Archivo virtual destinado a difundir la Actividad Teatral de la Ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires, República Argentina
viernes, 30 de noviembre de 2007
Ultima función de El Viajero de la eternidad
jueves, 29 de noviembre de 2007
Los Rimenver llegan al Coliseo Podestá
jueves | 29.11.2007
Tras cuatro años de éxito en nuestra ciudad, el grupo platense de humor "Los Rimenver" se presentará mañana, a las 21, por primera vez en el escenario del teatro Coliseo Podestá, 10 entre 46 y 47, como parte de los festejos por su cuarto aniversario.
"Los Rimenver inconciert" es la parodia sobre una familia de artistas que durante los años 70 y 80 supo disfrutar del éxito gracias a sus presentaciones en radio, TV y teatro de revistas, aunque en nuestros días nadie los recuerda bien. Pero ellos han vuelto al ruedo y sacan a relucir su amplia gama de composiciones, entre las que se destacan algunos jingles, baladas y tangos.
La familia está compuesta por Caito Rimenver (Víctor Hugo Fernández), el padre de familia (en pandereta y coros), su concubina Melina Amelia Meléndez de Rimenver (Virginia Palavecino), ex trabajadora de limpieza en teatros de revista y ex jefa de guardarropas de una famosa discoteca de solos y solas, que muestra en el show su avasallante y apasionada voz; Evangelina Rimenver (Anahí Carnavale), hija de un matrimonio anterior, quien domina instrumentos exóticos (hoja de ficus, tin tin, triángulo, etcétera) y aporta al espectáculo sus aptitudes para la danza, su particular solo de corcho y sus extraordinarios e inocentes coros; y, finalmente, Paco Rimenver (Diego Cremonesi), quien acompaña al grupo con su guitarra, a pesar de no saber más que cuatro tonos que le enseñó su primo Caito, que lo incluyó en el conjunto musical para sacarlo de la depresión y su adicción al alcohol causada por el abandono de su esposa, Aurora.
Este espectáculo, surgido en un proceso de creación colectiva, realiza funciones en nuestra ciudad desde abril de 2004 con récord absoluto de público, y actualmente se presenta todos los fines de semana en calle Corrientes, en El Paseo La Plaza.
Propuesta ideal para todo tipo de público que invita a pasar un buen momento, con carcajadas garantizadas, llegará mañana a uno de los principales escenarios platense.
"La función del viernes forma parte del festejo de los 4 años ininterrumpidos aquí, en La Plata, y tiene como objetivo agradecerle al público, que es el que nos han brindado su cariño día a día y nos hace seguir disfrutando de lo que hacemos. Es por eso que los esperamos con ansias, ya que un cumpleaños sin amigos ni festejos no es un cumpleaños feliz", aseguran sus integrantes.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/catalogo/20071129/espectaculos21.htm
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Un choque entre folclore y flamenco
La Cruzada
domingo, 25 de noviembre de 2007
El doloroso y necesario regreso a Malvinas
ENTREVISTA CON SANDRA DI LUCA
Demostración de poderío teatral
Domingo 25 de noviembre de 2007 | Publicado en edición impresa LA NACION
El barbero de Sevilla , de Giacchino Rossini con libreto de Cesare Sterbini, basado en la comedia de Beuamarchais. Elenco: Eliana Bayón (Rosina), Vanesa Mautner (Berta), Carlos Ullán (Almaviva), Gustavo Gibert (Bartolo), Omar Carrión (Fígaro), Ariel Cases (Basilio), Fernando Alvarez Núñez (Fiorello),Victor Castells (Oficial), Néstor Villoldo (Ambrosio), Marcela Canelo (Estatua viviente). Régie: Rubén Martínez. Escenografía: Daniel Feijóo. Iluminación: Gabriel Lorenzi. Vestuario: Cristina Pineda. Director de coro: Sergio Giai. Orquesta y Coro del Teatro Argentino. Director: Esteban Gantzer. Teatro Argentino de La Plata. Próxima función: hoy, a las 18.30.
Nuestra opinión: buena
Se constituyó en una demostración de poderío teatral la versión escénica del siempre vigente El barbero de Sevilla de Rossini presentado como último título de la temporada lírica, por el Argentino de La Plata. Al mismo tiempo fue una nueva oportunidad de valorar la excelencia de una organización administrativa eficiente que se avizora desde el ingreso, donde todo el personal cumple sus funciones con evidentes muestras de concentración y cortesía. Cuando se respira la atmósfera de la gran sala y se contempla su diseño e iluminación se renueva la realidad de tener uno de los más importantes teatros que posee el continente americano para el arte lírico, sumando una lógica cuota de orgullo nacional.
A renglón seguido cuando se levantó el telón, se observó una puesta inimaginada por su realismo arquitectónico, con el logro de la atmósfera sevillana por los frisos, ventanas, balcones, molduras y una estatua maravillosa en la esquina de las callejuelas que se bifurcan formado una plazoleta típica, y en la noche, lugar ideal para que un enamorado cante la serenata amorosa y comience la historia del amor de Almaviva y Rosina, la primera parte de lo que Mozart ya había mostrado en Las bodas de Fígaro .
