martes, 9 de noviembre de 2021

“Perro que ladra”: cuando el cómo, es más que el qué

 

Fabián Fernández Barreyro dirige un proyecto colectivo donde la intensidad actoral es más importante que las coordenadas poéticas

"Perro que ladra"

Dice Fabián Fernández Barreyro que “Perro que ladra”, la obra de creación colectiva que dirige y que logró estrenarse tras las marchas y contramarchas de la pandemia, no es “obra de texto” sino, más bien, “una obra con texto”. Porque si bien “hay un texto, lo más importante que hay que ir a presenciar, no tiene que ver con la entidad poética de lo que se dice, sino con el acontecer, con las actuaciones”.

A diferencia de su exitoso unipersonal “A nadie le importa una señora que barre” (ver aparte), en el que “el texto está colocado en primerísimo plano”, en esta obra, que se ofrece los sábados de noviembre en Espacio 44, “lo que hay es un esquema de intensidades que los actores van planteando”, y donde “la expectación circula más por lo que pasa, en términos de verdad, que en términos de secuencia narrativa”.

Podría decirse que “Perro que ladra” es un proyecto que nació en rebeldía, al menos, para la formación de Fernández Barreyro. De tradición teatral convencional, un día se presentó en el ensayo y le propuso a los actores explorar algo diferente: construir una obra durante el proceso de ensayos, es decir, una creación colectiva a partir de una idea sobre un tema en el que le interesaba explorar: las masculinidades.

“Yo apenas tenía un borrador, muy general, que tenía la descripción de un cierto espacio, de unos ciertos cuerpos ahí, relacionados de una x manera, y un posible desarrollo que no estaba en absoluto y que, de hecho, se fue modificando durante los ensayos enormemente”, explica en diálogo con EL DIA.

Haber trabajado la dramaturgia de esta manera “da resultados estéticos muy distintos”, dice Fernández Barreyro, entusiasmado con este proyecto “que tiene una simpleza, desde la coordenada poética, que les permite a los actores desarrollar sus trayectos de actuación de manera muy autónoma y muy potente”.

En este sentido, destaca que la actuación, en este tipo de obras, no es la misma actuación que la de un actor que interpreta limitado por la dramaturgia ajena. “Cuando el actor pudo intervenir en la elaboración del guión, cuando se pudo escribir a sí mismo el monólogo que tenía ganas de decir, cuando pudo conversar con el compañero sobre las características de la situación, sobre el estado que quiere actuar, sobre la transición que quiere hacer en cada escena, la obra cobra una intensidad que, desde mi punto de vista, es diferente a la de las obras que tienen la impronta del autor muy marcada”.

Si bien los primeros encuentros fueron “muy pegados” a sus indicaciones, de a poco los actores/dramaturgos se fueron soltando y “la impronta que terminó teniendo la obra es muy singular de cada personaje”.

Aunque “cada actuación tiene su color, al mismo tiempo, el grupo, se encargó de ir cosiendo el relato, de dar el marco contenedor, que las une y que hace que no sea una obra fragmentaria, un collage, sino un relato muy sólido”.

Adrián Fabio Di Pietro, Pablo Fernández Barreyro, Andrés Beltrano y Virginia Calabrese son los actores y autores, junto a Fernández Barreyro, de esta obra que aborda la educación sentimental de los varones sub 50, sub 60.

“Tenía ganas de ver cómo poner poéticamente algo sobre este asunto tan vigente, sin recurrir a los modos más enunciativos, previsiblemente discursivos que están circulando por el teatro. Quería que los cuerpos, a través de las actuaciones, solamente eso, con la menor carga discursiva posible, pudiesen explorar la calamidad que significa la masculinidad mal entendida”, cuenta el autor y reconoce que “absolutamente no” podría haber llegado nunca en soledad a este resultado al que arribaron de manera colectiva.

“Perro que ladra” tiene un argumento muy simple: un matrimonio en caída que, para el cumpleaños de su hija de cinco años, finge una unidad familiar que no es tal.

A partir de esa situación, revela el director, “se generan una cierta cantidad de sucesos, no muchos, pocos, pero muy intensos, que son en los que consiste la obra” que, temáticamente, podría resumirse en “la historia de los sucesivos tropiezos y del derrumbe de una idea fallida de varón”.

Con diseño y realización escenográfica de Leonor Arnao, asesoría de vestuario de Virginia Calabrese, asesoría de sonido de Blas Fernández y diseño de iluminación de Leonor Arnao, “Perro que ladra”, que se estrenó a sala llena el fin de semana pasado, tendrá nuevas funciones los sábados 13, 20 y 27 de noviembre, a las 19.45, y los dos primeros sábados de diciembre, en la sala de 44 entre 4 y 5. Entradas por Alternativa Teatral.

Fuente: EL DIA

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