Espectáculo coreográfico. Ballet Argentino del Teatro Argentino de La Plata. Programa: Acto II de "La Bayadera", música de Minkus, coreografía de Marius Petipa; "Formas", música de Bach, coreografía de Ana María Stekelman, y "Pulsaciones", música y coreografía de Vittorio Biagi. Con Genoveva Surur, Fabiana Bianchi, Nadia Muzyca, María Massa, Víctor Filimonov, solistas y elenco. Teatro Coliseo.
Nuestra opinión: muy bueno.
En su primera presentación de la temporada, el Ballet del Teatro Argentino de La Plata actuó en el capitalino Coliseo. En un positivo plan de difusión del quehacer del elenco, la función, a sala llena, fue gratuita.
Lidia Segni asumió hace un mes y medio la dirección del plantel: el programa que eligió para el debut mostró diferentes líneas de la danza. De sus componentes emanan frescura y entrega. La mano detallista de Segni ha extraído lo mejor de sus potenciales, mas es notorio que ha habido una respuesta total y espontánea de la gente. Esta buena comunicación y abertura de ambas partes produce un efecto radiante, en total favor del espectáculo.
El comienzo fue con un clásico: el segundo acto de "La Bayadera", El reino de las sombras , es una óptima ocasión para dar cuenta de la homogeneidad y capacidad para traducir el estilo que tiene el cuerpo de baile. En estas escenas, lo más puro del academismo se plasma en el conjunto femenino. No sólo hubo coordinación en lo que al ensemble respecta, con la sucesión de arabesques que conforman la coreografía del comienzo, sino también etérea expresividad. Genoveva Surur encarnó a Nikia con solidez técnica y melancólica emotividad, tal como esta parte exige según el argumento.
Con Víctor Filimonov, como Solor, ejecutaron los tres pas de deux que se insertan en este acto. El, con virtudes de danseur noble , fue una pareja sensible que recibió con devoción al espíritu de su amada. En las variaciones, Carla Vincelli, Nadia Muzyca y María Massa estuvieron impecables.
La obra siguiente hizo un giro de 180 grados. Aquí, la danza contemporánea fue otra de las facetas que tradujo el Ballet de La Plata.
"Formas", coreografía de Ana MaríaStekelman, le queda pintada. La música de Bach inspiró a la autora volátiles secuencias, no exentas de energía. El balanceo de dinámicas es el uno de los mayores atractivos. Del lirismo, de delicados movimientos con un braceo ligero y casual, el movimiento pasa naturalmente al impulso fogoso. En una sístole-diástole, ambos aspectos son las dos caras de una misma moneda que el conjunto traduce.
Pero un apasionado dúo pone el acento emocional. A las formas, que dan título a la obra, se adhiere la emoción. Fabiana Bianchi es una bailarina de impactante fuerza expresiva. Su personalidad, junto a un partenaire con el que se anuda y desanuda en encendidos abrazos, comunica intensos sentimientos que invaden el espacio escénico y hacen punch en la platea.
En trío y otras configuraciones se aliviana el fuego y surgen la picardía y la gracia, cuando no la potencia de los varones. La coreografía produce ecos de la sensibilidad de los intérpretes, que, evidentemente, es muy honda y así la traducen.
Sobre la base del ritmo que generan elementos de percusión (timbales, platillos y otros), que compuso el excelente músico LeónJacobson, hace años el coreógrafo italianoVittorioBiagi creó"Pulsaciones". La compañía entera sigue cada sonido. De la mecánica tranquila del principio, el elenco, a medida que la música se acelera, bate récords de técnica y sincronización. Biagi no ahorró nada de dificultad en el vocabulario, eminentemente clásico, que exprime de los bailarines el máximo de su potencial y la mayor precisión.
Muy lejos de ser una obra fría o un muestrario de pasos, la gran complejidad y bravura tiene un trasfondo visceral. Es cuestión del plantel que la representa darle esa cualidad. El Argentino de La Plata lo logró con creces.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=15689
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