La versión se caracterizó por una movilidad permanente y, en este sentido, fue sumamente positiva la tarea de Rubén Martínez que presentó un puntilloso trabajo en el manejo de actores y desplazamiento general, demostración cabal de que el artista posee una excepcional condición de puestista como para desarrollar una brillante carrera en este rubro, pese a que la valoración de personajes de flanco, con un protagonismo antojadizo, fue un error por lo reiterativo y porque en muchos aspectos fueron poco refinados, al punto de adquirir el valor de gags más adecuados para un varieté.
Desde el punto de vista musical, se destacó la consagrada soprano Eliana Bayón, que dejó escuchar una voz bien timbrada, segura musicalidad y desenvoltura escénica, ratificando las razones que la ubican entre las artistas nacionales de nivel internacional. Por su parte, el equipo masculino protagónico lució su muy reconocida experiencia profesional, con un Gustavo Gibert que pareció hacer un esfuerzo para abordar un rol de bajo bufo no totalmente adecuado a sus dotes. Un Omar Carrión de siempre segura musicalidad, esta vez dejó escuchar cierta apatía para con el personaje, en tanto que el bajo Ariel Cazes fue un correcto Basilio.
Muy buena fue la labor de Vanesa Mautner como una Berta mulata que debió estar más tiempo de lo habitual en la escena y que, más allá de su aria, sirvió para lucir condiciones para el logro de una caracterización. En cambio fue preocupante la actuación del tenor Carlos Ullán como Almaviva al dejar escuchar una tendencia a endurecer la emisión en la zona alta del registro con lo cual su canto perdió flexibilidad en los matices y su timbre y color adquirieron un sonido poco grato. En la escena su actuación fue discreta.
La versión musical fue en líneas generales correcta más allá de desajustes y sonoridades de poca calidad en algunos sectores de la orquesta y en dos o tres instrumentos a soplo, destemplados y vacilantes en frases solistas, circunstancia que no es habitual en los integrantes de la orquesta del Argentino. El coro preparado por Sergio Giai fue eficiente y prestó buena colaboración como actores, detalle que hoy en día es imprescindible en todo escenario de categoría. Claro que en esta versión hubo un abuso de figurantes y bailarinas que se mostraron aún en los grandes pasajes esencialmente musicales y de lucimiento exclusivo del canto, detalle que resintió ese momento.
Un hecho novedoso fue la aparición de figuras que no imaginó Rossini y que sólo son aceptables para generar una mayor gracia, como por ejemplo la estatua cuando dejo de serlo y fue Marcela Canedo, que recibió un aplauso casi exclusivo, al igual que el actor Néstor Villoldo que dio vida a un Ambrosio tan molesto como reiteradamente visible en medio de la acción. Aspecto que más allá de su conveniencia o no, fue del agrado del público, ya que festejó con muchas sonrisas y rindió, al final de la representación, un cálido y prolongado aplauso, que en definitiva es lo único relevante porque se pasó un grato momento.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=965294
sábado, 24 de noviembre de 2007
Estreno "Un guapo del 900" de Eva Halac
Teatro en la calle, unas tres mil personas asistieron el domingo a las dos funciones de la obra Un guapo del 900, de Eichelbaum, protagonizada por Joaquín Furriel, Betiana Blum y Antonio Grimau con la participación de un nutrido grupo de actores locales.-
Fuente: http://www.teledb.com/
viernes, 23 de noviembre de 2007
“Pensé esta puesta para que la cantara Paula Almerares”
Rubén Martínez
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/23/pdf/cuerpo.pdf
Haydee Padilla en La Plata
Adiós al maestro del baile
Maurice Béjart: falleció en Suiza, a los 80 años
La marginalidad siempre sirve al sistema político
El clásico de Samuel Eichelbaum, que se estrena hoy en San Andrés de Giles bajo la dirección de Eva Halac, reflexiona sobre la llegada del hombre de campo a la ciudad y se mantiene vigente a través de su planteo sobre el poder y el delito.
Por Cecilia Hopkins
Estrenada en 1940 bajo la dirección de Armando Discépolo, Un guapo del 900, de Samuel Eichelbaum, no tardó en constituirse como un éxito de público y crítica. Sus personajes centrales, el guapo Ecuménico y su madre Natividad –interpretados por primera vez por Francisco Petrone y Milagros de la Vega– aparecen profundamente ligados a la vida del comité pueblerino, lugar que ofrecía a principios del siglo XX la oportunidad de brindarle una ocupación al hombre que hasta hacía poco había poblado la pampa. Es que, con el crecimiento de los centros urbanos, la vida del gaucho cambiaba irremediablemente. Así, el coraje, la nobleza y la fidelidad son los valores que Ecuménico pone al servicio de don Alejo Garay, el político que lo contrata como guardaespaldas y fuerza de choque. Pero el guapo decide actuar por su cuenta cuando descubre las relaciones amorosas de la esposa de su patrón con el político de la oposición. Desengañado por el accionar de una mujer que idealiza, Ecuménico planea lavarle la honra a su empleador dándole un susto al hombre que lo traiciona, pero esto termina involuntariamente en asesinato. El guapo pasa sólo cuatro meses en prisión porque su madre y su padrino político se encargan de sacarlo. Pero, una vez libre, Ecuménico no es el mismo, ya que tiene la conciencia de haber matado esta vez por cuenta propia y no por encargo. Es por esto que, en una crisis de conciencia, se entrega a la Justicia.
