domingo, 14 de noviembre de 2021

Gastón Marioni: “Tengo ganas de hacer lo que tengo ganas de decir, lo que me atraviesa”

ESPECTÁCULOS | EN DIÁLOGO CON EL DIA

El dramaturgo y director platense acaba de recibir el Konex en reconocimiento a su labor en el teatro en la última década, justo cuando se cumplen diez años del infantil que le dio trascendencia nacional: “Tanguito mío”

              EL PLATENSE GASTÓN MARIONI

Gastón Marioni, dramaturgo, director y docente teatral platense, acaba de recibir el Konex por su aporte al teatro en la última década, un premio que llega justo cuando se cumplen diez años del estreno de “Tanguito Mío”, el multipremiado infantil con el que debutó en calle Corrientes y que le dio trascendencia nacional.

Por eso, aseguró el artista local en diálogo con EL DIA, “yo vinculo mucho ‘Tanguito’ con los Konex, porque siento que esa obra fue un antes y un después, una bisagra en mi carrera”.

Bajo el sello del sainete teatral, “Tanguito Mío, un musical bien guapito” se estrenó en La Plata en 2011, con una historia de amor ambientada en la Buenos Aires de los inmigrantes, donde el cocoliche, la música y el tango rodeaban la vida porteña. Por esta obra, que incluye música original de Fernando Finocchi, Marioni fue ganador de los Premios Nacionales 2012 que, otorgados por la Secretaría de Cultura de la Nación, son el máximo reconocimiento del Estado Nacional a quienes construyen con su talento nuestra identidad cultural. En 2013, el infantil llegó al porteño teatro Maipo, con un elenco que tenía como protagonistas a Fernando Dente, Agustina Vera y Vanesa Butera, y se ofreció durante varias temporadas con gran éxito de público, crítica y premios.

Feliz y orgulloso con el reconocimiento de la fundación Konex, Marioni reveló que vivió la distinción como una oportunidad para “reflexionar sobre lo que pasó en estos diez años”. ¿Y qué pasó? “¡Pasó un montón de laburo! ¡Una locura total!”, dijo, entre risas.

En esa mirada retro hacia su propia obra, el artista platense se reencontró con un “recorrido en el que me permití indagar, experimentar y probar con ambos públicos”. Porque si bien tuvo un inicio muy ligado al teatro para las infancias, pudo desmarcarse.

“El elogio de la risa” (se puede ver en Teatrix), que escribió y dirigió para Juan Leyrado en 2017, y que marcó el debut del prestigioso actor en el formato unipersonal, fue el proyecto que le permitió equilibrar la balanza, “acomodar un poco esta doble poética que tengo”.

Porque para el autor, que durante la pandemia pudo terminar la licenciatura en Artes Combinadas en la UBA, “hacer teatro para pibes y para adultos, en definitiva, es hacer teatro”.

¿Y si tiene que elegir? “Me gusta escribir y dirigir teatro, más allá de los públicos. Tiene que ver con lo que uno, en un momento siente ganas de compartir: hay cosas que comparto con el público infantil que no las comparto con el adulto o viceversa”, explicó.

Sí hubo una obra, en medio de una década marcada por una producción diversa (“Las heridas del viento” con Miguel Jordán, “Cantando sobre la Mesa” con Cecilia Carrizo, “Cuentos de la Selva” con Diego Ramos, “Canciones para mirar” con Fabián Mazzei, “Melodías de diván”, con Julia Zenko y “Frontera”, con Claudio Gallardou, entre más), con la que Marioni pareció sintetizar estas dos poéticas con las que trabaja: se llamó “La gran farándula”, se estrenó en 2019 y, en algún punto, fue una obra premonitoria: un grupo de artistas que se reúne en un teatro abandonado que está a punto de ser rematado para su cierre definitivo. Dispuestos a defender el teatro, planean una obra peculiar para salvarlo. Con música original y dirección musical de Hernán Matorra, incluyó las actuaciones de Omar Calicchio, Anita Martínez, Julián Pucheta, María Rojí y Nicolás Scarpino.

