sábado, 19 de noviembre de 2005

El adiós a Laura Hidalgo

Sus ojos verdes marcaron una época, destacándose por su figura sensual y sus personajes cargados de pasión y de audacia. Dirigida por grandes directores, pareja de inolvidables actores, el nombre de Laura Hidalgo trascendió las fronteras del cine argentino y, si bien su filmografía no es tan extensa como la de otras colegas de su tiempo, la impronta psicológica de sus personajes y su soberbia imagen de mujer fatal la catapultaron como una de las figuras más destacadas de la pantalla nacional.

Por Alberto Peyrano


El cine argentino de la década del 50 se caracterizó por sus grandes heroínas, cuyos polos fueron Zully Moreno (la rubia), y Laura Hidalgo (la morena), pero entre ambos extremos podíamos también encontrar una amplia gama de arquetipos en los rostros de Mecha Ortiz, Mirtha Legrand, Tita Merello, Amelia Bence, Delia Garcés, Olga Zubarry. Todas bellas, sugestivas, realmente divas, emulando a las grandes de Hollywood, supieron darle al público una cargada cuota de compromiso emotivo y sembrar en él la semilla del afecto. Pero tal vez lo que las ha hecho partícipes constantes del inconciente colectivo fue el haber marcado hitos como paradigmas femeninos que permitieron a la mujer postergada de ese tiempo la liberación de sus frustraciones al identificarse con sus personajes en las pantallas de los cines no sólo de Argentina sino de toda Latinoamérica.

Hoy, cabe a esta columna rendir el postrer homenaje a una de aquellas grandes damas de la pantalla argentina, Laura Hidalgo, quien comenzó su carrera ganando un concurso de nuevos valores que organizaba la Revista Antena. El director Armando Bó fue quien tuvo el radar exacto para captar las posibilidades artísticas de Pesea Faerman, incorporándola como protagonista de su film “Su última pelea”, ya con su definitivo nombre de Laura Hidalgo.

Nacida en Rumania en 1927, se radicó desde niña en Argentina, iniciando sus estudios actorales en la Sociedad Hebraica como discípula de la recordada y talentosa Hedy Crilla.

A partir de su primer filme con Bó, su trayectoria estuvo marcada por hitos importantes dentro de la cinematografía local, siempre como protagonista, dejando para la posteridad heroínas de un compromiso emocional extremo, que dieron vida a una galería inolvidable de mujeres, difícilmente soslayables. 

“El túnel”, “La Orquídea”, “Las campanas de Teresa”, “Armiño Negro”, “Caídos en el infierno”, “Más allá del olvido”, por nombrar sólo algunos de los títulos más destacados de su carrera, aun hoy día siguen atrayendo al público de todas las edades, como ha podido constatarse cada vez que un cineclub o una institución cultural, o la televisión, proyectan alguno de sus filmes y su rostro –junto al de la famosa Ana María Lynch-, en estos momentos convoca multitudes en la exposición de fotografías de Annemarie Heinrich en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, muestra que permanecerá abierta hasta fin de noviembre.

Fue dirigida por directores de la talla de León Klimovsky, Carlos Schlieper, Hugo del Carril, Carlos Hugo Christensen, Luis César Amadori, Román Viñoli Barreto, formando pareja con Armando Bó, Jorge Rivier, Roberto Escalada, Carlos Thompson, Arturo de Córdova, entre otros.

También México fue escenario para sus pasos por la pantalla grande de aquel país, dando como resultado “Las tres perfectas casadas” de Rodolfo Gavaldón, “La mafia del crimen” de Julio Bracho, y “El tren expreso” de León Klimovsky, con Jorge Mistral como protagonista.

En 1957 se retiró definitivamente del cine, al contraer matrimonio con el arquitecto Manuel Rosen en México, donde se radicó y donde nacieron sus tres hijos. Posteriormente se radicó en La Jolla (California).

Su última visita a la Argentina fue en 1987, para presentar su poemario “La Casa a Cuestas”, editado en México, y que le valió un emotivo reencuentro con su público viviendo en esa oportunidad momentos de intensa emoción impregnados de su calidez, sus suaves modales, su voz tan particular y su intensísima y profunda mirada de ojos verdes inolvidables.

Si bien su filmografía no es tan extensa como la de otras colegas de su tiempo, la impronta psicológica de sus personajes y su soberbia imagen de mujer fatal la catapultaron como una de las figuras más destacadas del cine argentino.

FILMOGRAFIA DE LAURA HIDALGO
Su última pelea 
Cinco grandes y una chica 
El morocho del Abasto (La vida de Carlos Gardel)
Juan Mondiola 
Derecho viejo
La orquídea
El túnel 
La bestia debe morir
Las tres perfectas casadas
Armiño negro
María Magdalena 
Caídos en el infierno
Más allá del olvido
Las campanas de Teresa
El tren expreso
La mafia del crimen
Por Alberto Peyrano
http://www.albertopeyrano.com.ar
Publicado Sábado 19 de Noviembre de 2005

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