La obra, hace años dirigida en teatro por Rodolfo Graziano y Juan Carlos Gené, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson y Lautaro Murúa (con Alfredo Alcón y Jorge Salcedo en el rol protagónico, en cada caso), se estrenará bajo la dirección de Eva Halac y música de Chango Spasiuk, con Joaquín Furriel, Betiana Blum y Antonio Grimau, en los roles principales. Completan el elenco Sergio Oviedo, Alexia Moyano, Martín Kasem, Oscar Ferreyra, Ana Laura Mercader, Ernesto Meza y Carlos Juárez, más vecinos del pueblo. La primera función tendrá lugar esta noche en San Andrés de Giles, en el marco de un proyecto de rescate del teatro nacional iniciado por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. La puesta, que espera repetirse en Junín, Bolívar, Olavarría, Coronel Suárez y Avellaneda, contará con pantallas gigantes de proyección y gradas para unos 2000 espectadores. En conversación con Página/12, Joaquín Furriel –actor egresado del Conservatorio Nacional que se hizo masivamente conocido por su participación en Montecristo, Jesús el heredero y Soy gitano, entre otras ficciones de la TV– analiza la obra y sus personajes.
–¿Cuál es la causa de la tragedia de Ecuménico?
–Hay que considerar que en la obra los tiempos están cambiando: el progreso se hace presente a través de otros políticos que traen un nuevo discurso. Ecuménico es un idealista que viene de un mundo solitario. La suya es una autonomía errante con algo de gallo de riña, muy visceral. Y esto genera desconfianza y temor en su entorno. El tipo de educación tan estricta que recibió Ecuménico de su madre hace que vea la infidelidad como la peor de las traiciones. Y él está acostumbrado a hacer justicia desde sus ideas. En la pelea, este personaje no considera malo matar porque si esto ocurre, lo hace como acto de supervivencia. Además, él tiene su entrevero con un hombre “que le disfruta la mujer” a su caudillo, que saca un arma de fuego para defenderse y no un cuchillo.
–¿Esto marca el encuentro de dos culturas diferentes?
–Sí. En Radiografía de la pampa, Martínez Estrada destaca el valor del cuchillo que, a diferencia de la espada, es un arma sin exceso, porque obliga a pelear de cerca, a sentir la sangre, lo que hace al instinto animal. Con el tiempo, el cuchillo pasa a servirle al matarife de frigorífico mientras que el hombre, para matar a otro hombre, inventa otros métodos, como el arma de fuego.
–¿Ese cambio que está sucediendo determina el destino de Ecuménico, entonces?
–Sí, porque cuando el gaucho deja de ser gaucho en la ciudad, ser guapo es una de las tareas que puede desempeñar. La obra muestra la existencia del clientelismo político porque, al igual que ahora, cada político tiene sus punteros en lugares estratégicos. Pero a diferencia de hoy, este hombre tiene valores, como la honradez y la lealtad. En obras como ésta, si uno no entiende qué significan esos valores para esos personajes se hace difícil entender el todo. Es como en las obras de Lorca, en las cuales uno debe entender el valor que en la época se les daba a la virginidad de la mujer o la importancia de la dote. Yo pienso que la llave de acceso al mundo expresivo de Samuel Eichelbaum está en comprender esos valores que hoy están perdidos como tales.
–¿Será una dificultad para encontrarle actualidad a la obra?