“‘La gran farándula’ es como mi amor por el teatro. Es un homenaje al mismo teatro, y amo al teatro nacional, al nuestro”, manifestó el también actor que en noviembre de 2020, tras cinco años de gestión, renunció a la dirección artística del Coliseo Podestá.

Y en esta revisión que se autoimpuso tras recibir el Konex, Marioni no puede dejar de incluir en su balance a su presente, un presente que lo tiene abordando por primera vez el género de teatro documental o biodrama, de la mano de un proyecto que les dio a él y a su protagonista, Martín Slipak, “muchísimo más de lo que imaginábamos”.

“La ilusión del rubio”, escrita por Santiago San Paulo, se estrenó por YouTube en febrero pasado en el marco del Cervantes Online, y pone sobre las tablas el caso real de Facundo Rivera Alegre, un joven cordobés que salió a bailar y nunca más volvió. Un desaparecido en democracia.

Este proyecto “gustó mucho artísticamente”, en tanto presenta al desnudo la maquinaria teatral; aunque “socialmente interesó mucho más”, advirtió Marioni, que temía que la obra quedara atrapada en la localía del caso, pero no.

“Lamentablemente, hay un montón de pibes desaparecidos en democracia y creo que la obra logró un grado más de universalidad”, contó el artista sobre esta pieza que trajo este año a La Plata y que, anoche, tuvo una función muy especial y emotiva en la Sala de las Américas en Córdoba, con la presencia de Viviana, mamá de Facundo, y otros familiares.

Se podría decir que con “La ilusión del rubio”, que volverá el año que viene a la cartelera porteña, Marioni está iniciando una nueva década artística en la que cada proyecto que encare tendrá una marca.

“Estoy en un momento en el que tengo ganas de hacer cosas que tengo ganas de decir. Alejadas tal vez al teatro de entretenimiento puro, que he hecho mucho, y me encanta, pero este es otro momento, en el que tengo ganas de hacer lo que tengo ganas de decir, lo que me atraviesa, y que tengo ganas de compartir también”, reflexionó.

A esta decisión artística llegó tras haber atravesado la pandemia en fases teatrales, con una introducción ligada al terror, un nudo amarrado por el desconcierto y un desenlace volcado a la reflexión.

Marioni, que se contagió de COVID-19 apenas comenzó el aislamiento, fue abordado por una inquietud: ¿y si la muerte me toca a mí? “La vi tan cerquita, aislado en una habitación en el fondo de casa, y prendía la tele y se morían 800 personas por día, con lo cual creo que fue una buena posibilidad para pensar que no somos inmensos, infinitos (...) Pienso que debería haber una revisión sobre cómo nos vinculamos con la vida y la falta que nos hace vincularnos con la muerte. Estoy copado con ese tema y se me está filtrando para mis próximos proyectos”, avanzó.

En febrero de 2022 estrenará en Montevideo la versión uruguaya de “El elogio de la risa”, con Carlos González. Y en marzo, además del reestreno en CABA de “La ilusión del rubio”, inaugurará la temporada de su sala platense, Teatro Estudio, que volverá a convocar a esos fenómenos del boca en boca del off porteño como “Teresita. Una vida de mierda”, por ejemplo, y otras perlitas como “Abismados”: un proyecto que nació junto a alumnos del Taller de entrenamiento y Montaje que dictó este año, y con los que creó “un registro pandémico, un díptico, entre la cuarentena y la nueva normalidad”; una producción de su espacio teatral con el que se abre una ventana de visibilización del trabajo de nuevos artistas.

Y mientras termina de escribir “Plaza ronda”, un nuevo infantil que reivindica el valor de los juegos en la vida de los chicos, Marioni seguirá poniéndole el cuerpo a “un teatro que me hable, que me interpele personalmente”.

“Vinculo mucho ‘Tanguito’ con el Konex, porque siento que esa obra fue una bisagra”

Fuente: Diario El Dia de La Plata 

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