CULTURA / Antes del show que brindará esta noche en el Teatro de Cámara de City Bell, Liliana Herrero dialogó con Diagonales.com. Una nota en la que habla de esos lugares por los que, con su voz, transita por la música.
13.03.2014 | 13:43
Por Marcelo Alonso
Presentando un repertorio que incluirá canciones de su último material Maldigo, Liliana Herrero brindará su espectáculo a las 21.30 en el Teatro de Cámara de City Bell (Diagonal Urquiza entre 462 y 464), junto a la compañía del guitarrista Pedro Rossi.
Con su voz tan personal, la artista transita caminos que van desde Atahualpa Yupanqui, a Miguel Abuelo y Juan Falú entre otros, siempre buscando una forma de interpretación que esté ligada a la re-composición, a la experimentación, manifestando la textura en las palabras y en la forma, y en un universo que recrea casi permanentemente.
Antes de la presentación en el teatro de City Bell, Herrero brindó parte de su tiempo y dialogó con Diagonales.com.
- Cantás hablando, hablás cantando, ambas a la vez… hay una transferencia muy fuerte y personal entre los textos y los sonidos que transmiten tu voz…
-Sí, es algo así. Los temas tienen voces, y pueden ser interrogados. Siempre hay alguna voz que aparece en los temas, desde la instrumentación, la textura, un universo sonoro, la forma de los acordes. Lo interesante estéticamente es plantear una base que tenga una secuencia que tense la línea melódica.
-En esa búsqueda intensa, desde el lenguaje y el universo de los sentidos ¿hacia donde pretende trasladar Liliana Herrero a quien la escucha?
-Hacia muchos lugares, te diría al desprejuicio, a escuchar de un modo que abandone el oído las formas más estandarizadas de la música, a entregarse a una novedad, a una sorpresa o a redescubrir un viejo tema. Son posibles otras cosas, ya que los modos que uno encuentra no son los únicos, no hay posibilidad de reproducir una canción tal cual, y cuando uno encuentra el modo de apropiarse es lo más interesante.., a veces no sucede. Yo tiendo a grabar algunos temas, a mantenerme en la secuencia que más me gusta, en la austeridad en la forma armónica, y a veces se logra producir un diálogo de otra índole.
-La filosofía transita un lugar importante en tu vida, y en la música interpretás a grandes poetas como Atahaulpa Yupanqui y Violeta Parra. Si hay un hilo conductor que transita el cantar y el pensar por el mismo lugar… cual sería ese lugar?
-Siempre la música es lo primero, porque es un juego que es responsable, con una memoria social y poética. Tiendo a recostarme en esos poetas que para mí han sido decisivos. Diversos géneros y diversas músicas, y la memoria musical argentina y de latinoamérica, salen de ese manantial muy lindo, muy lindo, y con muchísima riqueza.
-Y en ese manantial, el río siempre está presente…
-El río tiene muchos planos, sus orillas… tiene esa mansedumbre a primera vista y sin embargo es convulso, con corrientes muy poderosas y eso está en la memoria de la música del litoral, en un llevar, en un traer… como inundación, como despojo, el río es una metáfora muy interesante para pensar la música. Va, lleva, trae, son muchas cosas. Yo la pienso como una tierra abrazada por dos ríos, el Paraná, que trae las cuerdas y el Uruguay, los tambores. Un pensamiento que me inventé, ese cruce y esa presencia que me resultan tan interesantes.
- Para vos una canción es algo muy personal y decís que siempre es importante resignificarla desde la interpretación. En ese sentido ¿Qué adelanto podés darnos del recital en City Bell?
-El Teatro de Cámara de City Bell es un lugar muy acogedor, en el que he estado en varias oportunidades. Siempre es una experimentación. Seguramente vamos a reformular los temas, vamos a hacer otras versiones, algo que surja. Haremos temas de Maldigo y algunos otros, y le quiero pedir a Pedro que haga unos temas propios. Con Pedro Rossi, que me acompañará en guitarra, trabajé mucho durante los ensayos. También hay un momento en que hay un trabajo solitario, todos los aportes son enriquecedores.
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