–No, porque la obra es un clásico de la dramaturgia argentina y no una obra de museo. Muestra un clima de violencia en tiempos de elecciones, tiene un contexto político interesante. Además, me parece que la vida en la ciudad en los pueblos es muy diferente. En las ciudades, las drogas duras o el paco le queman la cabeza a cualquiera y esto conspira en contra de cualquier valor. La marginalidad siempre sirve al sistema político del mismo modo en que Ecuménico sirve a su caudillo, para ajustar cuentas. En cambio, esta obra se verá en pueblos. Va a ser en un encuentro al aire libre con el espectador
Fuente: Página 12, Viernes, 23 de noviembre de 2007
Nueva puesta de El barbero de Sevilla
El tenor Rubén Martínez es el régisseur
Viernes 23 de noviembre de 2007 | Publicado en edición impresa LA NACION
El Teatro Argentino de La Plata dará fin a su temporada oficial con la ópera más famosa de Gioacchino Rossini: Il Barbiere di Siviglia, sobre un libreto de Cesare Sterbini inspirado en la célebre obra homónima de Caron de Beaumarchais (1732-1799), que configuró una sátira a la nobleza de su época. El genio de Rossini, así como Mozart y Paisiello, dedicó al famoso personaje obras memorables. El célebre salzburgués compuso sus Las bodas de Fígaro con un protagonista posterior en cuanto al tiempo de la acción, aunque con personajes que se corresponden con la ópera de Rossini. También Paisiello compus, en 1782, una obra homónima que tuvo gran repercusión, aunque no sobrevivió con la misma vigencia que la rossiniana. El compositor de Pesaro compuso la ópera en tiempo récord; el contrato se firmó sólo dos meses antes de la fecha prevista para su estreno, que se produjo el 20 de febrero de 1816 en el Teatro Argentinas de Roma.
La gracia fresca y ocurrente de Rossini, sus intrigas y equívocos, su fina observación sobre los caracteres y su inmediato reflejo en el pentagrama volverán a florecer en las voces de quienes asumirán en esta oportunidad sus personajes, con varios nombres conocidos en la escena lírica local, como Omar Carrión, Eliana Bayón o Ariel Cazes, y también figuras nuevas, como Gustavo Zahnstecher o Laura Polverini, que van cobrando en ella perfiles distintivos.
Actuarán la Orquesta Estable, junto con el Coro del teatro platense, preparado por Sergio Giai; la escenografía es de Daniel Feijoo; el vestuario, de Cristina Pineda, y la puesta de luces, de Gabriel Lorenti.
Un dato singular en esta nueva producción escénica, cuya dirección musical ha sido confiada a Esteban Gantzer, es la incorporación de Rubén Martínez como director de escena, por vez primera en el Argentino de La Plata, pero que ya se desempeñó como régisseur en obras anteriores: La bohème , en 2006, en Bahía Blanca; en L enfant prodige , Annabel Lee , y, este año, en Hagamos una ópera , de Britten, en el teatro Margarita Xirgu. Como es sabido, precede a Rubén Martínez una carrera como cantante, cuyo comienzo se produjo precisamente en el Argentino con el Magnificat de Bach, en 1986, y en el Teatro Colón con la Cantata Misericordium , de Britten. El tenor intervino en numerosas óperas en el país, entre las que figuran Il Barbiere di Siviglia, de Rossini, y también Il Barbiere... de Paisiello.
Rubén Martínez, vivaz y entusiasta antes del estreno, feliz de cumplir un sueño con una ópera de excelencia como Il Barbiere... al cierre de la temporada. Al referirse a su nuevo perfil profesional, añade que precisamente se cumplen veinte años desde su debut en el Argentino, con el que se siente hondamente consustanciado ("nací en él", asevera) y donde encontró siempre -según asegura- el más amplio apoyo de las autoridades del teatro, así como de los cuerpos artísticos y técnicos.
-Se produjo en el extranjero. Fue en oportunidad en que estábamos con mi esposa [Paula Almerares] en el Metropolitan de Nueva York en 2003. Ella estaba cantando el papel de Rosina, obviamente en versión de soprano, junto a Juan Diego Florez, y yo contemplando la realización y haciendo mis primeras reflexiones sobre cuál sería "mi" puesta en escena... Desde ese momento comencé a trabajar. Por supuesto, resultaron sumamente valiosas mis experiencias anteriores y mi labor de cantante.
-Bueno... ha sido una verdadera labor de conjunto con mis colegas, trabajamos de otra manera, yo lo he hecho junto a ellos como un cantante más que se encuentra dentro de la escenografía. No ha sido menor la labor conjunta con el director musical Esteban Gantzer, con el escenógrafo Daniel Feijóo y con la vestuarista Cristina Pineda. Pero todo ha sido encarado a favor del cantante.
-Es una Sevilla típica, realista; más allá de que yo la haya transportado en el tiempo hacia una época posterior, no deja de ser una concepción clásica. Desde mi punto de vista, está ubicada en el siglo XX, más precisamente en la época de los años locos.
-Considero que hemos logrado con El barbero... un espectáculo sumamente atrayente y original, aun dentro de lo tradicional. Hablo en relación con lo visual y también en cuanto a las voces del elenco, si bien algunas figuras muy experimentadas tienen incorporadas decenas de puestas anteriores.
-Es sabido que Rossini compuso originariamente el papel de Rosina para mezzosoprano, pero posteriormente el personaje fue asumido por sopranos, ¿cuál ha sido su criterio?
