viernes, 8 de junio de 2007

Un príncipe ruso para La bella durmiente

Mikhail Kaniskin

Es primer bailarín del Stuttgart Ballet

Se formó en la escena alemana Foto: Fernanda Corbani

Viernes 8 de junio de 2007 | Publicado en edición impresa LA NACION

"Buenos Aires es una ciudad que por lo menos una vez en la vida es necesario ver", dice el joven bailarín ruso Mikhail Kaniskin, en un sorprendentemente claro castellano, después de haber cumplido con el postulado que él mismo enuncia. La primera figura del alemán Ballet de Stuttgart visitó la ciudad -el Teatro Colón, por supuesto-, pasó un fin de semana de ronda de bares, escuchó tangos y se subió a un paseo exprés en auto por aquellos sitios que un turista tiene que ver. Todo eso, en los ratos libres que le dejó una ajustada agenda de ensayos en el Teatro Argentino de La Plata. Allí, será el Príncipe Désiré de La bella durmiente del bosque , papel que ya interpretó varias veces, pero nunca como ésta, según la versión de Pablo Aharonian, sobre la original de Petipa.

"Esta coreografía va más allá -dice Kaniskin, de 28 años, futuro marido de su compañera de elenco, la mexicana Elisa Carrillo-. Hacer un príncipe siempre es más especial si se puede trabajar con gente nueva, conocer otros países, y esta producción es muy bonita también porque no se trata sólo de un personaje que luce apuesto, delgado y así [parodia al estereotipo, con correctas posiciones clásicas de brazos y cabeza]... aburrido. Pablo lo hace cruzar una línea muy lírica, en que el príncipe puede pensar y buscar en la historia", expresa, como experimentado intérprete del clásico, basado en el popular cuento de Charles Perrault.

Mikhail nació en Moscú; se formó en la escuela del Bolshoi y supo de ballet desde que nació. "Nosotros decimos que lo mamamos, como la leche. Rusia tiene una gran tradición y con esto no quiero decir que los bailarines rusos sean los mejores del mundo, pero el país te da mucho. Yo bailo porque a los 7 años vi Giselle y me quedé... sin respiración. La gente allá se siente orgullosa de tener tres cosas: militares, hombres en el espacio y el ballet".

A propósito, el artista cuenta por qué cuando terminó su sexto año en el Bolshoi eligió mudarse a Alemania. "Gané un premio y tenía problemas políticos también, así que acepté la invitación para el Stuttgart. Oía hablar mucho de Marcia Haydée [la actual directora del Ballet de Santiago de Chile, que estuvo al frente de la compañía alemana], y sabía que era un lugar importante, por donde pasaron los grandes coreógrafos del siglo XX".

Así, en 1997, Kaniskin se sumó a la compañía, hizo carrera y, desde 2004, se desempeña en ella como primer bailarín. "Mi hogar es Stuttgart porque ahí crecí. Sin embargo, como pasa con los niños, tengo que dejar la casa para ir un poco allá -anticipa lo de su pase al Staatsballet Berlin-. Necesito avanzar porque la vida es muy corta y quiero hacer otras cosas". Pero antes de los cambios que le traerá el almanaque de agosto -de ciudad, de compañía, de estado civil- y todavía en representación del Stuttgart, el bailarín subirá al escenario mayor bonaerense, junto con la local Genoveva Surur, como Princesa Aurora. Será una boda romántica que se diferenciará de la suya, especialmente, por algunos invitados honor: el Gato con botas, Caperucita, el Lobo Feroz y Cenicienta.

  • Las funciones
    La bella durmiente del bosque tendrá a Kaniskin como invitado en el Teatro Argentino (51, entre 9 y 10, La Plata), en las funciones de esta noche, a las 20.30, y el domingo, a las 17. Mañana, en el rol masculino principal estará Víctor Filimonov. El precio de las entradas oscila entre $ 10 y $ 40. Informes por traslados desde la ciudad de Buenos Aires ($ 15, ida y vuelta) por el 0800-666-5151.

Constanza Bertolini

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=915404

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