TEATRO CRITICA / NAUFRAGUIDAD
Se presenta en La Rosa de Cobre esta obra dirigida por el platense Fernando Cipolla, que provoca fuertes emociones y manifiesta la búsqueda de un nuevo lenguaje teatral
Por Ana M.Tótoro
Especial para Hoy
Fernando Cipolla es un actor y profesor de teatro platense que incursiona, en esta ocasión, en la dirección de un trabajo novedoso y que causa desasosiego. Explica que, como punto de partida del proceso creativo, se basó en un cuadro del artista Theodore Gericault, que pintó
La balsa de la Medusa en el año 1819, inspirándose en el hecho real del hundimiento del buque Medusa a causa de la negligencia de su capitán. Esta es la bella imagen con que se inicia el espectáculo y, a partir de ella, se enhebran los discursos de los siete personajes que manifiestan sus ideas inconscientes. Aparece, entonces, la ebriedad de un hombre de ciudad aplastado por la melancolía, una novia apasionada en busca de algún capitán encantado, una madre y una hija que se esfuerzan por encontrar su identidad, una dama engañada, un hombre que se anima a mostrar las mil caras de su ser y un contramaestre que se enfrenta con la frustración, la euforia y el deber de capitanear una endeble balsa con sobrevivientes.
Ellos constituyen un símbolo de los seres que se embarcan en la vida e intentan, en vano, descubrir por dónde pasan los límites de la realidad. Todos ellos, además, están condenados de antemano al inevitable final. “La muerte es así: nos ronda, nos seduce, nos atrapa, no nos deja escapar...”; dice el programa de mano. Y es por esta razón que la muerte se transforma en la presencia más fuerte y dominante de la obra.
El espacio escénico se puebla de elementos cuidadosamente seleccionados, que son bien utilizados por los actores y ayudan en la creación de logradas imágenes, como los sugerentes hierros de la nave. Un verdadero hallazgo es la utilización del sillón de odontología como lugar de tortura y la perforadora como un torno siniestro. El vestuario subraya con los sucesivos cambios lo manifestado por las palabras y actúa como eficaz refuerzo. También adquiere singular importancia la participación permanente y protagónica de la música en vivo, que descubre a un talentoso creador.
En síntesis: un espectáculo que es en sí mismo búsqueda de un lenguaje teatral nuevo y que, además, permite una lectura de nuestra más cercana realidad.
Ficha técnica:
Obra: Naufraguidad
Intérpretes: Marina Assereto, Laura Conte, Pablo Giurleo, Romina Lugano, Roberto Pérez Escalá, Juan Valerio y Jessica Wagner.
Escenografía: Los Tripulantes.
Vestuario: Analía Seghezza.
Música original y sonorización: Federico Valdez.
Dirección: Fernando Cipolla.
Lugar: La Rosa de Cobre (51 casi 16)
Funciones: Sábados 21.30 hs.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2002/12/14/pdf/18.pdf
Se presenta en La Rosa de Cobre esta obra dirigida por el platense Fernando Cipolla, que provoca fuertes emociones y manifiesta la búsqueda de un nuevo lenguaje teatral
Por Ana M.Tótoro
Especial para Hoy
Fernando Cipolla es un actor y profesor de teatro platense que incursiona, en esta ocasión, en la dirección de un trabajo novedoso y que causa desasosiego. Explica que, como punto de partida del proceso creativo, se basó en un cuadro del artista Theodore Gericault, que pintó
La balsa de la Medusa en el año 1819, inspirándose en el hecho real del hundimiento del buque Medusa a causa de la negligencia de su capitán. Esta es la bella imagen con que se inicia el espectáculo y, a partir de ella, se enhebran los discursos de los siete personajes que manifiestan sus ideas inconscientes. Aparece, entonces, la ebriedad de un hombre de ciudad aplastado por la melancolía, una novia apasionada en busca de algún capitán encantado, una madre y una hija que se esfuerzan por encontrar su identidad, una dama engañada, un hombre que se anima a mostrar las mil caras de su ser y un contramaestre que se enfrenta con la frustración, la euforia y el deber de capitanear una endeble balsa con sobrevivientes.
Ellos constituyen un símbolo de los seres que se embarcan en la vida e intentan, en vano, descubrir por dónde pasan los límites de la realidad. Todos ellos, además, están condenados de antemano al inevitable final. “La muerte es así: nos ronda, nos seduce, nos atrapa, no nos deja escapar...”; dice el programa de mano. Y es por esta razón que la muerte se transforma en la presencia más fuerte y dominante de la obra.
El espacio escénico se puebla de elementos cuidadosamente seleccionados, que son bien utilizados por los actores y ayudan en la creación de logradas imágenes, como los sugerentes hierros de la nave. Un verdadero hallazgo es la utilización del sillón de odontología como lugar de tortura y la perforadora como un torno siniestro. El vestuario subraya con los sucesivos cambios lo manifestado por las palabras y actúa como eficaz refuerzo. También adquiere singular importancia la participación permanente y protagónica de la música en vivo, que descubre a un talentoso creador.
En síntesis: un espectáculo que es en sí mismo búsqueda de un lenguaje teatral nuevo y que, además, permite una lectura de nuestra más cercana realidad.
Ficha técnica:
Obra: Naufraguidad
Intérpretes: Marina Assereto, Laura Conte, Pablo Giurleo, Romina Lugano, Roberto Pérez Escalá, Juan Valerio y Jessica Wagner.
Escenografía: Los Tripulantes.
Vestuario: Analía Seghezza.
Música original y sonorización: Federico Valdez.
Dirección: Fernando Cipolla.
Lugar: La Rosa de Cobre (51 casi 16)
Funciones: Sábados 21.30 hs.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2002/12/14/pdf/18.pdf
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