-Bueno, naturalmente, en un principio concebí El barbero... con la participación de Paula, pero en esta oportunidad, y debido a sus compromisos en el exterior, el papel de Rosina será asumido unas funciones por Eliana Bayón y otras por Laura Polverini.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=964625
jueves, 22 de noviembre de 2007
Se estrena la versión multimedia y participativa de “Un guapo del 900” en San Andrés de Giles
Jueves 22 de Noviembre de 2007
SAN ANDRÉS DE GILES-BUENOS AIRES, Noviembre 22 (Agencia NOVA) La versión multimedia y participativa de “Un guapo del 900”, la obra producida por el Instituto Cultural bonaerense y protagonizada por Joaquín Furriel, Betiana Blum y Antonio Grimau, se estrenará este viernes en la ciudad de San Andrés de Giles.
“Un guapo del 900” subirá a escena a las 20:30 horas, en un predio ubicado en avenida Lucas Scully, frente al edificio de la antigua Escuela N° 12 de esa ciudad. La entrada será libre y gratuita, una modalidad que se mantendrá durante toda la gira del “Guapo” por la provincia de Buenos Aires.
Esta versión del clásico de Samuel Eichelbaum será representada al aire libre, en escenarios naturales. Cuenta con un elenco de 20 actores provenientes de distintos lugares de la Provincia, encabezados por Furriel en el rol de Ecuménico López, Blum como Natividad y Grimau como don Alejo Garay.
Esos actores compartirán el espacio escénico junto a grupos de vecinos de cada localidad, invitados a participar en las escenas de conjunto.
El espectáculo incluye música en vivo, proyecciones, caballos y automóviles antiguos, y el público podrá disfrutar del mismo en forma gratuita desde tribunas, con la emoción de estar vivenciando una época.
Se trata de un proyecto que busca instalar una reflexión acerca de nuestra identidad, a partir de la experiencia compartida del espectáculo teatral. Proyecto que el presidente del Instituto Cultural, Alberto Hernández, decidió poner en marcha en febrero de este año con el espectáculo Juan Moreira, una leyenda argentina, que recorrió distintas localidades bonaerenses.
Fuente: http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2007_11_22&id=45975&id_tiponota=9
martes, 20 de noviembre de 2007
Las letras de Lerner conmovieron a la ciudad en su 125 to aniversario
JORNADA ESPLENDIDA EN LA PLAZA MORENO
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/20/pdf/cuerpo.pdf
El sentir del gaucho
Teatro itinerante: un guapo del 900 que recorrerá los pueblos bonaerenses
Nuevos teatros, nuevos públicos
Por Alberto Hernández (*)
La versión multimedia y participativa de Un guapo del 900 es una apuesta muy fuerte del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. Se busca cumplir con dos objetivos al mismo tiempo: llevar lo mejor de nuestro teatro al público bonaerense y ampliar los espacios para esta expresión artística, incorporando nuevos públicos.
“El guapo” es, en realidad, el segundo gran hito de una sostenida política que comenzamos a principios de este año, con la puesta en escena de Juan Moreira, una leyenda argentina, una versión del clásico de Eduardo Gutiérrez que recorrió la Provincia de la mano de un elenco encabezado por Juan Palomino.
Una de las principales virtudes de esta política es derrumbar los muros que tradicionalmente separaron al teatro de los sectores populares. Con el Moreira y el Guapo, muchos bonaerenses que jamás habían concurrido a una sala hicieron su primera experiencia teatral, en el mismo “escenario” donde transcurre su vida cotidiana.
Esa popularidad se potencia por la participación de los vecinos de cada ciudad. Es un “condimento” extra porque todos quieren ver a “su” gente en escena. Estoy seguro de que, además, contribuimos a que muchos talentos del interior y el Conurbano hagan sus primeras armas junto a artistas de la talla de Furriel, Blum y Grimau.
Por su temática, el Guapo -y también el Moreira- tienen un valor agregado: son teatro nacional, teatro que habla de nuestras raíces y de nuestra identidad. Por eso, llevarlas a escena, es una forma de estimular la reflexión ciudadana sobre el proceso de conformación de la Argentina como país.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/20/pdf/cuerpo.pdf
lunes, 19 de noviembre de 2007
domingo, 18 de noviembre de 2007
Fue presentada la versión multimedia y participativa de "Un guapo del 900", con Joaquín Furriel
Del evento de presentación participaron los protagonistas del “Guapo”, Joaquín Furriel, Betiana Blum y Antonio Grimau, junto al presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Hernández, y la directora general de la obra, Eva Halac, quien también tuvo a su cargo la adaptación del libro original.
“Esta obra es la continuidad del camino que comenzamos a transitar a principios de año con Juan Moreira, una leyenda argentina”, explicó Hernández, que precisó además que “con estos espectáculos buscamos darle visibilidad a nuevos espacios para el teatro, al tiempo que sumamos nuevos públicos para este arte”.
Durante la presentación se realizó un homenaje a Eichelbaum, que incluyó la proyección de un video especialmente realizado para la ocasión, en el cual figuras de la talla de Juan Carlos Gené y Roberto “Tito” Cossa explicaron la importancia del autor de “Un Guapo del 900” para el teatro nacional.
