de tango. Aunque también hay momentos para que se luzcan los protagonistas, en diálogos muy logrados como los que mantienen Furriel y Grimau y, más tarde, Furriel y Betiana Blum.
Así, por segunda vez en este 2007, los olavarrienses pudieron disfrutar de un espectáculo gratuito y de gran calidad, difícil de olvidar por sus características, y sobre todo por la presencia de tres actores consagrados que se llevaron una gran ovación.
Fuente: http://www.elpopular.com.ar/diario/2007/12/08/nota.html?idnota=13002
Tal como ocurrió con "Juan Moreira" a principios de este año, la producción del Instituto Cultural bonaerense apostó una vez más por una trágica historia de coraje, amor y traición, con la particularidad de una puesta que transcurre en un escenario natural intervenido con algunos elementos escenográficos para dar contexto a la historia con autos de época, fachadas, empedrado y caballos. Además de la participación de actores olavarrienses que vivieron la posibilidad única de compartir escena con artistas consagrados como Furriel, Blum y Grimau.
La acción tuvo lugar bajo una noche que se sumó a la propuesta, con el público en las tribunas ansioso (la obra comenzó media más tarde de lo anunciado y se extendió por una hora y media) y muy efusivo hacia los protagonistas, en especial Joaquín Furriel, que en la piel de Ecuménico López responde a las leyes atávicas de la época, donde algo que no tiene solución se vuelve trágico, ya que el guapo responde a su ley y, en consecuencia, a su destino.
El nudo de la historia escrita por Samuel Eichelbaum se desata cuando Ecuménico, que respondió desde siempre a don Alejo Garay (Grimau), descubre que la esposa de su patrón lo engaña con su principal rival y lo mata en medio de una pelea. A partir de ahí, el protagonista sabe que su destino está marcado. La tensión de la obra cobra importancia en el cambio político que plantea, donde los personajes deciden disimular un pasado más salvaje y pasarse a la "civilización". Se produce entonces un cambio de discurso y de formas, a las que Doña Natividad (Blum), madre de Ecuménico, no se adapta; que él mismo no comprende, y que don Alejo está llevando adelante, razón por la que esta vez decide dejar solo a su mano derecha.
Una vez más, la dirección de Halac se luce en la utilización del espacio que incluye a muchos actores en escenas en conjunto, varias de ellas simultáneas, que reflejan mitines políticos, dos bandos enfrentados, algunos policías y bailarines de tango. Aunque también hay momentos para que se luzcan los protagonistas, en diálogos muy logrados como los que mantienen Furriel y Grimau y, más tarde, Furriel y Betiana Blum.
Así, por segunda vez en este 2007, los olavarrienses pudieron disfrutar de un espectáculo gratuito y de gran calidad, difícil de olvidar por sus características, y sobre todo por la presencia de tres actores consagrados que se llevaron una gran ovación.
Fuente: http://www.elpopular.com.ar/diario/2007/12/08/nota.html?idnota=13002
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