Del homenaje participaron familiares del autor de la obra, entre ellos su nieto, el periodista Carlos Eichelbaum, quien recibió en nombre de la familia un cuchillo especialmente realizado para la ocasión por artesanos del mercado artesanal del Instituto Cultural.
“Un guapo del 900” subirá a escena el próximo viernes 23 de noviembre en San Andrés de Giles y luego iniciará una gira que la llevará a Junín (viernes 30 de noviembre); Bolívar (domingo 2 de diciembre); Olavarría (viernes 7 y sábado 8 de diciembre); Coronel Suárez (viernes 14 de diciembre); Tres de Febrero (domingo 16 de diciembre); Merlo (viernes 21 de diciembre) y Almirante Brown (domingo 23 de diciembre).
Esta versión de “Un guapo del 900” será representada al aire libre, en escenarios naturales. Cuenta con un elenco de 20 actores provenientes de distintos lugares de la Provincia de Buenos Aires, encabezados por: Furriel en el rol de Ecuménico López, Blum como Natividad y Grimau como don Alejo Garay.
Esos actores compartirán el espacio escénico junto a grupos de vecinos de cada localidad, invitados a participar en las escenas de conjunto. La representación se ofrecerá en escenarios naturales: calles de pueblo, con sus árboles, paredones y ochavas, intervenidas con escenografía e iluminación.
El espectáculo incluye música en vivo espoeicalmenbte compuesta por Chango Spasiuk, proyecciones, caballos y automóviles antiguos, y el público podrá disfrutar del mismo en forma gratuita desde tribunas, con la emoción de estar vivenciando una época.
Fuente: http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=35833
Logró que Hollywood compre su film
Fuente: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0191/articulo.php?art=4142&ed=0209
sábado, 17 de noviembre de 2007
Un guapo muy popular
El guapo, con su sombrero negro, se aleja caminando, mientras lo persigue su sombra sobre la pared vieja y algo derruida. Si no fuera por la cámara de video que lo sigue sobre un travelling , podría parecer que estamos en otro tiempo, en un suburbio de principios del siglo pasado. Pero no.
Estamos en 2007 y el guapo es Joaquín Furriel, quien filma unas escenas que acompañarán las representaciones al aire libre de Un guapo del 900 , que se hará en distintos pueblos de la provincia de Buenos Aires.
Este clásico de Samuel Eichelbaum se hizo por primera vez en 1940 y tuvo tres versiones cinematográficas, a cargo de Lucas Demare (1952), Leopoldo Torre Nilsson (1960) y Lautaro Murúa (1971). A su vez, el teatro la llevó innumerables veces. En las dos últimas: Rodolfo Bebán y Lydia Lamaison encabezaron el elenco del Cervantes, y Rubén Stella y Verónica Oddó, la del San Martín. Esta vez, será dirigida por Eva Halac e interpretada por Furriel, Betiana Blum, Antonio Grimau, Sergio Oviedo, Alexia Moyano, Martín Kasem, Oscar Ferreyra, Ana Laura Mercader, Ernesto Meza y Carlos Juárez, entre muchos otros. Asimismo, la música es del Chango Spasiuk.
Las características de esta versión, producida por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, son particulares. La obra, que se estrenará el viernes próximo, en San Antonio de Giles, se montará en una esquina elegida de cada lugar que visiten y contará con la actuación de vecinos de la zona. Habrá pantallas en las que se proyectarán algunas escenas, caballos, autos y gradas para que 2000 personas puedan ver las funciones, que serán gratuitas. Entre los lugares que se incluirán en la gira se encuentran Junín, Bolívar, Olavarría, Coronel Suárez y Avellaneda.
"Es un teatro como siempre lo soñé: el que va en busca del encuentro con el espectador. Es una instalación que se hace en un lugar que va a tener un significado especial para quienes viven ahí porque es su espacio, transformado para poder contar esta historia", dice con entusiasmo Furriel.
Para el actor, que consiguió gran éxito en televisión con numerosas tiras como Montecristo, Jesús el heredero y 099 Central, y actuó en La mala sangre , interpretar el papel de Ecuménico López significa cumplir un viejo anhelo de sus años de estudiante del conservatorio. "Siento al mismo tiempo la responsabilidad y un poco el peso de hacer este personaje -comenta el actor-. Tal vez no significa tanto para mi generación, pero sí para otras. Está el excelente trabajo que hizo Alfredo Alcón en la película; está el de Lautaro Murúa; Bebán también lo hizo en teatro... Son todos nombres fuertes. Entonces, me pregunto si estaré a la altura del personaje; si podré lograr un buen guapo."
Furriel explica que, debido a la época en que se sitúa la obra y a las características del personaje, tuvo que hacer un trabajo distinto del que venía haciendo con otros roles. Para eso, leyó Radiografía de la pampa , de Ezequiel Martínez Estrada. "¡Cómo describe al guapo ahí! Por suerte, es muy actuable. No siempre se puede transformar la teoría en acción, pero Martínez Estrada lo muestra de manera muy concreta." De estudio de personaje y teatro itinerante sabe un poco. Cuando egresó de la Escuela Nacional de Arte Dramático, hizo Juan Moreira , según la histórica versión en pantomima, allá por finales de los 90.
Según el actor, otro aspecto que le atrajo de este proyecto es el elenco elegido, especialmente Blum y Grimau, con quienes trabajó en Soy gitano. Grimau hace del caudillo Alejo Garay y Betiana Blum compone a Natividad, la madre de Ecuménico. "El personaje de Natividad es maravilloso; muy distinto de lo que venía haciendo hasta ahora. Tiene una psicología muy compleja", explica Betiana Blum. "Lo que ella dice, la define. Por ejemplo, le dice al hijo: «Yo te voy a enseñar quién es el guapo acá», y le pega una cachetada. ¡La vieja es el guapo!", cuenta riendo.
Tanto Blum como Furriel comentan que les resulta interesante el hecho de que entre el público con el que van a encontrarse hay mucha gente que nunca fue al teatro o que no tiene la oportunidad de ir regularmente. "Me sorprende que para muchos sea la primera obra que van a ver -dice Furriel-, con lo cual, para ellos, cuando digan la palabra «teatro» van a pensar en esta obra." El actor explica que lo atrae mucho hacer estos trabajos luego hacer TV, porque considera que atrae a la gente que normalmente no va al teatro a que decida acercarse.
Para él, este espectáculo permite recuperar la raíz popular que tiene el teatro. "Es un espacio que se ha perdido con el tiempo y con la decadencia cultural de nuestro país, en el que el teatro quedó como un reducto elitista, tanto por lo cultural como por lo económico". Según Furriel, existe buen material para hacer obras populares de calidad, que, según considera, pueden tener relecturas interesantes, y no es necesario caer en algo poco elaborado.
Furriel está entusiasmado con lo que le espera. El papel soñado, un elenco con el que se siente cómodo y una misión: demostrar que el teatro puede seguir siendo popular.
Por María Fernanda Mugica
De la Redacción de LA NACION
Fuente: Sábado 17 de noviembre de 2007 | Publicado en edición impresa
viernes, 16 de noviembre de 2007
García Lorca en versión de ballet
domingo, 11 de noviembre de 2007
Con el trabajo más personal de su carrera llega hasta la ciudad
ENTREVISTA CON VERONICA CONDOMI
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/11/pdf/cuerpo.pdf
viernes, 9 de noviembre de 2007
Brevisima Historia del Teatro Independiente en Buenos Aires
Otro golpe al humor con la muerte de Mario Sánchez
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/09/pdf/cuerpo.pdf
Espectáculo multimedia
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/09/pdf/cuerpo.pdf
jueves, 8 de noviembre de 2007
El gran humorista del café concert
“Estoy viviendo el momento más importante de mi vida”
08 - 11 - 2007 / Furriel, Blum y Grimau, caracterizados para Un guapo del 900, el clásico de Eichelbaum. Así se los verá el 23 de noviembre, en el estreno de la pieza de San Andrés de Giles. Luego, recorrerán la provincia de Buenos Aires con la obra.
A los 33 años es un actor versátil y codiciado. En teatro protagonizará Un guapo del 900 en escenarios al aire libre. Hará cine en San Luis con junto a Geraldine Chaplin. “Y tengo varias ofertas para el 2008 en la tele, pero todavía no me decidí”. Claro que nada supera a la gran noticia de que en febrero va a nacer Eloísa, la hija que espera con Paola Krum. “Tengo los nervios de todo padre primerizo”, admite.
No hay hombre que se me iguale en coraje, en lealtá, en honradez”, dirá Joaquín Furriel (33) en el rol de Ecuménico López, el personaje principal de Un guapo del 900, de Samuel Eichelbaum. Pero no será sobre las tablas de un teatro, con bambalinas, telón y butacas, sino en escenarios naturales, en el marco de los programas de la Secretaría de Cultura de la provincia de Buenos Aires. El 23 de noviembre será el estreno en San Andrés de Giles y seguirán funciones en Coronel Suárez, Olavarría, Bolívar, Junín y Avellaneda. Vestido de guapo, ensaya en la herrumbrada Estación Yrigoyen, en Barracas. Una mamá joven se acerca con su cochecito. “Vas a ser papá, te felicito. ¿Estás contento?”, dice ella. “Claro, contentísimo. Muchas gracias”, le responde arrodillado a los pies del bebé. Ya no es Ecuménico: es el futuro papá de Eloísa, que nacerá a mediados de febrero. Su primera hija, fruto de su pareja con la actriz Paola Krum.
–¿Te mata la ansiedad?
–Tengo los nervios lógicos de todo primerizo. El hombre hoy participa mucho más del crecimiento de los hijos y estoy planeando cada paso, para no perderme nada.
–¿Feliz?
–Infinitamente.
El atardecer cae sobre las calles empedradas de Barracas y el actor de ojos celestes practica una y otra vez los movimientos de Ecuménico. La improvisación no es buena consejera para personajes tan nobles. Por eso, Furriel cuenta que la biblioteca le resulta una buena fuente de saber: Radiografía de la pampa, de Ezequiel Martínez Estrada, poemas y cuentos de Jorge Luis Borges, las Aguafuertes de Roberto Arlt y los tangos de Hugo del Carril.
–¿Ecuménico es el prototipo del macho argentino?
–Es mucho más complejo, porque nada indica que sea un personaje inteligente. Lo modelaron su madre –que es la única mujer a la que considera– y su patrón político. Después, sólo se guía por lo que él comprende, y no entiende otras miradas. Pero nunca se vanagloria de su pasado violento, con asesinatos incluidos.
–¿Una suerte de antecesor del puntero político?
–Puede ser... En esa época, en las contiendas electorales había mucha sangre. Era un país que se estaba formando, el pasaje entre barbarie y civilización. Ecuménico está en la encrucijada: su cuchillo envejeció frente a las armas de fuego.
–¿La simplificación la adjudicás a la falta de ideas?
–El contraste es muy claro, y la obra de Eichelbaum es un buen ejemplo. Empieza con el discurso de los dos candidatos, en la calle, con la gente, basado en la oratoria de los políticos en el 1900. Es notable el empobrecimiento si los comparás con cualquiera de los discursos que escuchamos en la última campaña. Esos hombres soñaban un país.
–¿Qué diferencias notás entre un escenario tradicional y una puesta en la calle?
–Hoy en día, ir al teatro es parte de un “combo” en el que después te vas a comer, tomás algo… Una rutina. Esta experiencia es diferente, tanto para el actor como para los espectadores. Es simple: el espectáculo va a ser lo que más va a trascender ese día para ellos y para mí. Eso fue lo primero que me sedujo del proyecto. Va a ser multitudinario, casi operístico.
–¿Por qué?
–Porque la ópera conservó lo espectacular, sin tenerle miedo. Y no hablo de destreza o de fantasía visual. Con Betiana Blum, Antonio Grimau y el resto del elenco llevamos adelante el relato, pero cuando se suman los personajes que interpreta la gente de cada pueblo, se potencia todo. Ellos le dan el volumen y el color necesarios para que sea como una posta, una carrera.
–Es como volver al teatro del barrio, ¿no?
–Sí, como cuando era un adolescente y hacía funciones en la Comedia de Almirante Brown, clubes y sociedades de fomento. Me encantaba. El público come o toma algo mientras mira la obra…
–Espectáculos vívidos...
–Sí, las cosas pasan, son vitales. Es una puesta que está más cerca de la televisión que del teatro, porque los actores vamos al encuentro del público en su pueblo, sus calles, su pulpería, su estación de tren. Van a ser dos mil personas por función en las gradas, con entrada gratuita… Me imagino hasta los chiringuitos para picar algo, y yo ahí.
–Una fiesta.
–Sí, un evento familiar, con chicos corriendo… Unos nos ponemos adelante para contar una historia y otros la escuchan. Hay que estar muy dispuesto a aceptarlo todo.
Después de una nutrida carrera en televisión –La nocturna, Soy gitano, Jesús, el heredero, Botines, Ambiciones y Montecristo–, se distanció por un año, pero asegura que ya está listo para volver. La próxima semana definirá si se suma al elenco de Mujeres de nadie (Pol-ka) o a una tira que se emitirá en el 2008 por Telefe. El 16 de noviembre comenzará a filmar la película Ni Dios, ni patrón, ni marido, escrita e interpretada por Esther Goris, con guión de Graciela Maglié y dirección de Laura Mañá. Compartirá cartel con Geraldine Chaplin, Julieta Díaz, Rita Cortese y Ulises Dumont, entre otros.
–Me esperan meses muy movidos, pero de mucha felicidad. Mi mujer, por supuesto, me va a acompañar en muchos de los viajes, tanto en las funciones de Un guapo del 900 como en las filmaciones en San Luis. También estoy analizando otra posible película para el año que viene.
–¿Agenda completa?
–Sí, por suerte trabajos no me faltan, y todos me interesan mucho. Aunque de ahora en más todas las decisiones que tome van a estar subordinadas al embarazo de Paola y la llegada de Eloísa.
–¿Es el momento de priorizar la familia?
–Estoy viviendo el momento más importante de mi vida y no quiero perderme nada. Siempre di prioridad a mi vida personal, pero ahora mucho más. Definitivamente, no voy a hacer giras todo el año.
Por Romina Ryan. Fotos: Diego Soldini.
Fuente: http://www.gente.com.ar/nota.php?ID=13788
martes, 6 de noviembre de 2007
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Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/11/06/pdf/cuerpo.pdf
lunes, 5 de noviembre de 2007
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Fuente:http://pdf.diariohoy.net/2007/11/05/pdf/cuerpo.pdf
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